¿El nuevo ‘oro’? Los diamantes se preparan para dar el salto al mercado cotizado
El mercado de diamantes siempre se ha visto como algo cerrado y rodeado de un halo de oscurantismo. Reservado como inversión a un selecto club, estas
El mercado de diamantes siempre se ha visto como algo cerrado y rodeado de un halo de oscurantismo. Reservado como inversión a un selecto club, estas exclusivas gemas han centrado todo su negocio entorno a la joyería. Pero esto está a punto de cambiar. Varios lobbies desde Wall Street, La City londinense, Suiza o Israel están moviendo hilos para que los diamantes coticen como una commodity más.
Según publica el IDEX (International Diamond Exchange), un pequeño grupo de inversores profesionales, los mismos que alentaron la creación del SPDR Gold Shares que se ha convertido en uno de los mayores fondos garantizados por oro físico con una capitalización en mercado de unos 70.000 millones de dólares, está gestionando la entrada de productos financieros respaldados por diamantes.
Al igual que ocurre con los metales preciosos y materias primas, esta iniciativa busca que los diamantes se encuentren en los mercados internacionales al alcance de cualquier inversor que tenga cuenta abierta en un bróker y no sólo en las trastiendas del la 47 avenida en Nueva York, en Amberes o Ámsterdam.
De esta manera, el regulador bursátil de Estados Unidos (SEC por sus siglas en ingles) está ya estudiando una propuesta de la firma neoyorquina IndexIQ para crear el primer fondo de inversión respaldado por diamantes. Se trataría del décimo quinto producto de este tipo que lanza la empresa en los últimos cinco años.
En base a los datos que maneja el IDEX, la compañía compraría un quilate de diamantes que estarían depositados en una cámara acorazada en Amberes, Bélgica. También se fijarían precios a diario en un índice propio.
Más productos
Pero IndexlQ no es la única firma que ha visto un filón bursátil en los diamantes, que podrían seguir los mismos pasos del oro que se ha convertido en el principal activo refugio y en la commodity de referencia. Martin Rapaport, artífice del indicador de los precios de esta gema, ha confirmado recientemente estar preparando una serie de productos que estarán disponibles este año para inversores minoristas.
Por su parte, Harry Winston, la mayorista de diamantes más conocida del mundo, ya estaría trabajando con una gestora suiza en la creación de un fondo de 250.000 millones de dólares para comprar entre medio y seis quilates de diamantes este año con el dinero de inversores institucionales, hedge funds y pensionistas. El fondo tendría en propiedad los diamantes que se comercializarían en las tiendas de la firma por un lado y, por otro, acciones en manos de inversores privados.
No obstante, no es oro todo lo que reluce. El problema de la cotización de los diamantes, que casualmente es la última commodity que queda fuera del mercado abierto, es que no hay un precio estándar. Es decir, a diferencia del oro, que la onza está al precio que está y no tiene más vueltas, la valoración del diamante varía en función de la pureza, la talla o la clase. Además, se trata de un sector que arrastra consigo un estigma importante y esto es la procedencia de los mismos con los problemas bélicos vividos en algunos países de África que han dado como resultado los llamados diamantes de sangre.
El mercado de diamantes siempre se ha visto como algo cerrado y rodeado de un halo de oscurantismo. Reservado como inversión a un selecto club, estas exclusivas gemas han centrado todo su negocio entorno a la joyería. Pero esto está a punto de cambiar. Varios lobbies desde Wall Street, La City londinense, Suiza o Israel están moviendo hilos para que los diamantes coticen como una commodity más.