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“Sin Polanco, todo es posible en Prisa”: el valor se dispara a la espera de operaciones corporativas
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“Sin Polanco, todo es posible en Prisa”: el valor se dispara a la espera de operaciones corporativas

Ocurre en las mejores familias, y en la Polanco también. Cuando fallece el patriarca de un imperio suele ser habitual que se abra una guerra –muchas

Foto: “Sin Polanco, todo es posible en Prisa”: el valor se dispara a la espera de operaciones corporativas
“Sin Polanco, todo es posible en Prisa”: el valor se dispara a la espera de operaciones corporativas

Ocurre en las mejores familias, y en la Polanco también. Cuando fallece el patriarca de un imperio suele ser habitual que se abra una guerra –muchas veces cruenta- por hacerse con las riendas de la empresa familiar. Además, en Prisa la batalla venía larvándose desde hace mucho entre los dos bandos históricos del grupo: el que capitanea el ‘delfín’ Juan Luis Cebrián y el del ‘sobrinísimo’ Javier Díez Polanco.

Esta batalla provocó que Prisa y Sogecable reaccionaran ayer con fuertes subidas al fallecimiento de Jesús Polanco; se anotaron el 2,6% y el 2%, respectivamente. No es que la bolsa sea cruel, como dijo cierto constructor, sino que la desaparición del editor “abre la puerta a cualquier cosa”, según un operador de mercado. Traduzcan cualquier cosa por una operación corporativa que puede ir desde la venta de partes del grupo hasta una OPA sobre Prisa.

“Los rumores no apuntan a ninguna operación concreta, pero mucha gente está tomando posiciones por lo que pueda pasar”, añade otro operador. Lo cierto es que había varias operaciones en estudio, pero se habían interrumpido por la gravedad de la enfermedad de Polanco. Una vez fallecido, se abre el baile. Y los observadores creen que no vamos a tardar en ver movimientos, porque el que da primero da dos veces.

Una de estas operaciones, de la que dio cuenta El Confidencial en enero, es el plan de Cebrián para hacerse con el control de Prisa con la ayuda del hombre más rico del mundo (por encima incluso del fundador de Microsoft, Bill Gates), el magnate mexicano Carlos Slim. Es decir, que dinero no falta. El nexo entre ambos es su común amigo, el ex presidente socialista Felipe González.

La dificultad de este plan es convencer a los principales accionistas del grupo, los cuatro hijos de Polanco y Francisco Pérez González ‘Pancho’, de que vendan sus acciones. Algo impensable en vida del patriarca, pero que ahora podría tener posibilidades. Ya lo dijo Julio César: divide y vencerás. Precisamente, el juego que está jugando Rupert Murdoch con los distintos miembros de la familia Bancroft, propietaria del grupo Dow Jones.

Cebrián, en peligro

Además, no haría falta que Slim se hiciera con todo el capital, sino sólo con un paquete significativo. Y es que Cebrián es el que más tiene que perder en esta guerra, puesto que su cargo era resultado directo de la confianza del ‘patrón’, no de una posición accionarial que es insignificante. Sin su amigo al mando, corre el peligro de que los herederos le releguen de la primera línea.

Este peligro se puso de manifiesto en el panegírico que Cebrián publicó el sábado en elpaís.com a los pocos minutos del fallecimiento de Jesús Polanco, en el que pedía a su hijo Ignacio, nuevo presidente de Prisa, que respete el “pacto de sangre” que tenía con su padre y le mantenga al frente de la línea ideológica del grupo. Algo que no está ni mucho menos claro dada la amistad que une a Ignacio con su primo Javier.

Ésta no es la única operación posible. El otro bando, el de Díez Polanco, podría dar entrada en el capital a algún socio externo de su confianza, precisamente para impedir que Cebrián incremente su poder. En todo caso, hablamos de compras de paquetes significativos, que siempre significan subidas de la cotización en bolsa.

Ocurre en las mejores familias, y en la Polanco también. Cuando fallece el patriarca de un imperio suele ser habitual que se abra una guerra –muchas veces cruenta- por hacerse con las riendas de la empresa familiar. Además, en Prisa la batalla venía larvándose desde hace mucho entre los dos bandos históricos del grupo: el que capitanea el ‘delfín’ Juan Luis Cebrián y el del ‘sobrinísimo’ Javier Díez Polanco.