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El eterno dilema: gestión pasiva vs activa
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El eterno dilema: gestión pasiva vs activa

Gestión activa o pasiva. Es el dilema al que se enfrentan a diario miles de inversores ávidos de fondos en los que depositar sus ahorros. La

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El eterno dilema: gestión pasiva vs activa

Gestión activa o pasiva. Es el dilema al que se enfrentan a diario miles de inversores ávidos de fondos en los que depositar sus ahorros. La decisión no parece a priori sencilla, aunque en los últimos meses parece que cobran fuerza las apuestas por la forma pasiva de manejar el dinero: esto es, invertir en productos en los que el gestor se limita a seguir el comportamiento de un determinado índice. Hablamos de fondos indexados –que toman como referencia un índice determinado y sólo se pueden negociar a precio de cierre del día- y los fondos cotizados o ETFs que se diferencian de los anteriores en que pueden comprar o vender durante la sesión del índice al que replican.

El debate está abierto y las dos fórmulas de gestión cuentan con defensores y detractores. A favor de la gestión pasiva se han alzado numerosas voces en los últimos meses. Voces que señalan que los índices bursátiles terminan por superar en rentabilidad a los gestores activos en periodos largos de tiempo.

“A largo plazo, los gestores activos, a pesar de tener una auténtica destreza para escoger acciones, se muestran incapaces de batir al mercado”, señalaban hace unas semanas en un estudio Jonathan B. Berk e Ian Tonks, profesores de economía de la Universidad de California y de la Universidad de Exeter, respectivamente.

Berk y Tonks sostienen que la rentabilidad de los fondos se ve directamente afectada por las entradas y salidas de capital. “Los inversores siempre buscan los mejores rendimientos y abruman a los gestores con grandes sumas de dinero lo que acaba repercutiendo al final negativamente en su rentabilidad”, comentan.

Y añaden que aunque los gestores estén cualificados, los inversores no se benefician de esa destreza, sino que los únicos beneficiados son las gestoras por las elevadas comisiones que cobran. “Comisiones que no todas se merecen”, señalaba Pablo Fernández, autor del estudio Rentabilidad de los Fondos de Inversión en España 1991-2006.

Este profesor del IESE revela el pobre comportamiento de los fondos de inversión frente a la bolsa, en este caso, española. Por ejemplo, de los 43 fondos de renta variable con al menos 10 años de historia, sólo uno, el Bestinver Bolsa, ha conseguido superar la rentabilidad del Índice General de la Bolsa de Madrid, incluyendo la reinversión de los dividendos, mientras que sólo dos fondos de los 99 con tres años de antigüedad consiguieron una rentabilidad superior al indicador.

IESE atribuye esta abultada diferencia a las comisiones y gastos repercutidos -que cifra en unos 1.400 millones de euros-, así como al cobro de comisiones ocultas y, en último término, a decisiones de inversión equivocadas.

Además de los datos, los fondos de gestión pasiva cuentan además con el beneplácito de quien es posiblemente el inversor con más prestigio del mundo: Warren Buffett, presidente de la sociedad de inversión Berkshire Hathaway.

Buffett, cuyas palabras tienen una extraordinaria repercusión en el mercado, dijo recientemente en la CNBC que para la mayoría de los inversores pequeños que no tienen tiempo para seguir sus carteras y sus inversiones, la mejor opción es la compra regular en el tiempo de fondos índices, más baratos también que los fondos activos por las menores comisiones que cobran.

Defensores de la gestión activa

Pese a los datos, la gestión activa también tiene sus partidarios que defienden que la selección adecuada de valores -stock picking- orientada a batir al mercado, añade un valor a las carteras superior a la rentabilidad de los propios índices. Surgen así los llamados fondos de autor donde el comportamiento se vincula más al acierto del gestor que de la entidad a la que pertenece.

Gestión activa o pasiva. Es el dilema al que se enfrentan a diario miles de inversores ávidos de fondos en los que depositar sus ahorros. La decisión no parece a priori sencilla, aunque en los últimos meses parece que cobran fuerza las apuestas por la forma pasiva de manejar el dinero: esto es, invertir en productos en los que el gestor se limita a seguir el comportamiento de un determinado índice. Hablamos de fondos indexados –que toman como referencia un índice determinado y sólo se pueden negociar a precio de cierre del día- y los fondos cotizados o ETFs que se diferencian de los anteriores en que pueden comprar o vender durante la sesión del índice al que replican.

Warren Buffett IESE