La rebelión de la familia Areces contra Isidoro Alvarez aboca a El Corte Inglés a salir a Bolsa

La rebelión de los cuatro hermanos Areces Fuentes, sobrinos carnales de Ramón Areces, el fundador de El Corte Inglés, contra el actual presidente y hombre fuerte de la cadena, Isidoro Alvarez, marca el inicio del proceso de salida a Bolsa de El Corte Inglés, una iniciativa a la que siempre se ha opuesto con rotundidad Alvarez, pero que en opinión del mercado parece inevitable.

El problema surgido en el siempre plácido estanque dorado de El Corte Inglés es sencillo: los cuatro hijos de Celestino Areces, hermano de Don Ramón, quieren vender sus acciones de El Corte, equivalentes al 2,78% del capital social, y quieren hacerlo a precios de mercado y no a valor en libros, como les ofrece la actual gerencia, razón por la cual han decidido encomendarse a los tribunales.

El pleito está planteado en el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Madrid, y se sustanciará en vista pública la próxima semana. Los hermanos Areces Fuentes denuncian que, en plena refriega, la Junta General de accionistas celebrada en agosto de 2005 cambió los estatutos de la sociedad, fijando como precio para las acciones su valoración en libros en lugar de su valor de mercado.

Los Areces Fuentes denuncian también la imposibilidad de vender sus participaciones fuera del clan familiar, debido a la existencia de un derecho de tanteo a favor de la sociedad. La mayoría del capital –en torno al 55%- está en manos de la Fundación Ramón Areces que preside el propio Isidoro Álvarez, y un porcentaje muy importante pertenece a los altos ejecutivos y a unos dos mil y pico empleados cualificados de la cadena.

Juan Hermoso, consejero de El Corte Ingles y mano derecha de Isidoro Alvarez, dijo ayer a este diario desconocer el porcentaje, minoritario en todo caso, en poder de los descendientes de los cuatro hermanos Areces Rodríguez, la familia fundadora.

Valor ‘oficial’ de 74,93 euros por acción

La visión del problema de los responsables de la cadena difiere notablemente de la de los hermanos Areces Fuentes. Según ellos, en cumplimiento de los nuevos Estatutos, el Consejo encargó una valoración al catedrático y experto Leandro Cañibano, quien fijó para la acción un valor de 6 euros de nominal y de 74,93 euros, cifra equivalente a 12,48 veces su valor nominal, cálculo que fue validado por el bufete Uría Menéndez.

Pero –siempre según la versión de El Corte- César Areces Fuentes y sus tres hermanos se alzaron contra el cambio de Estatutos aprobado en junta general, interponiendo demanda civil de impugnación de acuerdos, rechazando la valoración efectuada por Cañibano y aportando sus propias valoraciones, hechas también por expertos, pero que El Corte califica de “claramente especulativas, basadas en estimaciones futuribles de carácter indeterminado e incontrastable”.

Lo cual apunta, en opinión de las fuentes consultadas, al auténtico corazón del problema que enfrenta a los Areces Fuentes con Isidoro Alvarez –quienes, en contra de lo que se ha dicho, no están unidos por vínculo familiar alguno-, y es el de la necesidad de salir a Bolsa para conocer el auténtico valor de mercado de las acciones de El Corte Inglés, algo a lo que siempre se ha opuesto Alvarez.

“Salir a Bolsa, además de un ejercicio de transparencia, es el procedimiento más correcto, porque fijaría el precio al cual no solo los Areces Fuentes, sino todos los que van a venir detrás, que van a ser muchos, podrían vender”, asegura un buen conocedor de las interioridades de El Corte. “Reivindicar el valor de mercado se va a convertir en una urgencia no solo para los citados, sino para los propios gestores de más edad, por lo cual tarde o temprano tendrán que salir a Bolsa. Estoy convencido de que en un par de años están cotizando”.