Nuevo rico de la construcción: José Carabante, accionista de Inmocaral, ficha a Miguel Boyer

Tiene 53 años, es malagueño aunque con ascendencia madrileña, y además de disfrutar con el aroma de un buen Cohiba, le encanta coleccionar plumas artísticas. “Posee una de las colecciones más importantes de España”, dice quien le conoce. Se llama José Ramón Carabante, tiene el 6,7% de Inmocaral y es uno de los nuevos inquilinos del reducido núcleo de privilegiados que manejan poder y dinero.

Carabante, presidente del Grupo 2002, donde se integran una treintena de empresas con intereses en los sectores inmobiliarios, financiero y de servicios, ha montado una Corporación Financiera que presidirá Miguel Boyer, ex ministro de Economía, ex presidente de CLH y hasta ahora en la firma Ernst & Young.

“Se conocieron hace un año a través de un amigo común y llevan trabajando varios meses en la estrategia de inversiones”, aseguran fuentes cercanas a la empresa. Esa estrategia pasa por fijarse en las energías renovables -pese a la decisión del Gobierno de penar a la eólica-, la banca, el petróleo y el gas. Boyer tendrá a su disposición 700 millones de euros en fondos propios, aunque las posibilidades son mayores porque las inversiones se harán con endeudamiento sobre la propia adquisición.

Un promotor de éxito que quiere más

Carabante empezó su actividad promotora hace más de 25 años en Málaga. Constructor de primera y segunda residencia de cierto nivel, ha desarrollado promociones turísticas, hoteles de los que luego cede su gestión, e incluso campos de golf en Mojácar. Amigo de Luis Portillo, presidente de Inmocaral, acudió en su ayuda en el asalto a la inmobiliaria Colonial.

Además de su actividad inmobiliaria, este nuevo rico ha tenido éxito con sus inversiones financieras, lo que le ha permitido amasar una fortuna que le ha metido de lleno entre los más ricos del país. “Tiene una importante cantidad de dinero que no puede quedarse guardada en un cajón”, aseguran fuentes cercanas a Grupo 2002.

Para Boyer también es la vuelta al primer plano de la actualidad. Según el ex ministro, “2007 será un buen año para hacer grandes inversiones a las que estaremos abiertos a ir de la mano con fondos de inversión y otras entidades”. Pero advierte: “No me gustan las opas hostiles”.