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Negro, par y pasa: los hermanos Joaquín y Jesús Franco, condenados por copiar máquinas tragaperras
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Negro, par y pasa: los hermanos Joaquín y Jesús Franco, condenados por copiar máquinas tragaperras

Se trata de una sentencia inédita en España. Por primera vez, y en un sector tan peculiar como el del juego, uno de los grandes grupos

Foto: Negro, par y pasa: los hermanos Joaquín y Jesús Franco, condenados por copiar máquinas tragaperras
Negro, par y pasa: los hermanos Joaquín y Jesús Franco, condenados por copiar máquinas tragaperras

Se trata de una sentencia inédita en España. Por primera vez, y en un sector tan peculiar como el del juego, uno de los grandes grupos nacionales e internacionales en este sector -junto con Cirsa- ha sido condenado por copiar máquinas tragaperras a la competencia.

Además, se trata de la vieja idea de la pelea entre David y Goliat, el débil que, con todo en contra, acaba derrotando al gigante. En este caso, el gigante son Joaquín y Jesús Franco, hermanos toledanos que han amasado una fortuna sembrando medio mundo con sus máquinas tragaperras; los débiles son la empresa malagueña Vifico, distribuidora para España del tipo de tragaperra objeto de la demanda, y los ingleses de Barcrest Limited, que son los fabricantes.

Según la sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico, Recreativos Franco debe pagar 2,2 millones de euros por competencia desleal. El juez les condena por “imitación servil de una máquina recreativa ideada por otra empresa”, lo que considera que son hechos “constitutivos de competencia desleal”. Tal y como ha podido saber este periódico, Recreativos Franco ya ha pagado esa cantidad, aunque la parte demandante ha recurrido la sentencia porque pedía una indemnización mucho mayor: 15 millones de euros.

Un auténtico boom

El conflicto tiene su plus de importancia porque la máquina originaria, conocida como ‘Escalera & Tobogán’, fue un extraordinario éxito cuando se empezó a comercializar por los andaluces a principios de los noventa. Los hermanos Franco aprovecharon ese tirón y consiguieron la licencia para sacarla ellos al mercado. Aunque lo que hicieron en realidad fue copiarla y comercializar dos máquinas tragaperras muy parecidas. Ahí se inició el proceso judicial que ha culminado ahora.

Todo aquello sirvió a los Franco para dar un gran salto dentro del mercado español y para empezar a levantar ese gigante que es ahora: número uno de España en máquinas tragaperras con presencia en más de 50 países del mundo. La empresa, que va a promover un edificio de oficinas donde estaba ubicada su antigua sede en Madrid, ya tuvo problemas judiciales hace dos años en Estados Unidos por un supuesto soborno a funcionarios en el Estado de Arizona para que les dejara comercializar allí sus máquinas. Supuestamente, el hijo de Joaquín, conocido como Kino Franco, fue el autor de los sobornos y estuvo varios días en la cárcel.

Se trata de una sentencia inédita en España. Por primera vez, y en un sector tan peculiar como el del juego, uno de los grandes grupos nacionales e internacionales en este sector -junto con Cirsa- ha sido condenado por copiar máquinas tragaperras a la competencia.