Caruana ve necesaria una reflexión política sobre la estructura de las Cajas de Ahorros

El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, cree necesario que las fuerzas políticas realicen una "reflexión seria" sobre la estructura jurídica de las cajas de ahorros, que sirva para definir su modelo de futuro y también para "despejar algunas inquietudes" manifestadas por el propio organismo supervisor.

En su intervención en el Foro ABC, organizado por Deloitte, Caruana aseguró que "sería un ejercicio saludable" que los poderes políticos lograran un consenso sobre los cambios que deben introducirse en el modelo de cajas.

Aunque también incidió en que las cajas están bien gestionadas y no tienen problemas, el gobernador recordó que sería necesario despejar "algunas inquietudes" que el propio Banco de España ha manifestado en numerosas ocasiones.

El organismo supervisor recuerda insistentemente que las cajas tienen en sus órganos de gobierno representación de los poderes públicos y que, además, no están regidas como el resto de empresas por las leyes del mercado, al no tener accionistas.

Precisamente, el gobernador esgrimió de nuevo estos factores para demandar a las cajas más "disciplina y autocontrol" en su intención de gestionar empresas, ya que esta circunstancia genera un riesgo importante, aún mayor para las cajas que para los bancos por sus especiales características.

Caruana no concretó más sobre cómo debería ser, a su juicio, la estructura de las cajas, pero sus afirmaciones llegan precisamente cuando la Oferta Pública de Adquisición (OPA) anunciada por Gas Natural sobre Endesa ha reactivado el debate político sobre cuál debe ser la estructura de las cajas.

De hecho, la presencia de La Caixa y Caja Madrid como accionistas principales de las dos empresas implicadas en la operación llevó recientemente al líder de la oposición, Mariano Rajoy, a pedir una reforma de la ley de cajas para limitar las "injerencias políticas" en estas entidades.

La patronal de las cajas contesta a Rajoy

Al igual que hizo Caruana, desde la patronal de cajas se contestó rápidamente a Rajoy que una reforma sería conveniente, pero siempre que se haga de manera consensuada y no precipitadamente para responder a una situación concreta, como esta OPA.

El gobernador no quiso entrar a opinar sobre la OPA y únicamente se limitó a insistir a las cajas que deben reducir sus posiciones de control en empresas.

También hizo un comentario "general" sobre la importancia de que el mercado energético sea "competitivo y eficiente", aunque a continuación recordó que son otras autoridades las que tienen que velar por ello.

Consultado sobre los temores que recientemente mostró en el Congreso de los Diputados sobre el posible traslado de la supervisión de las cajas catalanas a la Generalitat de Cataluña si se aprueba el Estatut como está redactado en la actualidad, Caruana dijo que es un aspecto que "tendrá que ser analizado durante el proceso" de tramitación.

El gobernador no quiso ser tan incisivo como en su intervención ante el Congreso, donde llegó a asegurar que la aprobación del Estatut podría afectar al bienestar de los españoles, pero ante la pregunta de si se reafirmaba en sus declaraciones tuvo que aseverar que "no hemos cambiado nada".

Eso sí, a continuación apostilló que "parece que algunas de estas opiniones van a llevar a un diálogo" entre las fuerzas políticas. En todo caso, no quiso pronunciarse sobre las fuertes críticas recibidas desde la mayoría de las fuerzas políticas -salvo el PP- y únicamente dijo que el rapapolvo "va en el sueldo".

El Estatuto de Cataluña es un proyecto de calado muy importante

Caruana insistió en que el Estatuto de Cataluña es un proyecto de calado muy importante, con implicaciones políticas y constitucionales y que puede tener repercusiones económicas trascendentales, también para Cataluña, aunque en este caso no quiso pronunciarse sobre si serán positivas o negativas.

Sobre la situación de la economía española, el gobernador auguró que crecerá a un ritmo fuerte durante este año y el próximo (en torno al 3,3 por ciento en 2006) pero alertó que esta fase expansiva podría no mantenerse en los años posteriores.

A su juicio, existe el riesgo de que se reduzca el consumo de las familias si suben los tipos de interés y también de que siga reduciéndose la competitividad, por los diferenciales de costes y de inflación con otros países de la Unión Europea.