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La ambigüedad del concepto biodegradable puede llevar a engaño
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Un falso comodín publicitario

La ambigüedad del concepto biodegradable puede llevar a engaño

Todo cuanto nos rodea lo es, pues todo acaba degradándose en el entorno. Lo importante es determinar cuánto tarda en hacerlo y qué tipo de impacto ambiental genera durante ese tiempo

Foto: Aumenta el interés por los productos ecológicos. (EFE)
Aumenta el interés por los productos ecológicos. (EFE)

Ante el aumento de la conciencia ecológica en la sociedad, la publicidad recurre cada vez con mayor frecuencia a destacar los supuestos beneficios para el cuidado del medio ambiente en todo tipo de productos. Y uno de los ganchos publicitarios más frecuentes es el de incluir en la etiqueta la expresión 'biodegradable'.

Moviéndose entre la ambigüedad del término y la permisividad de la legislación vigente, muchas marcas aprovechan el desconocimiento general de su significado entre los consumidores para destacar la presunta inocuidad medioambiental de su vertido. Pero ¿hasta qué punto es así?

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En principio su inclusión en la etiqueta del envase indica que el producto que contiene transformará los principios activos de su formulación en sustancias inofensivas para el medio ambiente gracias a un proceso biológico (de ahí el nombre) en el que intervienen los microorganismos descomponedores presentes en el medio natural.

Hecha la ley...

Por ejemplo, la legislación referida al uso de los tensioactivos presentes en los productos para la limpieza del hogar y el cuidado personal. El reglamento europeo sobre detergentes y productos de limpieza los define como sustancias humectantes, emulgentes y espumantes que "se añaden para eliminar la suciedad de la piel, la ropa y de artículos para el hogar, especialmente en cocinas y baños" y exige que se degraden en una proporción del 80% al 90% en un período de tiempo no superior a los veintiún días. La normativa parte de una propuesta de autorregulación presentada por las propias industrias del sector que acabó resultando aceptada e incorporada a la ley que regula su uso en la UE. Una ley que incorporaba la trampa.

placeholder Las marcas recurren al concepto biodegradable para enmascarar la verdadera carga tóxica de los productos de limpieza (EFE)
Las marcas recurren al concepto biodegradable para enmascarar la verdadera carga tóxica de los productos de limpieza (EFE)

Porque de lo que 'se olvidaron' los fabricantes es de señalar los efectos en el medio ambiente de la acumulación de tensioactivos durante ese plazo de veintiún días. Tampoco investigaron sobre las reacciones que pueden desencadenar estas sustancias al entrar en contacto con el resto de los contaminantes vertidos a la naturaleza. Ni mucho menos valoraron las consecuencias a largo plazo de ese hasta un 20% que la ley permite liberar para que se fijen en el entorno sin degradarse.

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Se trata del mismo ardid al que recurren los fabricantes de toallitas húmedas cuando nos indican en la etiqueta que pueden ser desechadas a través del inodoro porque son '100% biodegradables'. Lo que no dicen es cuanto tardan en serlo ni en qué cantidad. Solo hay que comprobar los problemas que sigue causando su acumulación en los bajantes y las sentinas de los edificios y en el sistema de alcantarillado urbano (el famoso 'monstruo de las toallitas') además del grave trastorno que causan en el sistema de funcionamiento de las estaciones depuradoras de aguas residuales.

placeholder Las toallitas humedas provocan graves atascos en el sistema de alcantarillado (EFE)
Las toallitas humedas provocan graves atascos en el sistema de alcantarillado (EFE)

Y no hablemos del problema medioambiental que provocan al convertirse en basura marina. Para comprobarlo basta con dar un paseo por cualquiera de nuestras playas tras un temporal de levante. Viendo los montones de toallitas sin biodegradar que aparecen acumuladas sobre la arena comprobaremos el enredo al que nos están llevando los fabricantes y el alto coste medioambiental que estamos pagando por su culpa.

Más regulación y menos enredo

Estos son tan solo un par de ejemplos de la ambigüedad y la falta de ambición de las normativas europeas que deben regular el vertido de sustancias tóxicas al medio ambiente, unas normas basadas en el autocontrol de la propia industria y al que pocos fabricantes se sienten ligados. Por eso es necesario que la administración sea mucho más exigente con las empresas, impida que se amparen en la vaguedad del término biodegradable y obligue declarar de manera mucho más explícita la verdadera carga contaminante de sus productos, la persistencia de su residuo y su auténtico impacto en el medio natural.

Ante el aumento de la conciencia ecológica en la sociedad, la publicidad recurre cada vez con mayor frecuencia a destacar los supuestos beneficios para el cuidado del medio ambiente en todo tipo de productos. Y uno de los ganchos publicitarios más frecuentes es el de incluir en la etiqueta la expresión 'biodegradable'.

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