Una encina aragonesa opta a ser el Árbol Europeo del Año

La carrasca milenaria de Lecina, en la provincia de Huesca, es nuestro representante en el European Tree of the Year, algo así como el Festival de Eurovisión de los árboles singulares europeos. Frente a ella, otros 13 gigantes vegetales de toda clase, especie y condición aspiran a lograr el mismo galardón.

Con sus 16 metros de altura y un tronco de siete metros de perímetro, que para ser abrazado necesitaría la colaboración de cuatro personas adultas, este árbol milenario se ha convertido en una auténtica catedral viva. “Estamos muy orgullosos de que nuestra encina sea la representante española y esperamos que gane”, ha declarado la alcaldesa del municipio, Carmen Lalueza, quien anima a todos a apoyar a su vecina más querida y anciana para ganar la competición.

“La carrasca de Lecina es un ser vivo único e irrepetible, y al mismo tiempo un referente cultural en toda la zona que merece nuestro respeto y proclamación como Árbol del Año 2021”, explica Susana Domínguez, presidenta de Bosques Sin Fronteras, la asociación promotora de este peculiar concurso en España.

Durante todo el mes de febrero, se puede votar su candidatura en la web oficial del concurso. Desde el primer día, la encina va en primera posición, pero el candidato italiano, un viejo plátano calabrés, le viene pisando las ramas, y en las últimas horas podrían darse cambios en la clasificación, por eso, es necesario nuestro apoyo.

Susana Domínguez se muestra muy ilusionada con el gran apoyo recibido desde el primer momento, pero pide prudencia. “Lo importante es mantenerse en cabeza y aún queda mucho concurso por delante”, avisa. En su opinión, la encina debería recibir una media diaria de 1.500 votos hasta el 28 de febrero para mantenerse en el liderazgo; lograr entre 45.000 y 50.000 apoyos. En los primeros dos días, lleva cosechados 6.700 votos después de acaparar titulares en prensa. Una espectacular estadística que induce al optimismo.

Una competición muy reñida

Este es el sexto año en que árboles españoles se presentan a un concurso que nació en 2011, pero nunca antes uno de nuestros candidatos había conseguido tanto apoyo popular desde el minuto uno. Hasta el momento, la mejor posición la obtuvieron en 2018 los olmos centenarios de Cabeza del Buey, en Badajoz, que con 22.000 votos lograron un meritorio segundo puesto. Les ganó ese año el candidato portugués, un viejo alcornoque de El Alentejo conocido como 'El silbador', por los numerosos pájaros que cantan en sus ramas.

El objetivo del Árbol Europeo del Año es reforzar el carácter de patrimonio natural y cultural de estos viejos árboles tan queridos, reconociendo la necesidad de su protección. Por eso, en el concurso no solo se valoran la belleza, tamaño o edad del árbol, sino su historia y relación con el territorio y la comunidad con la que convive.

También tienen una gran importancia ambiental, como destaca Gonzalo Anguita, director de FSC España, patrocinador del certamen español, quien resalta la importancia de tener en cuenta los altos valores de conservación del arbolado monumental en una correcta gestión forestal sostenible como la que promueve su organización. “Los estándares de FSC garantizan la protección de árboles tan singulares como esta increíble encina, elementos fundamentales del bosque, pues son verdaderos reductos de biodiversidad, además de tener una gran importancia cultural”.

Por si eso fuera poco, la carrasca de Lecina se comporta también como una excelente herramienta de lucha contra el cambio climático. Susana Domínguez calcula que en su gigantesca estructura vegetal almacena más de 40 toneladas de carbono. Mientras siga viva, ese carbono se mantendrá a buen recaudo y no retornará a la atmosfera.

Vencedora nacional

Lo más complicado para la vieja encina fue lograr el galardón nacional. Compitió con otros 10 ejemplares monumentales igualmente de gran fama, como las moreras de Cala del Moral (Málaga, símbolo de una antigua industria sedera), el pino de La Baia (Alicante, terror de los ladrones), el carbayón de Cornellana (Asturias, 484 años), el moral de Villoviado (Burgos, plantado por el guerrillero cura Merino) e incluso una prima milenaria de la Sierra Subbética cordobesa (centenaria vecina de Lucena). Pero sus casi 10.000 votos logrados, 3.000 más que el segundo clasificado, le dieron una victoria indiscutible.

Desde que en 2015 fuera declarado árbol singular de Aragón, se ha convertido en auténtico icono del turismo rural del concurrido Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, donde se conoce popularmente como 'La Castañera', por el gran tamaño y buen sabor de sus bellotas: hasta 600 kilos al año.

Pero, para Aragón, esta encina tiene un simbolismo muy especial que escapa a su monumentalidad. Su elección es también un sentido homenaje vegetal a las víctimas del covid-19. El 27 de junio de 2020, se plantaron 731 carrascas, una en cada municipio aragonés, en tributo a las víctimas y como agradecimiento a los trabajadores sanitarios, residencias de mayores y servicios esenciales de la región. La encina aparece en el escudo de Aragón y está considerada emblema vegetal de la comunidad dada su resistencia (símbolo de lucha), follaje siempre verde (símbolo de vida) y que florece en abril (el mes de Aragón). La de Lecina es la más famosa de todas ellas.

Muy popular en las redes sociales, este árbol monumental cuenta con página web propia que dinamiza un voluntarioso club de fans. También apoyan su candidatura instituciones como la Asociación de Turismo de Huesca a través de la marca Huesca la Magia, la ruta del vino del Somontano o la comarca de Sobrarbe. Seguro que los lectores de Planeta A podemos darle el empujón final votando por ella aquí.