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Del Ter al Bidasoa: el coipú está invadiendo los ríos del norte de España
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Amenaza a la biodiversidad

Del Ter al Bidasoa: el coipú está invadiendo los ríos del norte de España

Originario de Suramérica, este roedor de más de medio metro de longitud y siete kilos de peso, está considerado como una de las cien especies invasoras más dañinas del mundo

Foto: Originario de Sudamérica, el coipú es uno de los roedores de mayor tamaño y una peligrosa especie invasora. (EFE/A.Fasani)
Originario de Sudamérica, el coipú es uno de los roedores de mayor tamaño y una peligrosa especie invasora. (EFE/A.Fasani)

Las lagunas litorales y los arrozales de Pals, en la comarca catalana del Baix Empordà, conforman uno de los humedales más frecuentados por ornitólogos de toda Europa que, pertrechados de prismáticos, cámaras y catalejos, acuden todos los inviernos hasta este bello rincón del Parque Natural del Montgrí, Illes Medes i Baix Ter, para disfrutar de la observación de las aves.

Se trata de un paisaje costero de bajo relieve, atravesado de caminos agrícolas y canales de riego, muy fácil de recorrer, por lo que durante los fines de semana suele acoger la visita de aficionados a la naturaleza y familias que acuden hasta este agradable lugar disfrutar de uno de los pocos parajes naturales de la Costa Brava que quedaron a salvo de la especulación urbanística.

Foto: Aficionados a las aves en Monfragüe, Extremadura. (EFE/Eduardo Palomo)

Sin embargo, en los últimos años son cada vez más los visitantes que informan del sobresalto y la consternación que les ha causado observar atónitos, en mitad de los arrozales o atravesando el camino, a uno de los roedores más grandes del planeta, una gigantesca rata de casi diez kilos de peso y más de medio metro de longitud: el coipo o coipú (Myocastor coypu).

La Generalitat de Catalunya está al corriente del caso y teme la grave amenaza que representa esta especie invasora: tanto para la biodiversidad como para la agricultura. Por eso, esta misma semana anunciaba la puesta en marcha de un plan de acción para contener la expansión del coipú en las comarcas de Girona, donde según los expertos podría existir ya una población de más de 2.000 ejemplares viviendo en libertad.

placeholder Coipús atraídos por un paseante en las afueras de Praga. (Reuters/N.Doce)
Coipús atraídos por un paseante en las afueras de Praga. (Reuters/N.Doce)

Pero Cataluña no es el único territorio que está siendo bioinvadido por el coipú. Su presencia en el País Vasco está documentada desde los años setenta, cuando empezaron a verse algunos ejemplares en las Marismas de Txingudi. Desde entonces la especie no ha hecho más que expandirse por las cuencas de los ríos vascos y navarros, especialmente las del Oiartzun, el Urumea y el Bidasoa. En Navarra, su expansión está siendo tan alarmante que el gobierno foral la ha declarado legalmente como plaga, activando todo tipo de medidas “para su control con carácter generalizado” ante el elevado riesgo que representa para “la biodiversidad, la agricultura y la salud de las personas”.

Pero ¿de dónde han salido?

El coipú es un roedor semiacuático originario de Suramérica que luce un pelaje marrón plateado, denso y largo que, para su desgracia, resulta muy apreciado en peletería. Por ello, desde principios del siglo pasado estos roedores de gran tamaño se crían en granjas peleteras distribuidas por varios países europeos, incluido el sur de Francia.

placeholder Una pareja de coipús fotografiada en Italia. (EFE/A.Fasani)
Una pareja de coipús fotografiada en Italia. (EFE/A.Fasani)

Pero tras la crisis del sector y la prohibición de la venta de pieles en algunos estados, la mayoría de estas instalaciones, como las situadas al sur de Francia, cesaron en su actividad, y muchos de los animales enjaulados lograron escapar o fueron directamente liberados en el entorno. Tras ello, una vez adaptados al medio, empezaron a expandirse hasta cruzar los Pirineos y plantarse en la península ibérica.

En el caso de los coipús llegados al País vasco y Navarra no hay duda de que proceden de ejemplares asilvestrados llegados del otro lado de la frontera. En Cataluña, sin embargo, existen observaciones desde los años setenta de ejemplares escapados de pequeñas granjas instaladas en la cuenca del río Tordera y algunas otras rieras de las comarcas del Ripollés y La Selva.

Si tenemos en cuenta que el coipú es maduro sexualmente a partir de los seis meses de nacer, que pueden vivir más de cinco años y que las hembras pueden tener hasta tres camadas al año de media docena de crías o más, entenderemos la velocidad a la que puede llegar a propagarse este roedor suramericano, incluido en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras.

placeholder Visones americanos capturados mediante trampeo. (EFE/SAG)
Visones americanos capturados mediante trampeo. (EFE/SAG)

En Cataluña, el plan de choque puesto en marcha por el gobierno autonómico para contener el avance del coipú, incluye la creación de una brigada de control formada por tres agentes que centrará su actividad en la localización de ejemplares y la colocación de trampas para proceder a su captura y retirada del medio natural.

El trampeo como única solución

Como en el caso de otra especie invasora, el visón americano, el trampeo es el único método que se ha demostrado eficaz para detener la expansión del coipú. En el Reino Unido, por ejemplo, donde este roedor empezó a colonizar el medio natural en la segunda década del siglo pasado hasta alcanzar una población silvestre de doscientos mil ejemplares, se llevó a cabo una intensa campaña de trampeo a principios de los ochenta, y desde 1987 no se ha vuelto a dar una sola cita de coipú en todo el país, constatándose una recuperación de las poblaciones de fauna y flora autóctona que estaban menguando ante la presencia de este bioinvasor.

placeholder El coipú es uno de los roedores de mayor tamaño. (EFE/F.Rumpenhost)
El coipú es uno de los roedores de mayor tamaño. (EFE/F.Rumpenhost)

Otro de los aliados en la lucha contra el coipú en los humedales europeos afectados por su presencia es el descenso de las temperaturas invernales. Está comprobado que el frío intenso actúa como un potente selector natural para esta y otras especies exóticas procedentes de climas más templados. En el caso del roedor, los temporales de nieve que acaban cubriendo los campos y helando lagunas provocan un notable descenso de la tasa de reproducción y reducen la supervivencia juvenil.

Con todo, aunque las medidas tomadas por los gobiernos de Cataluña, Navarra y el País Vasco se están demostrando efectivas y su área de distribución parece restringida a estos territorios, los expertos en gestión de fauna invasora señalan que sería conveniente establecer protocolos de vigilancia y control en las cuencas adyacentes para contener la amenaza que supone esta especie invasora, que ya se ha expandido de manera generalizada por buena parte de Europa: desde Francia e Italia hasta Alemania, Bélgica o Países Bajos, entre otros países.

Las lagunas litorales y los arrozales de Pals, en la comarca catalana del Baix Empordà, conforman uno de los humedales más frecuentados por ornitólogos de toda Europa que, pertrechados de prismáticos, cámaras y catalejos, acuden todos los inviernos hasta este bello rincón del Parque Natural del Montgrí, Illes Medes i Baix Ter, para disfrutar de la observación de las aves.

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