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Posidonia oceánica: una gran depuradora de CO2 que podría desaparecer por la contaminación
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GENERAN HASTA 20 LITROS DE OXÍGENO DIARIOS

Posidonia oceánica: una gran depuradora de CO2 que podría desaparecer por la contaminación

Las praderas actúan como barrera natural para proteger la costa de la erosión y multiplican por 20 la capacidad de captar C02 y generar oxígeno de los bosques

Foto: Imagen: cedida
Imagen: cedida

Tres cuartas partes del planeta Tierra son agua y el 97,5% es salada. Acostumbramos a mirar a las montañas y bosques como reserva de la biosfera y filtro de CO2, pero olvidamos volver la vista a los océanos. Bajo las aguas turquesas de Ibiza y Formentera, en el parque natural de Ses Salines, hay una inmensa pradera submarina de posidonia que no sale en las fotos de Instagram. Suma más de ocho kilómetros, pasa de 100.000 años y no existe en ningún otro mar del planeta. Constituye una de las fuentes de oxigenación más importantes de nuestro Mediterráneo, generando entre cuatro y 20 litros de oxígeno diarios por cada metro cuadrado, según ha publicado el portal 'Planet Energy' de Cepsa. Parte de este oxígeno es difundido a la atmósfera terrestre durante los períodos de máxima productividad.

Las praderas de posidonia sumergidas en el Mediterráneo almacenan más CO2 que los bosques y son especialmente sensibles a la sobrecarga de gases de efecto invernadero. Desde 1999 es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y en los últimos años ha empezado a menguar como si encogiese. Según datos de la Fundación SavePosidoniaProject, las islas Baleares suman 55.795 hectáreas de praderas de posidonia; 7.650 hectáreas en Formentera, lo que equivale a 76,5 millones de metros cuadrados de bosque submarino a proteger. No obstante, ya hay algunas iniciativas como el proyecto Life Posidonia o Life Blue Natura que cuentan con acciones para preservar esta especie.

Una planta acuática que filtra los gases contaminantes

La posidonia oceánica o posidonia mediterránea se confunde con un alga, pero no lo es. Tiene raíz, hojas y tallo, como las terrestres. Es una planta acuática endémica del Mar Mediterráneo. Sus plantas florecen en otoño y arrojan una especie de fruto que recuerda a una oliva marina. Crecen en fondos arenosos poco profundos para buscar la luz solar y se agrupan formando praderas inabarcables (fanerógamas marinas) que son absolutamente esenciales para el ecosistema marino y para el equilibrio del planeta. Funcionan como barrera natural para proteger la costa de la erosión y son una gran depuradora del CO2 (de hecho a este carbono se le denomina azul) al mismo tiempo que es hábitat y refugio de millones de especies —400 vegetales y un millar animales—, explica a 'Planet Energy' Silvia García, investigadora de Oceana, organización internacional centrada en la protección de los océanos desde 2001 y con líneas de trabajo específicas que han logrado concienciar, educar y ayudar en la protección legal de este patrimonio subacuático.

Multiplica por 20 la capacidad de los bosques terrestres de captar CO2, generar oxígeno y filtrar los gases de efecto invernadero

Además, —apunta esta bióloga marina— la posidonia tiene otra característica singular: es altamente sensible a la turbidez y a la contaminación. "Refleja el estado y la calidad de las aguas de un Mar Mediterráneo que está enfermo y esta planta es el síntoma". La posidonia multiplica por 20 la capacidad de los bosques terrestres —por unidad de área— de captar dióxido de carbono (CO2), generar oxígeno y filtrar ese manto de gases contaminantes que forma la burbuja del calentamiento global y, como no podría ser de otro modo, combatir el cambio climático. Cuanto más aumenta la contaminación litoral, más encogen las praderas de posidonia y su capacidad para ser la depuradora de aire del Mediterráneo.

Para protegerlas, el proyecto Life Posidonia ha instalado boyas ecológicas y nos ofrecen otras claves para ayudar a preservar este manto verde milenario: no fondear sobre ellas, alertar de la presencia de algas invasoras, controlar la flotación y el aleteo; o pasar a la acción como voluntario en defensa de los océanos son algunas de estas buenas prácticas. Otra de las iniciaitivas que buscan proteger estas praderas submarinas es Life Blue Natura. Según sus propulsores, su intención con este proyecto es "conocer el papel de los sumideros de carbono azul, ya que desconocemos estos datos en las praderas de fanerógamas y en las marismas de marea en Andalucía".

Tres cuartas partes del planeta Tierra son agua y el 97,5% es salada. Acostumbramos a mirar a las montañas y bosques como reserva de la biosfera y filtro de CO2, pero olvidamos volver la vista a los océanos. Bajo las aguas turquesas de Ibiza y Formentera, en el parque natural de Ses Salines, hay una inmensa pradera submarina de posidonia que no sale en las fotos de Instagram. Suma más de ocho kilómetros, pasa de 100.000 años y no existe en ningún otro mar del planeta. Constituye una de las fuentes de oxigenación más importantes de nuestro Mediterráneo, generando entre cuatro y 20 litros de oxígeno diarios por cada metro cuadrado, según ha publicado el portal 'Planet Energy' de Cepsa. Parte de este oxígeno es difundido a la atmósfera terrestre durante los períodos de máxima productividad.

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