Audio | El reverdecer de la isla de La Palma más allá del volcán
Las exhalaciones del cono volcánico propagaban sus ecos como las voces de las aves lo hacen por las vaguadas. Antes o después, estos mismos parajes, hoy arrasados, hablarán los mismos lenguajes que se escuchan en el resto de la isla
Durante semanas, los únicos sonidos que hemos escuchado de La Palma eran los relacionados con la actividad del volcán. Explosiones, exhalaciones, arrastre de coladas y todos los rumores que forman el tremor volcánico nos han hecho olvidar que la naturaleza de la isla se expresa de muchas otras formas.
Así, el arrastre mineral, cristalino y sordo a la vez de las coladas de lava, contrasta con el estrépito de cascadas, como la del barranco del Agua, o el fluir sobre cauces pedregosos, en el barranco de las Angustias o en cualquiera de las múltiples galerías, canales de agua a cielo abierto, que drenan la isla. Las exhalaciones y estampidos del cono volcánico propagan sus ecos de la misma forma que las voces de las aves lo hacen por las vaguadas.
Las nubes blancas de vapor se parecen a los mares de nubes que barren los pinares de Cumbre Vieja. Los bosques chamuscados, los pinos ardientes en medio de los remolinos de lava, contrastan con el ambiente fresco, ameno, de las espesas laurisilvas. Los borbotones rojos de magma se desploman sobre las laderas como las olas de espuma blanca lo hacen en las playas de Santo Domingo de Garafía. El crepitar de los piroclastos, en fin, que riegan un fino estrato que recuerda el corte de una galaxia, remite al sonido placentero de una noche bajo las estrellas entre los observatorios del Roque de los Muchachos.
Pero, bien pensado, las voces del volcán hablan el mismo lenguaje que los bosques y las corrientes de agua. Es solo una cuestión de tiempo. La Palma, la isla verde, nació del fuego. Y antes o después, estos mismos parajes, hoy arrasados, hablarán los mismos lenguajes que se escuchan en el resto de la isla.
Durante semanas, los únicos sonidos que hemos escuchado de La Palma eran los relacionados con la actividad del volcán. Explosiones, exhalaciones, arrastre de coladas y todos los rumores que forman el tremor volcánico nos han hecho olvidar que la naturaleza de la isla se expresa de muchas otras formas.
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