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¿Cómo salvamos del cambio climático a las especies que aún no hemos descubierto?
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Es necesario catalogar para conservar

¿Cómo salvamos del cambio climático a las especies que aún no hemos descubierto?

El cambio climático amenaza los hábitats silvestres de todo el mundo, donde seguimos catalogando nuevas especies desconocidas para la ciencia, algo que plantea un reto añadido a las labores de conservación

Foto: Un rorcual de Rice, un tipo de ballena catalogada como una 'nueva especie' en 2021 que está en peligro crítico de extinción.
Un rorcual de Rice, un tipo de ballena catalogada como una 'nueva especie' en 2021 que está en peligro crítico de extinción.

Especies como el oso polar o los llamativos arrecifes de coral están en jaque a causa del cambio climático. Pero, dado que se descubren especies nuevas cada semana, un equipo de investigadores ha presentado un método de 'retorno de la inversión' para evitar que las especies que están esperando ser identificadas y catalogadas, desaparezcan antes de que sean localizadas. La idea es optimizar los esfuerzos globales antes de que el entorno las borre de la faz de la Tierra.

El cambio climático conduce a la pérdida de especies

Ni siquiera sabemos cuántas especies están en peligro. Se espera que las plantas y los animales que únicamente viven en una región, conocidas como especies "endémicas", se vean más afectadas por el cambio climático que sus contrapartes menos especializadas, según mostró un estudio publicado en la revista Biological Conservation, que exponía que más del 90% de las especies endémicas se enfrentarán, como mínimo, a una reducción de la población (otras a la extinción), si el calentamiento sigue ascendiendo al ritmo actual, por encima de los niveles preindustriales.

placeholder El cambio climático supone una amenaza directa para la biodiversidad del planeta (EFE)
El cambio climático supone una amenaza directa para la biodiversidad del planeta (EFE)

Y es que con un planeta en constante calentamiento, las especies tienen que adaptarse a nuevos patrones climáticos (variaciones en las precipitaciones; veranos más largos y cálidos, etc.).

La mano del hombre ha provocado un cambio drástico en la atmósfera de la Tierra y el impacto en la biodiversidad global es terroríficamente destructivo. Lo peor es que la situación podría ser peor aún con respecto al escenario con el que contamos, ya que sigue existiendo un número indeterminado de especies no documentadas.

"No podemos esforzarnos en la conservación de una especie si no sabemos que existe"

El destino de muchas especies probablemente dependerá de su capacidad para migrar de condiciones climáticas cada vez menos favorables a nuevas áreas que satisfagan sus necesidades físicas, biológicas y climáticas. Pero, ¿y de las que ni siquiera tenemos constancia de su existencia?

Antes de que podamos encontrar formas de preservar una especie, hay que localizarla e identificarla en términos taxonómicos y científicos. Descubrir, documentar y dar nombre a esa especie. Para agilizar esta tarea que requiere de tiempo y recursos, el nuevo estudio publicado en Plos Biology expone una forma de decidir qué grupos requieren documentación taxonómica como herramienta de apoyo a los esfuerzos de conservación.

Los investigadores comparan el costo humano de identificar y clasificar un grupo de algunas especies con la probabilidad de identificar una especie no descubierta anteriormente en peligro de extinción debido al entorno en constante cambio a causa del cambio climático. Una vez discernido el método, un equipo de expertos lo probó en un grupo muy diverso de serpientes y lagartos australianos. Del total de 870 especies de reptiles examinadas, aproximadamente un tercio no se habían clasificado correctamente, y 24 especies carecían del nivel de categorización necesario para permitir una conservación adecuada de los individuos.

¿Por qué hay aún tantas especies desconocidas?

El hecho de que exista un atraso global importante de especies sin una descripción adecuada entre la mayoría de los grupos de organismos, se debe, principalmente, a los recursos que se necesitan para llevar a cabo los proyectos taxonómicos de gran envergadura.

El nuevo enfoque presenta, por tanto, un marco para taxonomistas y conservadores de vida silvestre que se puede aplicar a casi cualquier grupo para priorizar las especies que necesitan documentación taxonómica inmediata. Los autores esperan que este método ayude a salvar más especies en riesgo antes de que se extingan silenciosamente.

Foto: El lago Volvi en Grecia que se seca temporalmente como consecuencia de el riego excesivo en el sector de la agricultura (junto con los efectos del cambio climático). Se trata de uno de los ejemplos de sistema acuático puesto en riesgo por la ectividad

"No podemos esforzarnos en la conservación de una especie si no sabemos que existe. La taxonomía nos permite identificarlas y ponerles un nombre para que podamos actuar antes de que se pierdan. Ya que las nuevas especies permitirán que se lleven a cabo evaluaciones de conservación para garantizar su protección", explica Jane Melville, líder del trabajo y herpetóloga del Museum Victoria (Australia).

placeholder Los anfibios son uno de los grupos más amenazados (EFE)
Los anfibios son uno de los grupos más amenazados (EFE)

Más allá del valor obvio que supone salvar tantas formas de vida en la Tierra como sea posible, “también perdemos las posibilidades del conocimiento científico que podría provenir de un estudio más completo de la biosfera de nuestro planeta, que ya estaba cambiando y evolucionando con cada año que pasa” continúa la experta, quien vaticina que estos futuros hallazgos podrían incluso conducir a avances importantes en la medicina, la robótica aplicada o incluso la psicología del comportamiento.

Especies como el oso polar o los llamativos arrecifes de coral están en jaque a causa del cambio climático. Pero, dado que se descubren especies nuevas cada semana, un equipo de investigadores ha presentado un método de 'retorno de la inversión' para evitar que las especies que están esperando ser identificadas y catalogadas, desaparezcan antes de que sean localizadas. La idea es optimizar los esfuerzos globales antes de que el entorno las borre de la faz de la Tierra.

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