De Asia a Europa: las plantas solares flotantes llegan a las aguas de la península Ibérica
Aunque la mayor parte de la capacidad instalada está en países como China o Japón, el peso aumenta dentro de nuestras fronteras. Endesa ganó este año en Portugal la primera subasta solar flotante en embalses de la Península
La solución a la emergencia climática y la necesidad de independencia de los combustibles fósiles pasa por imaginar nuevos procesos de creación de energía. Lo que hace años parecería impensable ahora puede ser una de las mejores iniciativas para el impulso de la generación de energía verde. Es lo que sucede, precisamente, con los parques de plantas fotovoltaicas flotantes; cada vez más cerca de las aguas que nos rodean.
"La mayor parte de la capacidad instalada a nivel mundial se encuentra en Asia, sin embargo, ya se están creando nuevas plantas en Francia, Suiza y Portugal", afirma Miguel González, responsable de Desarrollo de Renovables de Endesa en Portugal y noroeste de España. La empresa española ganó recientemente la primera subasta solar flotante en embalses de la península Ibérica. En concreto, la instalación se situará en el embalse portugués Alto do Rabagão, cubrirá una superficie de 45 hectáreas y podremos verla en funcionamiento dentro de cuatro años, según explica González.
En España hay unos 100 embalses de titularidad estatal en los que, potencialmente, podrán ubicarse las plantas fotovoltaicas
"En España, la mayoría de plantas —instaladas en embalses o balsas artificiales— son destinadas al autoconsumo para alimentar sistemas de riego", dice González. Pero ahora, nuestro país ha dado un paso más: este mismo año, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) sacó a consulta pública el real decreto que regulará estas instalaciones. El plazo terminó el 7 de abril y ahora se espera el texto definitivo.
El experto de Endesa señala que los embalses son los lugares más propicios para este tipo de construcción por su bajo nivel de biodiversidad. Pero ¿en qué condiciones se permitirá instalarlas? La normativa contempla un máximo de tres plantas por embalse y una cobertura parcial según el estado trófico de cada uno; es decir, cuanto peor sea la calidad de las aguas, mayor superficie se podrá abarcar. No podrán colocarse en embalses oligotróficos (con buena calidad del agua) ni en lagos o lagunas de origen natural. Así, tal y como cifra el ministerio, en nuestro país hay unos 100 embalses de titularidad estatal en los que, potencialmente, podrán ubicarse. Por ahora, se otorgarán mediante concesiones temporales con una duración máxima de 25 años.
Más espacio y rendimiento
Las ventajas no son pocas, según el responsable de Desarrollo de Renovables en Portugal y noroeste de España de Endesa: "Son una buena opción para generar energía solar en los lugares donde no haya disponibilidad de terrenos". Otro de los beneficios en comparación con los sistemas terrestres "es su rendimiento". Esto se explica porque, al estar pegados al agua, los paneles se enfrían mejor que en la tierra. "Cuanto más caliente está el material, menos electricidad se produce con la misma cantidad de luz", dice.
Desde el punto de vista medioambiental, también se han comprobado algunos beneficios. El Miteco espera que, tras la puesta en marcha de futuros proyectos en España, se produzca una reducción de la evaporación de las masas de agua y de la presencia de algas en agua dulce gracias a la sombra que proporcionan. Así, estos elementos, según el ministerio, facilitarán la consecución de los objetivos recogidos en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que prevé alcanzar un 42% de penetración de energías renovables en el consumo final y un sistema eléctrico con un 74% de generación renovable para 2030.
No obstante, aunque los pasos son firmes, estas instalaciones también llevan aparejados algunos retos como la falta de inclinación de las placas (los sistemas de fijación en el agua no permiten moverlas para seguir los rayos de sol) y los amarres al fondo del embalse. "Al estar funcionando en un ambiente húmedo, los materiales son relativamente sofisticados y requieren de grandes inversiones. Es por ello que los proyectos pequeños en flotante no suelen funcionar; no compensan económicamente", explica Miguel González.
Ahora, el experto espera que en unos años podamos empezar a ver plantas solares flotantes con frecuencia en toda Europa: "El sol es nuestra principal fuente de energía, renovable e inagotable. Si consiguiéramos recoger el 6% de la energía solar, se podrían satisfacer las necesidades de energía de toda la humanidad. Por eso, su crecimiento es de suma importancia", concluye.
La solución a la emergencia climática y la necesidad de independencia de los combustibles fósiles pasa por imaginar nuevos procesos de creación de energía. Lo que hace años parecería impensable ahora puede ser una de las mejores iniciativas para el impulso de la generación de energía verde. Es lo que sucede, precisamente, con los parques de plantas fotovoltaicas flotantes; cada vez más cerca de las aguas que nos rodean.