Pronto conducirás de manera mucho más segura: estas carreteras se encargarán de ello

¿Sueles conducir por carretera? Te proponemos un ejercicio de abstracción. Imagínate las condiciones ideales al volante: recibiendo comunicaciones que te alertan de que cojas uno u otro desvío para evitar el tráfico, comunicándote con otros coches para evitar conflictos, recibiendo avisos de las condiciones climatológicas, conduciendo sobre un asfalto sostenible y autorreparable… Parece idóneo, ¿verdad? Pues deja de imaginar: ese futuro no es idílico, sino que está mucho más cerca de lo que crees.

Todos estos avances se harán realidad gracias a las tecnologías de las carreteras. Concretamente a aquellas que pretenden proporcionar al conductor una experiencia más digitalizada, con más información, con servicios añadidos y, sobre todo, con menos huella de carbono y más seguridad. Estas son algunas de las tecnologías que, más pronto que tarde, alumbrarán las carreteras de todo el mundo.

Digitalización: IoT, 5G y ‘big data’

La digitalización ha llegado a todas las áreas y las carreteras no son una excepción. Esta infraestructura aglutina varias de sus tecnologías más avanzadas como el 5G, el ‘Internet of Things’ (IoT) y el ‘big data’, que se juntan para ofrecer una conducción más inteligente y segura. Por poner algunos ejemplos, el IoT sirve para que los dispositivos de la carretera (asfalto, señales de tráfico, puntos delicados…) recopilen información en tiempo real; el ‘big data’, para analizar esa información; y el 5G, para transmitirla a alta velocidad a otros dispositivos. Un caso práctico: un sensor en la carretera mide la afluencia de vehículos y envía esa información a un centro de datos que, tras analizarla, concluye que hay más tráfico del habitual y lo transmite a los coches que van a pasar próximamente por allí para que tomen un camino alternativo.

Además, el ‘big data’ también puede realizar modelos predictivos, por lo que, con el tiempo, será capaz incluso de prever y evitar posibles accidentes. La conexión también puede ser muy eficiente entre los propios vehículos, por ejemplo, si uno sufre una avería que le impide acelerar demasiado y se lo transmite a los otros cercanos para que sepan que su velocidad se va a ver limitada.

Hay ejemplos de estas tecnologías en prácticamente todo el mundo. En Lugo, sin ir más lejos, el túnel de Cereixal de la A-6 se ha convertido en el primero de España con cobertura 5G. El proyecto está en fase piloto, pero ya dispone de sensores que emiten información a los vehículos conectados sobre posibles congestiones, accidentes, defectos en el asfalto o la existencia de un vehículo de emergencias, entre otras cosas.

Carreteras autorreparables y reutilizables

La digitalización puede ayudar a una conducción más eficiente, pero la sostenibilidad de las carreteras también pasa por mejorar el estado de la propia infraestructura. Especialmente del asfalto, que también se suele ver condicionado por el uso que se da de él con el paso del tiempo. Por eso, en los últimos años han crecido las iniciativas que apuestan por evaluar el estado de los asfaltos y alargar su vida útil o dar una segunda vida a los materiales de los que se compone.

Eso es precisamente lo que pretende Repsol, que consigue reciclar y reutilizar pavimentos de carreteras ya deteriorados. Lo hace merced al empleo de betunes y emulsiones con rejuvenecedores que produce en sus propias plantas; una técnica con la que disminuye la cantidad de residuos de asfalto que acaba en vertederos, introduciendo así la economía circular en el proceso. Además, la compañía está desarrollando junto con Acciona una tecnología para que los materiales que conforman la carretera puedan 'autorrepararse'. Otro ejemplo lo tenemos en Países Bajos, donde la Universidad Tecnológica de Delft ha desarrollado un hormigón asfáltico que, mediante una máquina de inducción, aplica calor al asfalto para ampliar su durabilidad.

Coexistencia de coches autónomos y convencionales

Hablábamos antes de las ventajas que la digitalización ofrece a los coches conectados e incluso autónomos, pero ¿qué pasa con los vehículos convencionales, que siguen siendo mayoría? Durante un tiempo, las carreteras deberán acostumbrarse a la convivencia entre coches autónomos, conectados y no conectados. Y esa coexistencia deberá ser lo más integral y segura posible. Por ahora gran parte de las propuestas y avances se dirigen hacia la existencia de carriles dinámicos que, ante una gran presencia de coches autónomos, quedarán habilitados exclusivamente para ellos.

Los proyectos en este sentido van avanzando, aunque de manera sosegada y experimental. Un grupo de investigación de la UC Berkeley ya está trabajando en estos carriles dinámicos, mientras que el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) también trabaja en la configuración del algoritmo que permitiría al vehículo autónomo cambiar de carril en un momento dado. En los carriles dinámicos, el transporte autónomo podrá circular a una velocidad mucho mayor, ya que, teniendo en cuenta que la mayoría de accidentes de tráfico se debe al factor humano, ese aumento no supondrá un problema de seguridad.

Alternativas para descarbonizar la movilidad

La movilidad sostenible no dependerá de un solo modelo, sino de la convivencia de diversas alternativas que ayuden a su descarbonización. Biocombustibles avanzados hechos con residuos, combustibles sintéticos a partir de hidrógeno… serán parte de un futuro más sostenible. Y como hemos visto, para que exista seguridad en la carretera, esta debe aplicarse a todos los tipos de transporte, también a los vehículos eléctricos. Si queremos que circulen de manera habitual por carretera, como cualquier otra alternativa, será esencial que dispongan de facilidades a la hora de cargar la batería. Aquí se hace imprescindible un despliegue inteligente de red de infraestructura de recarga (rápida y ultrarrápida), que incluya criterios de capilaridad y se haga en emplazamientos estratégicos, pero también, desarrollos aún incipientes como los asfaltos que permiten la autorrecarga. La iniciativa más experimental en este sentido corre a cargo de 'Arena of the Future', un circuito italiano cuyo asfalto es capaz de suministrar energía a los vehículos eléctricos mientras circulan.

Mientras se desarrolla esta nueva tecnología, los esfuerzos en el campo del vehículo eléctrico se concentran en ofrecer a los conductores una amplia red de puntos de recarga, que les permita alimentar sus baterías en el menor tiempo posible. Un ejemplo lo encontramos en la instalación de recarga ultrarrápida que Repsol inauguró el pasado mes de marzo en la Comunidad de Madrid. La compañía prevé finalizar 2022 con más de 1.000 puntos de carga rápida y ultrarrápida, lo que habilitaría un punto cada 50 kilómetros.

Como hemos visto, las alternativas son muchas, pero en todos los casos se persigue un mismo objetivo: que las carreteras del futuro sean más sostenibles que las actuales y más seguras. Y, a tenor de la evolución de muchas de las investigaciones, este futuro está más cerca de lo que parece.