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Iluminando el futuro

La Palma, el reto de asegurar el suministro eléctrico en una isla herida por la lava

Por EC Brands

El volcán ha sepultado más de 120 kilómetros de líneas eléctricas, para minimizar la incidencia se han llevado a cabo diferentes iniciativas

Caminar por el Valle de Aridane es hoy un paseo tranquilo, pero la estampa poco tiene que ver con lo que sus vecinos vivieron a finales del pasado año. El 19 de septiembre despertaba el volcán de Cumbre Vieja. El reloj se paraba entonces para los habitantes de La Palma que, con una mezcla de perplejidad y preocupación, asistían al inicio de la erupción. Lo que en un principio el mundo contemplaba como un espectáculo de la naturaleza, pronto se convertiría en una amenaza voraz que, durante algo más de 85 días, arrasó todo lo que encontró a su paso.

Más de 1600 edificios han sido destruidos, al menos 12 kilómetros cuadrados de tierra han quedado sepultados bajo la lava y, según las estimaciones iniciales, el valor de los daños causados por el volcán asciende a más de 500 millones de euros. El avance lento, pero implacable, de los flujos de lava y la acumulación de ceniza han causado estragos en edificios y tierras de cultivo, pero también en comunicaciones e infraestructuras esenciales para el suministro de la luz o el agua.

Plataneras destruidas

Basta echar un vistazo a las cifras para hacerse una idea del reto logístico que ha supuesto. Las diferentes coladas del Cumbre Vieja se han llevado por delante más de “120 kilómetros de líneas eléctricas, 85 torres de media tensión, 1.500 postes de madera de baja tensión y 19 centros de distribución propiedad de Endesa”, según explica Fernando Capote, responsable del equipo técnico de distribución de la compañía en La Palma.

Anticiparse al recorrido de la lava durante los tres meses de erupción fue una prioridad para evitar problemas en la red

El especialista asegura que anticiparse al recorrido de la lava durante los tres meses de erupción fue una prioridad para los técnicos. Un control permanente que les permitió realizar cortes preventivos por tramos para evitar cortocircuitos y problemas de suministro en las líneas que todavía quedaban en pie.

Han sido “las infraestructuras previas que teníamos de anillos, de líneas que interconectaban con otras”, las que, para Capote, han resultado determinantes para asegurar el suministro eléctrico en la isla. A ello se ha sumado además un importante despliegue de recursos técnicos que, entre otras cosas, ha incluido 15 grupos electrógenos para suministrar luz a hogares y negocios en caso de emergencia, 50 apoyos de líneas aéreas, más de 11.000 metros de cables conductores, un centro de transformación portátil —un equipo para complementar las instalaciones de grupos electrógenos— y varios equipos de lavado a presión para retirar cenizas acumuladas en los componentes de la red.

Operario trabajando

Hasta la zona afectada también se ha desplazado un vehículo laboratorio para detectar posibles daños en el cableado subterráneo y, de esta forma, anticipar y reparar futuras averías. “Hemos tenido mayor disponibilidad de materiales y también se ha aumentado la dotación de personal que ha venido incluso de otras islas para apoyarnos en caso necesario”, añade el técnico de la eléctrica.

En la actualidad se ultiman los detalles de la nueva central térmica creada en la zona de Hermosillas, en Los Llanos de Aridane

En la actualidad se ultiman los detalles de la nueva central térmica creada en la zona de Hermosillas, doce contenedores de considerables dimensiones que fueron trasladados hasta la isla vía marítima procedentes de países como Italia, Alemania y Bélgica. Su potencia permitiría abastecer totalmente a la población de Los Llanos de Aridane en caso de que se produjera un fallo en las redes actuales. También está prevista la puesta en marcha de una central móvil similar en Las Manchas.

“Son soluciones provisionales hasta que podamos cruzar la lava en coordinación con las autoridades. Aparte de eso también se están desarrollando varios proyectos de mejora en el valle y en la zona sur para reforzar el suministro eléctrico, estamos haciendo nuevos cierres de anillos y centros de transformación en las zonas que es necesario”, añade el técnico de Endesa. “Se trabaja intensamente para asegurar que, cuando se garantice su seguridad, los evacuados que puedan volver a sus domicilios cuenten también con suministros básicos”, explica Noelia García, alcaldesa de Los Llanos de Aridane.

Garantizar el riego en la zona de exclusión

Además de mantener la red operativa en toda la isla, el equipo de Capote se ha enfrentado a otros retos como el de preparar “en tiempo récord” las redes para conectar una desaladora de emergencia enviada a la isla y las elevaciones para el bombeo de agua hacia las zonas agrícolas aisladas por las coladas. En una situación normal, la instalación de este tipo de infraestructura se suele prolongar unos seis meses. En este caso, la coordinación de todos los actores implicados han conseguido reducir ese plazo a un mes.

Aunque por el momento son una solución temporal, poner en funcionamiento estas plantas desalinizadoras con capacidad para bombear más de 3.000 metros cúbicos diarios de agua ha sido un alivio para cientos de agricultores como Carlos Camacho. Buena parte de sus plataneras se encuentran en la zona de exclusión y para él este sistema supone una oportunidad para tratar de “mantener el plantón y ver si el año que viene podemos empezar a tener otra vez fruta”, explica.

Carlos Camacho
Carlos Camacho, vecino y agricultor de Los Llanos de Aridane

El agua de las desaladoras permite “mantener el plantón y ver si el año que viene podemos empezar a tener otra vez fruta”

El agricultor, que también se ha visto afectado a nivel personal —lleva más de tres meses evacuado de su residencia habitual— está convencido de que con algo de ayuda empezarán “a salir adelante otra vez. No queda otra”. En este sentido, además de agradecer iniciativas como la instalación de las desacaloras y los canales de riesgo, celebra otras medidas como la reducción del 50% de la factura de electricidad para los vecinos de la isla. Según explica el director comercial de Endesa en Canarias, José Antonio Lucendo, a estas medidas se sumaron además “la suspensión de la facturación desde el día 19 de septiembre para todos aquellos ciudadanos afectados por la vivienda sepultada, aislados eléctricamente por la carencia de infraestructuras fruto de la lava del volcán y los que han sido evacuados”, así como la gestión de cobro.

“El principal reto es devolverle el futuro y oportunidades a nuestra gente. Hemos sufrido una catástrofe y estamos sufriendo sus consecuencias. Creo que lo importante es que los vecinos entiendan que de esta situación vamos a salir, que no va a ser fácil, que va a ser una carrera de fondo, que no la vamos a poder superar en 6 meses ni en un año, sino que la reconstrucción del valle de Aridane tardará años, pero que no los vamos a dejar solos”, asegura la alcaldesa llanense.