Entramos en la fábrica de L'Oréal en Burgos: un millón de productos diarios y neutra en carbono

En pleno camino hacia cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que marca la ONU, prácticamente todas las empresas están introduciendo cambios en su forma de trabajar. Se trata de que sus productos y servicios sean lo más sostenibles posible, pero también de que lo sean sus procesos diarios. Así pues, las fábricas de muchas compañías están cambiando progresivamente diversas partes de su operativa para reducir su huella de carbono al máximo.

Esa es la determinación de la Fábrica Internacional de Productos Capilares de L’Oréal en Burgos. La instalación, que en 2021 celebró su 50 aniversario apostando por una industria 4.0 sostenible. Para comprobar si lo ha conseguido o no, nos hemos ido a esta fábrica para conocerla por dentro. Esto es lo que nos hemos encontrado.

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Nada más entrar, nos dan la primera noticia: esta fue una de las primeras plantas neutra en emisiones de CO₂. Consiguió este reconocimiento en abril 2015 merced, entre otras cosas, a la puesta en marcha de una planta de biomasa que permite que toda la energía que consume sea 100% renovable. "Esto supuso un hito en la industria española, ya que fue la primera vez que toda la energía térmica de una planta se suministraba desde una central de biomasa", reconocen desde la compañía. Hoy día, la energía térmica producida es de 20.000 MWh al año y con ello abastece de vapor, agua caliente, agua fría y electricidad a la instalación. Estos niveles cubren el 100% de las necesidades energéticas en la fabricación y envasado de la fábrica.

Avanzamos por las instalaciones y vemos que la gestión del agua también es especial. En 2017, la fábrica de Burgos se convirtió en la primera planta de waterloop del Grupo L’Oréal gracias a su sistema de circuito cerrado que recupera y recicla el agua utilizándola solo como materia prima y para el consumo humano, merced a la implantación de un sistema que mejora los rendimientos de lavado, controla las fugas de agua e introduce nuevos procesos de reciclado con nanofiltración y ósmosis inversa. Además, toda el agua que usa es reciclada en un circuito de las instalaciones, lo que permite un ahorro de 28.000 m₃ cada año, el equivalente a más de diez piscinas olímpicas. Con ello, la factoría ha reducido su consumo en un 51% desde el año 2005.

Las iniciativas en materia medioambiental van más allá. Otro ejemplo es la eliminación del plástico de agrupamiento para todos los productos de coloración y la retirada progresiva de encelofanados en estuchados de hair care. Además, se reutilizan residuos de plástico film generados en la fábrica para producir palets de transporte y útiles de peluquería. En el primer año, nos cuentan, con esta actividad se ha conseguido reciclar 7,6 toneladas de plástico.

En los exteriores de la fábrica nos encontramos con un secador de fangos. Se trata de un invernadero en el que se secan los lodos de la depuradora biológica, que actualmente suponen la mitad de sus residuos y se mandan a los gestores. La finalidad de este proceso es que se sequen a través de la energía solar, reduciendo a la mitad su tamaño para necesitar mucho menos transporte, con el ahorro de CO₂ que eso supone.

Más allá de sus propios muros, el transporte también lleva asociado un programa de sostenibilidad. Concretamente, 'Burgos Green Lines', un corredor creado hace tres años para fomentar el transporte por tren y barco, y evitar así los aviones y camiones convencionales. Estos últimos, de hecho, son solo utilizados en el transporte de la última milla.

Por último, vemos que en las instalaciones de la fábrica se ha creado un espacio de biodiversidad con una zona húmeda y un embalse de agua donde se reconstruye la vida acuática con insectos y se recoge el agua del techo de la biomasa. Asimismo, se ha plantado 800 árboles para desarrollar un bosque y creado una huerta ecológica que cuidan los empleados y sus familias.

Un millón de productos al día hacia 52 países

De la Fábrica Internacional de Productos Capilares de L’Oréal en Burgos salen cada día cerca de un millón de productos de camino a 52 países del mundo, siendo Francia, Gran Bretaña, Alemania, China y España los principales destinos. En los últimos tres años ha aumentado un 8,5% su producción debido al creciente interés de productos de otras divisiones, más allá de las marcas de peluquería como Kérastase, L'Oréal Professionnel Paris, Redken, Matrix o Shu Uemura.

Por otro lado, tiene 586 empleados e integra, gracias a su colaboración con centros especiales de empleo, hasta a 170 personas con discapacidad en sus procesos productivos. Desde 2017 promueve la integración laboral de personas en riesgo de exclusión a través de la Escuela de Excelencia Industrial, que ha formado ya a 76 personas, con un ratio de empleabilidad del 75%.

Asimismo, y mirando hacia la industria 4.0, la fábrica cuenta con equipos y tecnologías de última generación como 11 AGV (vehículos sin conductor) o robots colaborativos (COBOT), que realizan tareas como colocar cajas o etiquetas en las líneas de envasado, además de procesos de paletizado automático, digitalización, análisis y sistemas de gestión de la información on time de los procesos productivos (SPI).

Por último, desde la compañía se analiza los datos que se captan en las propias líneas para optimizar la calidad y trazabilidad del producto, pero también para anticipar la producción y adaptarse a las necesidades omnicanales de los clientes (personalización de productos, picos de demanda, etc.).