El potencial de la biomasa forestal: cómo crear energías renovables a partir de un bosque
Quizá no sea muy conocida por el ciudadano medio, pero lo cierto es que la biomasa forestal es una de las grandes protagonistas de la energía renovable. Así se extrae y se trata
Hace tiempo que las energías renovables dejaron de ser una promesa de futuro para consolidarse como realidad en España. Las renovables produjeron en 2021 el 46,7% de toda la electricidad generada en España. Además, su consumo final ya está por encima del umbral del 20% marcado por la Unión Europea.
Según Eurostat, de todas las renovables generadas en España, la procedente de la energía de biomasa —todo material biológico con origen en la limpieza de los bosques (árboles, hierba, matorrales...)— fue la más frecuente, llegando a los siete millones de toneladas equivalentes de petróleo en 2020. En el capítulo 3 de Planeta Circular, el pódcast lanzado por El Confidencial y Ence con el objetivo de apoyar un mundo sostenible, hablamos de biomasa forestal con Asun Cámara Obregón, ingeniera de Montes, doctora, investigadora y profesora de la Universidad de Oviedo.
Para empezar, conviene entender que hay dos tipos de biomasa forestal: la primaria y la secundaria. "La primaria o natural es la que se obtiene directamente del ecosistema, como la leña", nos cuenta Cámara Obregón. "Es quizá la fuente de energía más abundante a nivel mundial, especialmente en países en desarrollo. En África, por ejemplo, más del 50% de la energía que se consume es primaria". La secundaria o residual, por su parte, "es un subproducto que puede proceder de procesos industriales, como los serrines de las carpinterías".
Cómo convertir la biomasa en energía
Además, la biomasa también puede reutilizarse y convertirse en otros productos. Pero ¿cuál es el proceso para hacer esto? La investigadora reconoce que, "en pleno auge de las renovables, es difícil de consumir en aplicaciones para hogares", es decir, sería raro que la calefacción de una vivienda partiese de la leña. Es entonces cuando entra en escena la biomasa terciaria o biocombustible. Hay distintos tipos de biocombustibles, "como los sólidos y los gaseosos, que son los utilizados para producir electricidad, y los líquidos, que tienen un uso en transporte, por ejemplo, en el biodiésel".
En el caso de los biocombustibles sólidos, por ejemplo, "el serrín se puede tratar con presión para crear unos 'pellets' o 'balas' que tienen un alto poder calorífico y un tamaño que permite mecanizar la alimentación de la caldera desde el depósito, como si se tuviera gas natural".
Quizá lo mejor de la biomasa sea su carácter renovable. Y es que "para producir madera, se puede cortar un árbol, pero con sus restos se puede plantar de nuevo y así regenerar el bosque", aclara Cámara Obregón. Y si hablamos de reducción de emisiones, el resultado final depende de muchos factores, pero se estima que la biomasa puede reducir "entre el 65% y el 70% de las emisiones" que habrían generado otras fuentes energéticas.
Y de cara al futuro, ¿qué nuevos usos o aplicaciones cabría esperar de la biomasa forestal? La investigadora se muestra optimista: "Seguramente surjan muchas nuevas aplicaciones". Eso sí, "uno de los hándicaps que tenemos en el ámbito forestal es que la extracción de la biomasa es complicada, así que se está trabajando para mejorar las formas de extracción".
Pero, al margen de eso, "su mayor ventaja es que procede de los bosques, que son el sumidero de carbono más importante del planeta después de los océanos. La demanda de biomasa como recurso energético ha fomentado que haya más gestión forestal, que es imprescindible para favorecer el crecimiento de la vegetación". En resumen, la biomasa contribuye a la reducción de emisiones no solo por su conversión en energía renovable, sino también por su papel a la hora de poblar de vegetación los bosques.
Como vemos, un material tan aparentemente desconocido por el ciudadano medio como es la biomasa puede acabar derivando en energía renovable, pero no solo en eso. Así que, mientras las renovables sigan creciendo en nuestro país, cabe esperar que la generación, extracción y tratamiento de biomasa forestal también lo siga haciendo.
Hace tiempo que las energías renovables dejaron de ser una promesa de futuro para consolidarse como realidad en España. Las renovables produjeron en 2021 el 46,7% de toda la electricidad generada en España. Además, su consumo final ya está por encima del umbral del 20% marcado por la Unión Europea.