Las innovaciones del sector agroalimentario ante un consumidor cada vez más sostenible
A un 88% de las familias españolas le preocupa la sostenibilidad a la hora de llenar el carrito en el supermercado, pero al 61% le cuesta encontrar productos más respetuosos con el medioambiente
El consumidor español está modificando algunos de sus criterios para valorar los productos de la cesta de la compra, y la sostenibilidad empieza a jugar un papel cada vez más relevante en su toma de decisiones. A un 88% de las familias españolas le preocupa la sostenibilidad a la hora de llenar el carrito en el supermercado, pero al 61% le cuesta encontrar productos más respetuosos con el medioambiente ante la falta de un etiquetado claro y sencillo, según los datos de la Encuesta sobre Hábitos de Compra y Consumo 2021 de la Mesa de Participación de Asociaciones de Consumidores (MPAC), que se basa en entrevistas a 3.500 familias de todo el territorio nacional.
Estos datos cobran aún mayor relevancia con la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados, la cual entrará en vigor previsiblemente en enero 2023 y establece objetivos vinculantes en diferentes campos. Entre los que destacan la recogida separada de basura orgánica para 2025, 2030 y 2035; impuestos a los depósitos en vertederos y a los envases de plástico de un solo uso; y la prohibición de comercializar productos como bastoncillos de algodón, cubiertos, platos, pajitas o envases y tapas hechos con poliestereno expandido, entre otras medidas. A esto se suma el Real Decreto de Envases y Residuos, el cual obligará a aumentar los espacios de venta a granel en los grandes supermercados y que se ofrezcan envases reutilizables en los establecimientos. Con estos nuevos marcos normativos, el Gobierno prevé reducir el peso total de los envases producidos en un 13% entre 2010 y 2025, y en un 15% en 2030, con respecto a datos de 2010. También la reutilización y reducción de botellas de plásticos de un solo uso para bebidas en un 50% en 2030.
Para analizar los avances de la industria en estas materias, El Confidencial organizó el debate ‘La innovación para alcanzar la sostenibilidad en el sector agroalimentario’. En la conferencia participaron José María Fernández, director de Economía Circular de Ihobe-Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco; Fernando Móner, presidente de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU); Carlota Crespo, responsable de asuntos ambientales y sociales de la Asociación de Bebidas Refrescantes (ANFABRA); y Carmen Gómez-Acebo, directora de Sostenibilidad en Coca-Cola Europacific Partners Iberia.
Los ponentes que participaron en el debate coincidieron en subrayar el cambio de modelo que supone para la economía empezar a incluir los costes medioambientales en los procesos productivos. Por ejemplo, todavía resulta mucho más caro reciclar que producir plástico nuevo a partir de derivados del crudo, y esto se debe en parte a que los costes industriales nunca incluyeron las externalidades derivadas del tratamiento de los residuos para construir las bases de una economía circular.
“Actualmente, la economía circular supone el 9% de la actividad, mientras que el 91% restante se obtiene mediante la extracción de nuevos recursos naturales”, explicó el director de Economía Circular del Gobierno Vasco. “La labor de la administración es cambiar las reglas de juego, y hacer ver que la sostenibilidad es un factor de competitividad en las empresas y puede hacer mejores productos”, apuntó Fernández, quien destacó la responsabilidad compartida entre las empresas y los consumidores para lograr este cambio de modelo. “Si yo reciclo en casa, pero mi vecino no lo hace… ¿Por qué tenemos que pagar la misma tasa de recogida de basuras?”, agregó.
“Si mi vecino no recicla, ¿por qué tenemos que pagar la misma tasa de recogida de basuras?”, Fernández (Gobierno Vasco)
En este sentido, Móner destacó la necesidad de aportar una mayor transparencia y sencillez para clasificar la sostenibilidad de los productos de consumo en los supermercados. Y puso, como ejemplo, la taxonomía de Nutriscore: “Tiene muchos defectos, pero este etiquetado aporta al consumidor información nutricional de forma clara con una sola mirada, sin abordarle con un exceso de comunicación”, dijo el presidente de CECU sobre la necesidad de evitar las etiquetas demasiado complejas.
“Muchas veces se comunica mucho, pero el consumidor lo percibe negativamente, como si le quisieran vender algo. Al principio, cuando nació como concepto, la Responsabilidad Social (RSC) era marketing en el 99% de los casos, pero ahora el 90% es real y aporta credibilidad y transparencia”, dijo.
Gómez-Acebo señaló por su parte la importancia de las grandes empresas para actuar “como fuerza tractora sobre otras compañías”, así como “alinear la experiencia en I+D en temas relacionados con la sostenibilidad”. La directiva de Coca-Cola destacó en este sentido los envases del ‘PlantBottle’, cuyas botellas de plástico provienen en un 30% de materiales de origen vegetal como sustituto del petróleo y que comercializan desde hace más de diez años; una prueba piloto realizada en España, para su implantación en Europa, con el rediseño de los tapones para que estén adheridos a la botella y que busca facilitar su reciclaje; y una botella presentada en 2019, fabricada con un 25% de plástico reciclado que proviene de residuos plásticos marinos.
Desde la patronal de Bebidas Refrescantes (ANFABRA), Crespo apuntó que el sector invierte entre “un 2% y un 4% en innovación”, principalmente, para “la reformulación de bebidas y mejorar la sostenibilidad” de sus procesos. Entre algunos de estos avances, la portavoz de ANFABRA destacó las máquinas limpiadoras de botellas vacías por aspiración en lugar de agua; la eficiencia energética y envases menos contaminantes. “Todo el sector ha adquirido un compromiso para que las botellas de plástico incluyan un 50% de material reciclado para 2025, y un 100% en 2030”, dijo Crespo.
Estos progresos para comercializar envases más sostenibles también repercuten en los clientes. Aunque todavía falta una mayor concienciación en la sociedad, “el 17% de los consumidores discrimina los productos por exceso de embalaje, y un 27% valora su origen a la hora de hacer la compra para premiar a los artículos de proximidad. Es un ejercicio de responsabilidad que no se había visto antes, en encuestas anteriores”, dijo el presidente de la asociación de consumidores.
I+D para una mayor sostenibilidad
El sector de alimentación y bebidas ya trabaja a contrarreloj para adaptarse a estos nuevos marcos normativos, especialmente al Real Decreto de Envases y Residuos de Envases, que se encuentra actualmente en tramitación parlamentaria en el Senado. “Las pymes pueden ser más ágiles en la toma de decisiones por su estructura para ofrecer soluciones innovadoras, pero también cuentan con menos músculo financiero”, destacó el director de Economía Circular del Gobierno Vasco. Por esta razón, “es vital el apoyo a la innovación de la parte pública, aunar sinergias para encontrar soluciones y promover discriminaciones positivas en los sectores que lo necesiten”, resumió Fernández sobre la necesidad de promover estos cambios en toda la cadena de suministro.
"Hay que buscar fórmulas para clasificar de manera transparente la sostenibilidad de los productos en los supermercados", Móner (CECU)
Otro de los ejemplos destacados en el debate para promover acuerdos entre el sector público y el privado fue el trabajo que realizan los centros de investigación e innovación, como el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE). “Este Instituto trabaja en 50 ó 60 procesos de I+D para el desarrollo de productos y envases mucho más sostenibles. Es un ejemplo de colaboración público-privada y una vía para que las PYMES con menos recursos económicos puedan buscar elementos para el proceso de transformación de sus actividades”, añadió por su parte Móner.
El nuevo marco legislativo también contempla la obligatoriedad de que un porcentaje de los envases comercializados sean rellenables. “En España tenemos un buen ejemplo de este tipo de envases gracias al vidrio rellenable que se comercializa en el canal Hostelería. Es un envase 100% circular, que tiene una media de 25 vidas, que se ha ido aligerando, utilizando cada vez menos materia prima, que va incorporando más material reciclado y que cuando el vidrio se deteriora al finalizar todas sus vidas, se recicla. Ahora el objetivo es innovar en nuevos modelos de envases rellenables y reutilizables, o incluso en modelos de llegada al consumidor final sin envase”, dijo Gómez-Acebo sobre la necesidad de innovación y de hacer cada vez más sostenible el portfolio de envases de Coca-Cola.
Por último, la responsable de asuntos ambientales y sociales de ANFABRA apuntó la “nueva hoja de ruta del sector para 2020-2030, basada en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en temas como la energía, agua, los envases, igualdad de género, etcétera”. Entre algunos de estos compromisos, añadió Crespo, están el de “reducir el consumo de agua y energía un 20% y un 30%, respectivamente; que el 100% de la electricidad consumida sea renovable; disminuir las emisiones de gases contaminantes en un 30% y trabajar en la neutralidad climática, entre otros”.
El consumidor español está modificando algunos de sus criterios para valorar los productos de la cesta de la compra, y la sostenibilidad empieza a jugar un papel cada vez más relevante en su toma de decisiones. A un 88% de las familias españolas le preocupa la sostenibilidad a la hora de llenar el carrito en el supermercado, pero al 61% le cuesta encontrar productos más respetuosos con el medioambiente ante la falta de un etiquetado claro y sencillo, según los datos de la Encuesta sobre Hábitos de Compra y Consumo 2021 de la Mesa de Participación de Asociaciones de Consumidores (MPAC), que se basa en entrevistas a 3.500 familias de todo el territorio nacional.