Neumáticos abandonados, un problema con cercana solución tras años de dejadez

Más de 1.000 toneladas de neumáticos usados siguen abandonados en el medio ambiente en dos vertederos de Campos del Río (Murcia) y Hontoria (Segovia) donde siguen provocando riesgos para la salud de las personas y del medio ambiente, aunque el Defensor del Pueblo confía en que a final de este año se terminará de retirar estos acopios que siguen a su suerte en el medio natural.

El problema del abandono de ruedas viejas se puso de relieve a partir del incendio en el vertedero de Seseña (Toledo), del que este mes de mayo se cumple un lustro. Aquel fuego tuvo como consecuencia, dos años después, la prohibición legal posterior de depositarlos a su suerte en el medio natural, por mucho que sorprenda que no lo estuviera ya con anterioridad. En 2020 el Ejecutivo aprobó un Real Decreto en el que fijaba las condiciones que debían tener los neumáticos de segundo uso, los recauchutados para su comercialización y las medidas para evitar su depósito en el medio natural.

Todavía en 2021 falta por eliminar los vertederos de ruedas en Campos del Río que cuenta con hasta 1.350 toneladas de neumáticos

Corría mayo de 2016 cuando el fuego comenzó a quemar los cauchos abandonados entre los términos municipales de Seseña y Valdemoro (Madrid) hasta acabar con 100.000 toneladas de ruedas y ocasionó una nube de humo negro que se podía vislumbrar a más de 80 kilómetros de distancia. Su toxicidad provocó una emergencia de salud pública y más de 6.000 personas tuvieron que ser desalojadas de sus casas durante varios días.

Aquel suceso motivó una actuación del Defensor del Pueblo, que concluyó en 2019 y que sacó a la luz los 'riesgos' que estos depósitos irregulares de neumáticos fuera de uso suponen a la protección de las personas y del medio ambiente. Así lo refleja la Memoria de actuaciones de 2020 que el defensor en funciones, Francisco Fernández Marugán, ha presentado recientemente.

El Defensor solicitó al entonces Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para que verificara el número de depósitos de neumáticos en situación irregular en España y que le informara sobre las actuaciones que había acometido la Administración para garantizar el cumplimiento de la legislación de residuos.

Por otro lado, la Institución instó a las administraciones a garantizar su retirada y a asegurarse de que se tomaban todas las medidas precisas para prevenir incendios y contaminación, con particular atención a los acopios de más de 1.000 toneladas o de mayor riesgo.

El Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico puso en marcha posteriormente una comisión de coordinación en materia de residuos para los neumáticos fuera de uso y a principios de 2020, el departamento que dirige Teresa Ribera informó de que en ese año se habían detectado 22 acopios de ruedas abandonadas de los que aún subsistían cinco a final de año.

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De ellos, tres contaban con más de 1.000 toneladas cada uno y otros dos de 500 toneladas. En suma, en 2020, aún 4.500 toneladas de neumáticos usados seguían contaminando el medio ambiente en Arico (Tenerife), A Laracha (La Coruña) y Campos del Río (Murcia), junto con los Jabalquinto (Jaén) y Hontoria (Segovia).

Y a fecha actual, el Defensor denuncia que todavía en 2021 falta por eliminar los vertederos de ruedas en Campos del Río que, según estima la Secretaría de Estado de Medio Ambiente del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, cuenta con hasta 1.350 toneladas, y el de Hontoria, donde al menos quedan 4 toneladas por retirar.

No obstante, el Defensor celebra que durante lo que resta de año se terminarán los trabajos de retirada y limpieza.

La presentación de estas actuaciones llega en un momento en el que el Gobierno espera aprobar en las próximas semanas el Proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados que contempla distintas medidas, entre ellas algunas de carácter fiscal, dirigidas a evitar el depósito en vertedero de los residuos de todo tipo y que establece nuevas obligaciones tanto para los productores como los sistemas individuales y colectivos de gestión de residuos.

Uno de los principales objetivos de esta ley es garantizar el impacto cero de los residuos en el medio ambiente y para las personas y avanzar en la circularidad del modelo económico, de modo que como una rueda cada residuo deje de serlo para pasar a ser un recurso con infinitas vidas.