La tragedia de Valencia inaugura la cumbre de Azerbaiyán: "Ningún país está a salvo"
Guterres hace un llamamiento a la desesperada para despertar la conciencia de los mandatarios que asisten a la COP29: "Hagan más para proteger a sus gentes de los estragos de la crisis climática"
Antonio Guterres llama a impulsar la acción climática en la inauguración de la COP29 (EFE/A.Maltsev)
La catástrofe climática que acabamos de sufrir en España ha tenido un papel protagonista en el arranque de la Cumbre Climática de Bakú. Su presidente, el ministro de Ecología y Recursos Naturales de Azerbaiyán, Mukhtar Babayev no dudaba en afirmar que “lo visto en Valencia es un claro ejemplo de las consecuencias a las que nos conduce el calentamiento global” y que si seguimos sin reaccionar a la amenaza climática, “vamos camino de la ruina”.
“Las actuales políticas -señaló Babayev en su discurso de bienvenida- nos llevan hacia un calentamiento superior a los tres grados”, el doble de lo pactado en el Acuerdo de París, “lo que tendrá consecuencias catastróficas para millones de personas en todo el mundo. Por eso necesitamos movilizar más fondos para aumentar la ambición climática”.
Precisamente ése, el de multiplicar los esfuerzos de financiación, es uno de los principales objetivos de esta COP29. Dotar de más fondos a la adaptación y a la mitigación del cambio climático “pero no como un acto de caridad sino como un compromiso moral, porque nuestra supervivencia depende de ello”, ha señalado el presidente de esta nueva cumbre antes de acabar advirtiendo a los asistentes que “debemos invertir hoy para salvar el mañana”.
Otro de los protagonistas de la jornada inaugural ha sido el Secretario Ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Simon Stiell. El dirigente de la ONU comparecía ante los jefes de gobierno y ministros desplazados hasta el país del Cáucaso frente a una foto proyectada tras de sí en el escenario. En la imagen aparecía el propio Stiell abrazado a una desconsolada mujer en mitad de un escenario arrasado por una catástrofe.
Simon Stiell ante la foto que ha presidido su comparecencia. (CMNUCC)
“La señora con la que estoy en la foto es mi vecina Florence -explicaba- y estamos en Carriacou, en la isla de Granada, mi país natal, frente a lo que quedaba de su casa tras el paso de Beryl”. Se refería al huracán de ese nombre que este verano causó una destrucción masiva en las islas del Caribe Occidental. “A sus 85 años, Florence se acababa de convertir en una más de los millones de víctimas que está causando el galopante cambio climático este año. Cada vez hay más gente como Florence en todos los países de la Tierra”. Y así es, la foto recordaba de hecho a las tomadas estos días en el nuestro.
Tiempos difíciles
El máximo portavoz de la ONU para el cambio climático no ha querido eludir el momento en el que tiene lugar este importante encuentro “Son tiempos difíciles -reconocía- y por ello no me hago ilusiones. Pero debemos recurrir al ingenio y la determinación humana para superar esta grave crisis global. La COP29 debe mantenerse firme y cumplir con sus propósitos, especialmente en materia de financiamiento climático. Ahora es el momento de demostrar que la cooperación global está a la altura del momento que nos toca vivir”.
El presidente Pedro Sanchez durante su discurso en la jornada inaugural de la COP29. (Reuters/M.Shemetov)
Entre los asistentes a la inauguración de esta cumbre destacaba la presencia en primera fila del presidente Pedro Sánchez junto al primer ministro británico, Keir Starmer, el presidente turco Erdogan, el húngaro Orban y el del país anfitrión Ilham Aliyev. Pero más destacada que su presencia han resultado las ausencias. No estaba Ursula Von der Leyen, ni Emmanuel Macron, ni Scholz, ni Lula, ni Biden, ni Putin, ni Xi Jinping, ni Trudeau, ni Modi, ni el resto de los principales mandatarios mundiales que han anunciado que no asistirán a Bakú.
En el cierre de esta primera sesión el Secretario General de la ONU, António Guterres ha recuperado su célebre tono recriminatorio y no se ha andado por las ramas a la hora de llamar al orden a las delegaciones para que se activen y asuman su responsabilidad frente al avance de la crisis climática.
Guterres 'on fire'
Dirigiéndose a los mandatarios presentes les ha recriminado que “los planes climáticos nacionales con los que acuden están muy lejos de lo que se necesita para evitar los efectos devastadores del cambio climático”. Para continuar advirtiendo que “necesitamos poner fin a la era de la insuficiencia y dar inicio a una nueva era de aceleración. Los grandes retos requieren grandes cambios: no tenemos tiempo para dudar. Ningún país está a salvo: o reaccionamos ya todos o todos pagaremos un alto precio”.
La COP29 se celebra hasta el próximo día 22 en Baku, capital de Azerbaiyán. (EFE/D.Pignatelli)
“¿Escuchan ese tic-tac? -ha preguntado Guterres desde el estrado- es el sonido del reloj que marca el avance de la crisis climática y nos señala que cada vez nos queda menos tiempo para evitar un escenario catastrófico”. Un ejemplo de ello es lo que estamos viviendo en este 2024 en distintas regiones del mundo: desde los incendios de Canadá hasta los violentos huracanes del Caribe; desde las olas de calor del sudeste asiático hasta la dana de Valencia, unos desastres que el máximo mandatario de Naciones Unidas se ha atrevido a calificar como “una clase magistral de destrucción climática”.
“Estamos en la cuenta atrás final para limitar el aumento de la temperatura global a solo 1,5 grados. Y el tiempo no está de nuestro lado", ha añadido, subrayando que “los recientes desastres que hemos sufrido (aludiendo a las inundaciones de Valencia) se han visto potenciados por el cambio climático causado por el ser humano, y ningún país está a salvo de ellos”.
El máximo mandatario de la ONU ha reclamado a los asistentes que “tomen medidas para alejarse de los combustibles fósiles, impulsen más medidas de adaptación climática y presenten planes de recorte de emisiones compatibles con el objetivo global de limitar el aumento de las temperaturas por debajo de esa frontera límite del grado y medio”.
En su último mensaje ha mirado directamente a la fila de los mandatarios para reclamarles que “hagan más para proteger a sus gentes de los estragos de la crisis climática pues, en última instancia, sólo ustedes pueden cumplir con las ambiciones y acciones climáticas nacionales; sólo ustedes puede contener el aumento de la temperatura global en ese umbral de seguridad". Un umbral que, según el último boletín de la Organización Meteorológica Mundial presentadoen los días previos a la cumbre, ya hemos superado.
La catástrofe climática que acabamos de sufrir en España ha tenido un papel protagonista en el arranque de la Cumbre Climática de Bakú. Su presidente, el ministro de Ecología y Recursos Naturales de Azerbaiyán, Mukhtar Babayev no dudaba en afirmar que “lo visto en Valencia es un claro ejemplo de las consecuencias a las que nos conduce el calentamiento global” y que si seguimos sin reaccionar a la amenaza climática, “vamos camino de la ruina”.