La diplomacia climática fracasa y la COP27 esta a punto de saltar por los aires
El borrador que propone la presidencia persiste en eludir cualquier referencia a los combustibles fósiles, rebaja el lenguaje de las renovables y sigue sin aclarar las ayudas a los países vulnerables
Más de un centenar de países y la UE han dirigido un escrito al presidente de la COP27, firmado por su antecesor Alok Sharma (presidente de la Cumbre de Glasgow COP26) advirtiéndole que los "elementos críticos del programa de trabajo de mitigación" siguen sin estar reflejados en el borrador que se ha presentado a las partes para su discusión. En la carta exigen que el acuerdo incorpore medidas concretas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para avanzar en los objetivos de reducción que propone el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC): es decir que dichas emisiones alcancen su techo dentro de tres años para, a partir de ahí, empezar a descender hasta llegar al -45% en 2030.
Sin embargo la presidencia egipcia parece más interesada en atender a las demandas de los países productores de gas y petróleo y no está por la labor de incorporar referencias directas a la reducción del consumo de combustibles fósiles en el documento entregado para el acuerdo. Algunos observadores, como el Dr. Alden Meyer, científico de la NASA y director de UCS (Union of Concerned Scientists) y E3G (Third Generation Environmentalism) han expresado su sorpresa ante el hecho de que, mientras la mayoría de los países presionan para incorporar una reducción gradual de petróleo y gas en el borrador, "la presidencia ponga su interés como productor de energías fósiles por delante de su responsabilidad de actuar como un intermediario neutral".
El objetivo de los 1,5 grados, en peligro
Esta situación es la que habría colmado la paciencia de buena parte de los negociadores, como el vicepresidente de la Comisión Europea y jefe de la delegación de la UE en Sharm El-Sheikh, Frans Timmermans, que en la mañana del sábado amenazaba con abandonar la cumbre. En un mensaje compartido a través de las redes sociales, el jefe de la delegación europea advertía en la mañana del sábado que “la UE está unida en la ambición de seguir avanzando y construyendo en base a lo que acordamos en la Cumbre de Glasgow (COP26). Nuestro mensaje a los delegados es claro: no podemos aceptar que el 1,5oC muera aquí y hoy”.
La declaración de Timmermans, arropado por varios ministros de medio ambiente de los estados miembros, llegaba después de que su delegación presentara una propuesta de acuerdo para desencallar el tema del fondo de ayudas por pérdidas y daños, siempre y cuando se dirija realmente a los países que se están viendo más afectados y son más vulnerables al cambio climático.
En todo caso la activación de dicho fondo, que reflejaría las realidades financieras de 2022 en línea con las peticiones del G77, debería ir acompañada de una mayor ambición en la reducción de emisiones de GEI que permita mantener el objetivo de contener el calentamiento global por debajo de los 1,5oC para evitar los peores escenarios. Y el enfado de la UE llegaba porque eso está en peligro. En opinión de Timmermans “algunas de las cosas que hemos visto y escuchado en las últimas horas no nos han gustado”. Pero ¿a qué tipo de mensajes se refería?
Hacia una posible suspensión de la cumbre
En la madrugada de ayer Arabia Saudita, que junto a los Emiratos Árabes Unidos ha aportado a las finanzas de Egipto más de 20.000 millones de dólares este año, hizo saber a las partes que “no debemos apuntar a las fuentes de energía sino que debemos centrarnos en las emisiones” para añadir que “no debemos mencionar los combustibles fósiles, ni elegir como referente al IPCC”.
Así las cosas cada vez cobra más fuerza la posible suspensión de la COP27 ante la falta de acuerdo, lo que daría lugar a una especie de ‘COP bis’ que se celebraría el año próximo, previsiblemente en verano, antes de la COP28 de Emiratos Árabes que tendrá lugar a final de año. Algo que ya ocurrió en la COP6 del año 2000 en La Haya (Países Bajos), que se suspendió ante el bloqueo de las negociaciones para ser retomada en junio de 2001 en la ciudad alemana de Bonn.
El último borrador de la declaración al cierre de esta crónica recoge algunos ligeros matices pero, a juicio de los observadores, mantiene la falta de ambición de los anteriores en el apartado de mitigación.
Más de un centenar de países y la UE han dirigido un escrito al presidente de la COP27, firmado por su antecesor Alok Sharma (presidente de la Cumbre de Glasgow COP26) advirtiéndole que los "elementos críticos del programa de trabajo de mitigación" siguen sin estar reflejados en el borrador que se ha presentado a las partes para su discusión. En la carta exigen que el acuerdo incorpore medidas concretas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para avanzar en los objetivos de reducción que propone el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC): es decir que dichas emisiones alcancen su techo dentro de tres años para, a partir de ahí, empezar a descender hasta llegar al -45% en 2030.
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