"Estamos en una carretera al infierno climático con el pie en el acelerador"
El secretario general de la ONU, António Guterres, reprende a los líderes mundiales por su falta de coraje para evitar el desastre climático. El miércoles llega el turno de la financiación de daños con el Finance Day
Tras exponer que los últimos ocho años han sido los más cálidos de los que se tiene registro y que el nivel del mar está aumentando al doble de la velocidad de la década de 1990, el jefe de la ONU dejó de lado la diplomacia para advertir que el aumento promedio de la temperatura global es ya de 1,15 grados centígrados (muy cerca del límite de los 1,5 que recoge el Acuerdo de París), que “estamos en una carretera al infierno climático con el pie en el acelerador” y que “nuestro planeta se acerca rápidamente a puntos de inflexión que harán que el caos climático sea irreversible”.
Ante los principales mandatarios de los países participantes, entre los que se encontraba el presidente español Pedro Sánchez, y la destacada ausencia de los líderes de China, India y Rusia, António Guterres hizo un llamamiento a “responder a la señal de socorro del planeta con un plan de acción climática ambicioso, creíble e inaplazable” para acabar señalando que “la COP27 es el lugar, y ahora es el momento”.
En el mismo sentido, pero mucho más moderado, el presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, admitió que esta cumbre “llega en un momento muy delicado, en el que nuestro mundo está expuesto a amenazas existenciales y desafíos sin precedentes, que afectan a las condiciones de vida del planeta y nuestra capacidad para vivir en él”, y expresó su deseo de que “la conferencia pase de la etapa de las promesas a la de la implementación de medidas concretas sobre el terreno”.
Hablemos de dinero
El ministro egipcio de Asuntos Exteriores y presidente de la COP27, Sameh Shoukry, declaraba en la jornada inaugural que, “si no cumplimos con el tema de la financiación para la adaptación, seguiremos quedándonos rezagados. No nos queda más remedio que avanzar en este ámbito y ampliar nuestros objetivos de implementación”. De hecho, el lema de la cumbre es 'juntos por la implementación'.
En ese sentido, y por primera vez desde el inicio de las cumbres climáticas de la ONU, las partes acordaron ayer destinar una atención preferente de la agenda a la financiación de la adaptación. Durante la jornada del martes y, sobre todo, del miércoles (Finance Day), en la cumbre del clima se va a hablar de dinero: del dinero necesario para ayudar a los países más vulnerables a afrontar la emergencia climática y prevenir y reparar los daños que ya están sufriendo.
Entre las intervenciones previstas para hoy cabe destacar la de los países africanos que forman parte de la Alianza Panafricana por la Justicia Climática para pedir que se prioricen los temas de financiación de la adaptación, así como la compensación por pérdidas y daños, y se cumplan las promesas recogidas en el Acuerdo de París y refrendadas en la pasada cumbre de Glasgow (COP26). En ese sentido, la delegación británica en la COP27 anunció ayer, a través de su ministro de exteriores James Cleverly, que, en cumplimiento con los compromisos asumidos en la COP26, el Reino Unido destinará 100 millones de libras esterlinas para ayudar a las economías en desarrollo a hacer frente a los desastres relacionados con el clima y adaptarse a los escenarios previstos.
El día de las finanzas
A pesar de los pobres resultados de la COP26, uno de los acuerdos alcanzados fue el de reiterar la voluntad política de las partes firmantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático para cumplir con los compromisos financieros de ayuda a la adaptación. Y ese será el eje del debate de las reuniones que se van a llevar a cabo el miércoles durante el Financial Day: una de las jornadas más esperadas de la COP27.
En palabras de Guterres, "los impactos del cambio climático están aquí ahora, y las pérdidas y los daños que causan ya no pueden ignorarse. Esta cumbre debe servir para acordar una nueva hoja de ruta, clara y con plazos concretos, que refleje la escala y la urgencia del desafío: es un imperativo moral y una cuestión de solidaridad y justicia climática".
Entre otros aspectos en el Financial Day se abordarán los instrumentos, herramientas y políticas financieras que se deben poner en marcha para agilizar y mejorar el acceso a los fondos de los países vulnerables, incluidos los relacionados con los canjes de deuda por adaptación.
El Informe sobre la Brecha de Adaptación 2022 del PNUMA Demasiado poco, demasiado lento presentado antes de la cumbre señala que, pese a que el 84 por ciento de las partes han establecido planes, estrategias, leyes y políticas de adaptación, el mecanismo para convertir estos planes y estrategias en acciones concretas no está funcionando.
Los flujos de financiación internacional a los países en desarrollo son de cinco a 10 veces inferiores a las necesidades estimadas para que puedan afrontar el reto climático y, lejos de cerrarse, la brecha de implementación para las ayudas no ha hecho más que ampliarse en 2022. Así, más allá de los 100.000 millones de dólares firmados en la Cumbre de París, y a tenor de cómo está evolucionando la crisis climática, las necesidades de adaptación anuales estimadas para 2030 han ascendido hasta los 340.000 millones y seguirán aumentando hasta llegar a los 565.000 millones en 2050 si no logramos avances significativos en mitigación.
Los costes de adaptación se disparan según el cambio climático avanza a los peores escenarios
La agenda del miércoles incluye una reunión de la Coalición de Ministros de Hacienda para la Acción Climática en la que se examinarán los planes de adaptación y se explorará cómo aumentar la bancabilidad (la capacidad de un proyecto para ser financiado) de los proyectos de adaptación y reparación de daños para atraer el interés de los inversores privados.
Otra de las reuniones se dedicará a abordar el problema para la implementación que plantean las finanzas públicas de muchos países en desarrollo, cuyos niveles insostenibles de deuda les deja sin margen de acción para negociar las inversiones en adaptación y transición hacia las energías renovables. Algo a lo que hay que añadir las notables diferencias del coste del capital entre regiones. El objetivo es buscar soluciones, acuerdos y compromisos en firme para reducir el costo de los préstamos verdes destinados a la transición ecológica de los países menos desarrollados.
Todo ello a la espera de que el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, presente a las delegaciones su propuesta de crear un impuesto que grave el beneficio de las grandes petroleras para destinar su recaudación a programas de prevención, reparación de daños y adaptación al cambio climático.
En otros ámbitos, en el primer día de la COP27, líderes de 26 países más la Unión Europea, que en conjunto albergan más del 33% de los bosques del mundo y representan casi el 60% del PIB, anunciaron, con el apoyo de algunas instituciones privadas como Bezos Earth Fund y Bloomberg Philanthropies, su voluntad de impulsar el objetivo global 30x30 de la ONU para conseguir que se proteja el 30% de los entornos terrestres y marinos para 2030. En el mismo sentido, para mañana se esperan importantes anuncios de apoyo financiero para proteger los océanos y contribuir con ello a un doble objetivo: la mitigación del cambio climático y la conservación de la biodiversidad del planeta.
Tras exponer que los últimos ocho años han sido los más cálidos de los que se tiene registro y que el nivel del mar está aumentando al doble de la velocidad de la década de 1990, el jefe de la ONU dejó de lado la diplomacia para advertir que el aumento promedio de la temperatura global es ya de 1,15 grados centígrados (muy cerca del límite de los 1,5 que recoge el Acuerdo de París), que “estamos en una carretera al infierno climático con el pie en el acelerador” y que “nuestro planeta se acerca rápidamente a puntos de inflexión que harán que el caos climático sea irreversible”.
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