¿Quieres ayudar a salvar el planeta? Puedes empezar echándote una eco-pareja
Un nuevo estudio prueba que nuestras opiniones, no solo políticas, sino también sobre el medio ambiente, tienen una influencia en las convicciones y en el estilo de vida de nuestra pareja
Aunque es posible tener unas opiniones radicalmente opuestas a las de la persona con la que decidimos compartir nuestra vida, lo más normal es que, al menos hasta cierto punto, veamos la vida de forma muy similar. Esto no quita que, tanto nuestras opiniones como las de nuestra pareja varíen considerablemente influenciadas por las nuestras o viceversa. Cuando nosotros mismos somos uno de los protagonistas, este efecto es bastante sutil y no solemos darnos cuenta (a largo plazo, puede parecer que esas 'nuevas' opiniones eran originalmente nuestras), pero sí que somos conscientes cuando amigos o familiares entablan una relación con alguien nuevo.
Este es un efecto psicológico comprobado por multitud de estudios, pero la inmensa mayor parte de ellos a lo que presta atención, principalmente, es a la opinión política de los sujetos de estudio. En esta ocasión, un nuevo trabajo científico publicado en la revista Journal of Environmental Psychology ha analizado si la opinión sobre el medio ambiente de nuestro compañero sentimental tiene también una profunda influencia en nuestra opinión y conciencia 'eco'.
Solo se descubrió un 38% de compenetración en cuanto a sus creencias climáticas y solo un 31% en su comportamiento
Como explica Matthew Goldberg, el autor principal del estudio elaborado por investigadores de la Yale School of the Environment, "queríamos saber si existe la posibilidad de que las parejas aumenten su apoyo a las y acciones políticas pro-climáticas si tienen más conversaciones sobre el cambio climático".
Para llevar a cabo su trabajo científico, los investigadores analizaron mediante entrevistas a un total de 758 parejas para determinar hasta que punto cada uno de sus miembros conocían y comprendían la postura del otro con lo que respecta al cambio climático y si sus puntos de vista se alineaban en lo que concierne a sus convicciones y su estilo de vida con respecto al cambio climático.
El equipo de científicos preguntó, por separado, a los miembros de cada una de las parejas estudiadas algunas preguntas sobre este problema medioambiental, entre las que destacaban si 'estaban preocupados por el cambio climático, si 'donaban a organizaciones medioambientales' y si hablaban de estos problemas en sus ruedas de prensa. Del mismo modo, les preguntaron qué creían ellos que sus parejas contestarían.
Los resultados revelaron que, aunque muchas de las relaciones examinadas mostraban creencias y estilos de vida similares, también existían grandes discrepancias entre ambos. Solo se descubrió un 38% de compenetración en cuanto a sus creencias climáticas y solo un 31% en su comportamiento. El estudio también ha descubierto que aquellas parejas que, en efecto, hablan del tema, tienen una imagen más realista de la opinión del otro (lo que no es una sorpresa). Este dato, aunque obvio, permite que los autores del estudio defiendan que un mayor nivel de conversación dentro de las relaciones sobre el medioambiente y el cambio climático, puede alterar de forma efectiva el punto de vista del otro miembro de la pareja.
Los científicos usaron el sistema de clasificación 'Global Warming's Six Americas', que clasifica los resultados de los participantes en una escala de seis tramos en la que los extremos son 'alarmado' (en el que el cambio climático se considera una amenaza urgente) y 'despreciativo' (los que están en esta escala consideran el cambio climático un bulo y un problema inexistente).
Aunque en el grupo de estudio había muy pocas parejas con opiniones completamente opuestas, más de un tercio incluía un miembro de la relación que pertenecía a la clasificación de 'alarmado', mientras que el otro tenía una postura más gris. "Esta disparidad es exactamente el tipo de situación en la que hay una oportunidad para cambiar la opinión de un miembro de la sociedad", explica Goldberg. Y continúa: "La comunicación de masas es crítica, pero puede no ser la forma más efectiva de cambiar la opinión del público con lo que respecta al cambio climático".
La evidencia científica es ineludible y solo podemos ignorarla cerrando los ojos y tapándonos los oídos: el cambio climático es una realidad (¿acaso creemos que nuestro asombroso desarrollo de la sociedad, visible desde el espacio por todos los rincones del planeta, no tiene ningún tipo de impacto en el clima?). A pesar de esto, hay gente (algunos de ellos muy cercanos a nosotros) que sigue negando la mayor. Puede estar en nuestra mano cambiar eso.
Aunque es posible tener unas opiniones radicalmente opuestas a las de la persona con la que decidimos compartir nuestra vida, lo más normal es que, al menos hasta cierto punto, veamos la vida de forma muy similar. Esto no quita que, tanto nuestras opiniones como las de nuestra pareja varíen considerablemente influenciadas por las nuestras o viceversa. Cuando nosotros mismos somos uno de los protagonistas, este efecto es bastante sutil y no solemos darnos cuenta (a largo plazo, puede parecer que esas 'nuevas' opiniones eran originalmente nuestras), pero sí que somos conscientes cuando amigos o familiares entablan una relación con alguien nuevo.
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