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Evolución de la crisis climática

Calor extremo y cambio climático: aquí la ciencia

Los efectos del cambio climático se hacen especialmente evidentes para todos con olas de calor tan extremas y persistentes como la que sufrimos. Sin embargo, la ciencia viene avisando e insistiendo en ello desde hace décadas

Foto: Europa sigue batiendo récords de alta temperatura. (EFE/EPA/Zoltan Balogh)
Europa sigue batiendo récords de alta temperatura. (EFE/EPA/Zoltan Balogh)

La atribución de los fenómenos meteorológicos extremos al cambio climático de origen antrópico, es decir, causado por las actividades del ser humano, es un hecho sólidamente confirmado por la ciencia.

El último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) demostraba claramente que las temperaturas medias y extremas están subiendo en todos los continentes como consecuencia del cambio climático. Debido a ello, ha sido necesario cambiar de perspectiva, de manera que las temperaturas que antes eran consideradas como ‘extremas’ son ahora ‘poco frecuentes’, mientras que las que antes eran prácticamente imposibles son las que hemos pasado a denominar ahora ‘extremas’.

Por ejemplo, los 38 grados alcanzados en junio de 2020 en la localidad siberiana de Verkhoyansk eran prácticamente imposibles de prever, como lo fueron los 49,6 grados alcanzados en el pueblo canadiense de Lytton al año siguiente.

Foto: Inundaciones en Chennai, India. (EFE/EPA/Idrees Mohammmed)

Tampoco era previsible que el Gobierno británico emitiera por primera vez en la historia, como acaba de hacer, una alerta máxima (nivel rojo) por altas temperaturas ante la posibilidad de que en los próximos días se superen los 40 grados en buena parte del centro y el sur de Inglaterra, incluida la gran área metropolitana de Londres.

Pero más allá de los episodios puntuales de altas temperaturas y sus graves consecuencias para la población (en España, se han asociado más de 360 muertes a la ola de calor) y los ecosistemas naturales (el número de grandes incendios forestales dobla ya la media de la década y supera las 70.000 hectáreas calcinadas), lo que resulta más inquietante es la persistencia y la recurrencia de las nuevas olas de calor debidas al cambio climático. Así, los mapas que está dando a conocer estos días el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo (ECMWF, por sus siglas en inglés) llevan más de una semana teñidos de rojo, y nadie duda de que la virulencia de este nuevo fenómeno extremo es una manifestación más de la crisis climática.

placeholder Los incendios se agravan por el cambio climático. (EFE/Brais Lorenzo)
Los incendios se agravan por el cambio climático. (EFE/Brais Lorenzo)

Para la Dra. Friederike Otto, profesora titular de Ciencias del Clima en el Instituto Grantham del Imperial College de Londres y codirectora de World Weather Attribution, “las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), procedentes de la quema de combustibles fósiles como el carbón, el gas y el petróleo, están detrás de esta ola de calor y seguirán provocando que las olas de calor sean cada vez más calientes, duraderas y frecuentes”.

En su opinión: "Cuanto más tarde el mundo en alcanzar un escenario de emisiones netas cero, más cálidas y peligrosas serán las olas de calor, y más se prolongarán en el tiempo: la única manera de evitar que se sigan batiendo récords de calor una y otra vez en Europa y en el resto del mundo es dejar de quemar combustibles fósiles lo antes posible".

placeholder Las olas de calor son cada vez más extremas en todo el mundo. (EFE/F. Robichon)
Las olas de calor son cada vez más extremas en todo el mundo. (EFE/F. Robichon)

Con los termómetros batiendo récords de altas temperaturas en media Europa, la Dra. Eunice Lo, científica del clima de la Universidad de Bristol, ratifica las palabras de su colega: “Las olas de calor como la que sufrimos serán cada vez más frecuentes e intensas debido a las emisiones humanas de GEI”, y alerta de que la situación no va a hacer más que empeorar en todo el planeta si no tomamos conciencia como especie y actuamos de manera urgente y decidida a todos los niveles.

Foto: Nueva Delhi podría alcanzar los 45 grados centígrados. (EFE/R.Gupta)

Algo en lo que coincide el profesor Robert Vautard, del Instituto Pierre-Simon Laplace de la Universidad de la Sorbona en París. "Las olas de calor que sacuden Europa y que estamos analizando son cada vez más extremas, lo que confirma las conclusiones del informe del IPCC de que las temperaturas extremas aumentan tanto en intensidad como en frecuencia en casi todas las regiones del mundo debido a las actividades humanas". Según este prestigioso investigador, "no se puede descartar que en Francia se alcancen los 50 °C en las próximas décadas; en España y otros países del Mediterráneo el registro histórico actual se sitúa ya a muy pocos grados de los 50 °C, y sabemos que ese salto es posible".

Hay que abandonar el consumo de energías fósiles para detener las emisiones de carbono y mitigar los efectos del cambio climático

El Dr. Ben Clarke es uno de los investigadores más prestigiosos en el estudio de fenómenos meteorológicos extremos de la Universidad de Oxford y, en su opinión, no hay ninguna duda de que “lo que antes del aumento de las emisiones humanas de GEI era extremadamente raro se ha vuelto cientos y miles de veces más probable, mientras comprobamos que lo que era imposible está empezando a suceder”. En consecuencia, y según su experiencia acumulada, "habrá muchos que sufrirán complicaciones de salud e incluso morirán como resultado directo de las olas de calor extremo asociadas al cambio climático".

Foto: Unos turistas se refrescan con el agua que desprende la fuente de la plaza de España de Sevilla. (EFE)

Con todo, a la inquietud por los escenarios identificados hay que sumar la desesperación de los científicos, que ven cómo sus propuestas de actuación son desatendidas para seguir apostando, pese a toda la ciencia acumulada al respecto, por las energías fósiles.

Porque lo cierto es que, pese al carácter irreversible del cambio climático, todavía estamos a tiempo de evitar lo peor si somos capaces de sumar voluntades, actuar de manera coordinada y decidida y avanzar juntos hacia un nuevo modelo energético bajo en carbono. Un modelo de presente y de futuro basado en el abandono de las fósiles y el impulso decidido a las renovables.

La atribución de los fenómenos meteorológicos extremos al cambio climático de origen antrópico, es decir, causado por las actividades del ser humano, es un hecho sólidamente confirmado por la ciencia.

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