El gasto nacional en protección ambiental pierde 733 millones en 2020
A pesar de que el año pasado cerró con buenos datos con respecto a emisión de gases de efecto invernadero y contaminantes atmosféricos, el gasto que realizamos en proyectos medioambientales se vio muy reducido
El gasto nacional en protección ambiental se redujo un 3,7% en 2020, un año marcado por los efectos de la pandemia, hasta situarse en 19.159,6 millones de euros. Se trata del primer año en descenso después de cinco años de crecimiento consecutivo. La caída se concentra en las empresas y en los hogares, mientras que la pandemia no pasó factura a la aportación de las administraciones públicas.
La cifra es una estimación provisional de 2020 realizada por el Instituto Nacional de Estadística, que analiza los recursos económicos dedicados a la protección del medio ambiente en sus cuentas ambientales, que se utilizan para constituir indicadores en materia de gasto en prevención y reducción de la contaminación, la contribución de estas actividades a la economía, entre otros aspectos.
Más de una cuarta parte (25,8%) de las emisiones contaminantes se concentraron en la industria, seguidas por las de los hogares
De estos 19.159,6 millones (733,1 menos que en 2019) dedicados a la protección ambiental en España en 2020 casi la mitad, el 48,1%, fue invertido por las empresas, que fue el sector que más redujo su aportación. De ese descenso del 3,7% total, las sociedades disminuyeron un 6,8%, lo que da cuenta de los efectos de la pandemia en el sector industrial. Por su parte, los hogares aportaron el 16,4% del total (-2%), mientras que la administración general mantuvo el 35,5% de este gasto, un porcentaje similar al 2019.
En cifras absolutas, los 19.159,6 millones de euros representan el 1,71% del Producto Interior Bruto (PIB), --11 centésimas más que en 2019—y a este montante las empresas sumaron 9.201 millones de euros; los hogares 3.151 millones y las administraciones públicas y las instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares proporcionaron 6.808 millones, una cantidad similar a la del año pasado.
De este volumen el mayor peso en el gasto nacional de protección ambiental se derivó de los servicios de gestión de residuos, con el 63,8% del total, que suponen una cifra de 12.222 millones de euros; seguido por el sector de las aguas residuales, con el 18,2%, que en términos absolutos asciende a 3.486 millones. En la cola, sin embargo, estuvieron los servicios de protección de la biodiversidad y el paisaje, con apenas un 4,5% – 861 millones de euros-- y el penúltimo puesto del ranking del INE es para la I+D medioambiental y “otras” actividades, que aporta un 6,2% del total. Las mayores pérdidas de gasto en 2020 respecto al ejercicio previo se derivan de los servicios de Protección del aire, clima, suelos, radiaciones, disminución del ruido y vibraciones (–12,4%) y Gestión de aguas residuales (–4,2%).
Las principales partidas del gasto nacional en 2020 correspondieron al consumo final (46,6% del total), al consumo intermedio (40,1%) y a la formación bruta de capital fijo (13,6%). El 64,7% del gasto en consumo final lo realizó el sector Administraciones Públicas e ISFLSH (Instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares) y el 35,3% restante el sector Hogares. Por su parte, el sector Sociedades efectuó el 54,5% de la formación bruta de capital fijo, frente al 45,5% del sector Administraciones Públicas e ISFLSH.
El covid-19 reduce las emisiones de CO₂
Durante el año 2020 no solo se redujo el gasto nacional en protección ambiental. La pandemia, sobre todo al inicio, durante los meses de confinamiento, tuvo un efecto en las emisiones de gases de efecto invernadero, pues al limitarse la actividad industrial y la movilidad a prácticamente lo esencial, también lo hizo la liberación a la atmósfera de contaminantes.
En ese sentido, las cuentas ambientales del INE cifran ese reflejo en un descenso del 15,9% en las emisiones de la economía española, que en total expulsó a la atmósfera 274,6 millones de toneladas de (dióxido de carbono) CO₂ equivalente. En total, desde que en 2008 España inició su serie contable de emisiones de CO₂, el descenso acumulado es del 34,6%. Aquel año la economía española emitió 419,8 millones de toneladas de CO₂ y desde entonces, salvo algún ejercicio puntual, se ha mantenido la línea de bajada hasta los actuales 274,6 millones de toneladas.
Entre los principales gases perjudiciales para la atmósfera, el que más se redujo en 2020 fue el CO₂, que cayó un 18,8%; mientras que el óxido nitroso cayó un 1,5%. El metano, por el contrario, aumentó un 0,1%. De nuevo la pandemia marcó en este sentido la actividad económica. En concreto, las actividades que más bajaron sus emisiones fueron el transporte y el almacenamiento, con un -30,1%; seguido por el suministro de energía eléctrica, gas, vapor, aire acondicionado y agua, cuyas emisiones fueron un 21,3% más bajas que en 2019.
Pero esa línea de bajada no puede atribuirse a un solo ejercicio, influido por los efectos del covid-19, sino a un esfuerzo continuado. Son precisamente estos dos sectores los que más han reducido su intensidad emisora desde 2008. En concreto, el INE refleja que el suministro de energía eléctrica, gas, vapor, aire acondicionado y agua ha eliminado el 58,8 % de sus emisiones en estos 12 años y el sector del transporte y el almacenamiento, un 35,5%.
De ese modo, más de una cuarta parte (25,8%) de las emisiones contaminantes se concentraron en la industria manufacturera; seguidas por las procedentes de los hogares, responsables del 20,9 % y, en tercer lugar, de las derivadas de la agricultura, ganadería, pesca y selvicultura, un 18,2 % inferiores. Las estimaciones de la cuenta de emisiones a la atmósfera del INE se realizan a partir de los Inventarios Nacionales de Emisiones a la Atmósfera que elabora el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, con la metodología del Grupo de Expertos de Cambio Climático de la ONU.
Lo interesante será observar si el año 2021 las emisiones de gases de efecto invernadero de la economía crecen o no, para determinar si la tendencia al descenso continúa, en línea con los objetivos de país para contribuir al cumplimiento del Acuerdo del Clima de París --que aspira a limitar el aumento de la temperatura global del planeta a 1,5ºC de aquí a final de siglo--, o si el bajón de 2020 se limita a los efectos colaterales de la pausa profiláctica contra el coronavirus. De momento, informes recientes avisan de que las emisiones han repuntado después del confinamiento en las principales economías del planeta.
El gasto nacional en protección ambiental se redujo un 3,7% en 2020, un año marcado por los efectos de la pandemia, hasta situarse en 19.159,6 millones de euros. Se trata del primer año en descenso después de cinco años de crecimiento consecutivo. La caída se concentra en las empresas y en los hogares, mientras que la pandemia no pasó factura a la aportación de las administraciones públicas.