La cumbre de Glasgow acelera el final de trayecto para los motores de combustión

Tiempo para hablar del transporte en la cumbre del clima de Glasgow con la primera reunión de los ministros del ramo que se celebra en una COP. Ayer por la noche se presentaba una iniciativa para acelerar el final de los vehículos diésel y gasolina, The Glasgow Accord on Zero Emissions Vehicles, que a primera hora de esta mañana ya habían suscrito más de un centenar de entidades, entre las que se encuentran países, ciudades, regiones, instituciones y fabricantes de automóviles, propietarios de flotas de todo el mundo y empresas de movilidad compartida.

El anuncio formal tendrá lugar en un acto de la Presidencia de la cumbre (Presidency Event: Accelerating the ZEV Transition) en el que, bajo el lema 'calle de único sentido', se anunciará que ha llegado el momento de que los vehículos de gasolina y diésel dejen paso a vehículos de emisiones cero para 2035.

La electrificación del transporte por carretera es un paso ineludible para reducir a la mitad las emisiones de GEI antes de 2035

La lista oficial de firmantes agrupaba a primera hora de la mañana de hoy a 31 países, 38 gobiernos subnacionales, 11 fabricantes de automóviles, 27 propietarios de flotas y empresas de movilidad compartida y está previsto que vaya aumentando a lo largo de la jornada. Puede seguirse la lista de firmantes que se van adhiriendo aquí.

Este acuerdo marcará 'de facto' el fin de trayecto para los vehículos impulsados por motores de combustión al acelerar las decisiones de los gobiernos para electrificar su red de transportes y convencer a los fabricantes de automóviles (y a los inversores) de que, si no quieren perder su actual cuota de mercado frente a los competidores más audaces, deberán agilizar sus estrategias para migrar al coche eléctrico.

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Hasta este momento, los firmantes representan casi el 15% del mercado mundial del automóvil, es decir, 11,5 millones de vehículos. Si se añade a otros países y regiones que también han anunciado fechas de eliminación de los motores de combustión interna, incluida la UE, este porcentaje se eleva hasta casi una tercera parte de las ventas mundiales de automóviles.

Hay que recordar que el sector del transporte representa una quinta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), de las que prácticamente el 90% corresponde al transporte por carretera. De hecho, la electrificación del transporte por carretera es un paso fundamental para reducir a la mitad las emisiones de GEI antes de 2035 y evitar con ello que la temperatura media del planeta se eleve por encima de los 1,5 grados centígrados.

El objetivo del acuerdo es impulsar un parque automovilístico neutro en emisiones de GEI que, abastecido por fuentes renovables, podría lograr una reducción de las emisiones de hasta en un 80% durante el ciclo de vida del vehículo. Aunque, para ello, la red eléctrica mundial debería abastecerse cada vez más (como ya está ocurriendo) de energía procedente de fuentes renovables.

El acuerdo destaca que acelerar la transición del transporte hacia vehículos cero emisiones generaría enormes beneficios económicos. Por ejemplo, en Estados Unidos, la electrificación total de los nuevos turismos y camiones para 2030 y de los nuevos vehículos comerciales para 2035 podría suponer un ahorro medio para los hogares de 1.000 dólares al año, evitando 150.000 muertes prematuras asociadas a la contaminación del aire provocada por los tubos de escape y generando dos millones de empleos netos para 2035.

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A primera hora de la mañana, el acuerdo todavía no había sido firmado por algunos países importantes, como Francia, Alemania y España. Aunque hay que recordar que la actual Ley de Cambio Climático y Transición Energética ya incluye la prohibición de la venta de vehículos de combustión para 2040 y contempla la posibilidad de adelantar la fecha a 2035, tal y como establece la iniciativa de la Comisión Europea actualmente en discusión. Una fecha que era asumida como límite por Gran Bretaña en los días previos a la cumbre.