"Todos tenemos la responsabilidad de bajar nuestras emisiones de CO2 a la mitad"
En declaraciones a Planeta A, la exsecretaria de la ONU para el cambio climático se muestra tajante: "De la crisis climática, como de la pandemia, o salimos todos juntos o no saldremos del todo"
La exsecretaria de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU (CMNUCC), Christiana Figueres, una de las principales artífices del Acuerdo del Clima de París de 2015, explica ahora su visión del mundo en su último libro ‘El futuro por decidir’ escrito junto a Tom Rivett-Carnac. Figueres, antropóloga y miembro de una saga de altos mandatarios del Gobierno de Costa Rica, sigue siendo una de las voces más atendidas en las negociaciones climáticas a nivel internacional.
En esta entrevista concedida a Planeta A, la que fuera candidata a secretaria general de la ONU ha analizado con una visión optimista los retos a los que se enfrenta la humanidad y, ahora que poco a poco se empiezan a superar "los peores momentos de crisis" de la pandemia del covid-19, ha extraído "algunas lecciones positivas" que ha querido compartir con los lectores de El Confidencial.
La primera y más importante en su opinión es que, como ha quedado demostrado en esta crisis sanitaria, "la ciencia es muy importante". Y eso, aunque resulte "triste tener que mencionarlo como si fuera una novedad", debe resaltarse. Porque es importante darse cuenta de que "la salud humana y planetaria tienen que estar basadas en políticas y decisiones dirigidas por la ciencia y no por la ciencia ficción".
En opinión de esta reputada diplomática internacional, ante la crisis climática el mundo debe "redoblar el esfuerzo" hasta 2030
Así, ha reconocido que los países que se apegaron más a las recomendaciones de los científicos están logrando salir "más rápidamente de la pandemia". Y "lo mismo ante la perspectiva del cambio climático", compara la política costarricense, que añade que otra de las "lecciones aprendidas" es que, de toda crisis, incluida la climática, "solo se sale si todos, todos, colaboran".
"Es una lección muy importante para el siglo XXI porque estamos mucho más interconectados y vamos a tener más situaciones y retos globales que de verdad son globales", explica. Así, reflexiona que si ante el covid se hubieran construido murallas alrededor del conocimiento científico no habríamos salido de esta situación en "no sé cuántos años", por lo que la "colaboración en el bien común es una enseñanza muy grande".
"Debemos darnos cuenta de la interconexión que tenemos. De aquí, o salimos todos juntos o no salimos del todo. Si hay varias personas en una lancha y se hace un agujero no son solo las personas que están cerca del agujero las que se hunden, sino que se hunden todos los de la barca", compara.
En este contexto, expone también que en ‘El futuro por decidir’ da su "receta" de diez puntos para un planeta más saludable. Entre otras claves, estima que el primer paso es "hacer matemáticas" con una "responsabilidad individual, de familia” para conocer la huella de carbono de cada uno. "No nos damos cuenta del impacto que estamos teniendo. Debemos meternos en Miss Google –porque mi visión global es femenina—y buscar una calculadora de emisiones para calcular la responsabilidad a nivel individual, familiar, de cada barrio, de la compañía donde trabajamos, la ciudad o el país", precisa Figueres, que llama a una "toma de conciencia" de lo que estamos aportando cada uno a la contaminación global.
El segundo paso sería, a su juicio, idear un plan para reducir este impacto."En realidad, todos tenemos la responsabilidad de bajar nuestras emisiones de CO2 a la mitad de lo que tengamos hoy en los próximos 9 años. Teníamos 10, pero ya perdimos uno. De aquí a 2030", subraya la antropóloga, que precisa que eso pasa por "analizar lo que estamos comiendo, el transporte que escogemos, la electricidad que compramos o la eficiencia de nuestros electrodomésticos". "Todos tenemos una responsabilidad", reitera.
Respecto a la importancia de la Cumbre de Biodiversidad de la ONU que se celebrará en mayo en la ciudad china de Kunming para tratar de detener la pérdida de biodiversidad a nivel global, Figueres califica de "completamente irresponsable" lo que se ha hecho hasta ahora con la biodiversidad "no solo por su impacto sobre la naturaleza sino por su impacto sobre los humanos". Pero confía en que la cumbre conseguirá alcanzar el objetivo de proteger el 30 por ciento del planeta, tanto de la superficie terrestre como marina de aquí a 2030.
"Estamos todos enfocados en el 2030 como un reconocimiento de lo que no hemos hecho hasta ahora, pero con el convencimiento de que debemos redoblar los esfuerzos. Estamos frente a un precipicio en el que las consecuencias de no llegar a 2030 con responsabilidad ambiental sería prácticamente un suicidio para la raza humana", advierte Figueres que, con esperanza ve "cada vez más evidencias de que nos hemos dado cuenta de que eso es necesario, urgente y, además es posible".
El próximo mes de noviembre en Glasgow (Escocia, Reino Unido) tendrá lugar otra de las citas internacionales pospuestas en 2020 por la pandemia del coronavirus. Se trata de la Cumbre de Cambio Climático de la ONU (COP26). En ese sentido, la diplomática centroamericana reitera que esta cumbre debe marcar un "punto de inflexión" porque la COP26 "ya no es de negociación, como la de París, sino de rendición de cuentas" por la que cada país debe hacer público lo que ha logrado o no en los últimos cinco años contra el cambio climático y "sobre todo, qué más va a hacer en los próximos 5 o 10 años".
La crisis climática como oportunidad
"De ahora en adelante cada cinco años habrá este rendimiento de cuentas que permita saber si estamos acercándonos más a la meta de cortar a la mitad las emisiones o no", apostilla Figueres, para quien es "muy interesante" poner de manifiesto que en 2020 se ha alcanzado el momento límite en el que la mayoría de las personas que piensan y actúan sobre cambio climático se ha dado cuenta de que "si bien el cambio climático es un gran peligro, hacerle frente es una oportunidad".
"El efecto en la salud de hacer frente al cambio climático es impresionante: comer mejor; no respirar aire contaminado; mejorar la salud del planeta; nuestra salud y la economía del planeta. Debemos darnos cuenta de que la salud del planeta y la de la economía van de la mano. Antes creíamos que para mejorar el planeta teníamos que asumir un montón de sacrificios y nos damos cuenta de que hay más beneficios que pérdidas", manifiesta.
Y en ese proceso, considera fundamental que en la COP25 que se celebró en Madrid se lograra incluir el Plan de Acción de Género pues son las mujeres las que están "más negativamente afectadas por el cambio climático, sobre todo en los países en desarrollo". Allí, relata que son las mujeres las que tienen que salir a sembrar los alimentos, cosecharlos; cocinarlos, salir a buscar agua, ir a buscar leña.
"Todo eso: el agua, la leña y la comida se está haciendo cada día más difícil conseguir por los trastornos ambientales que estamos viendo con base en el cambio climático. Somos las mujeres las más impactadas y afectadas desproporcionalmente comparadas con los hombres", argumenta. Asimismo, considera que frente a un reto global "tan importante" sería "tonto" no desplegar y utilizar inteligentemente el cien por cien del potencial de la raza humana y quedarse solo con el cincuenta por ciento. "Las mujeres tenemos otras maneras de ver las cosas y de tomar las decisiones. Influimos mucho en nuestros hogares y familias y por tanto podemos ser agentes de cambio", reitera.
Valorar la diversidad
Por último, en la entrevista con Planeta A Christiana Figueres hace balance de sus años como negociadora climática y las enseñanzas personales adquiridas. La primera de ellas es una "gran lección humana y personal": la de "aprender a no juzgar". "Me ha ayudado mucho a entender y estar abierta a la diversidad de opiniones. Aunque todos vivimos en un mismo hogar, que es el planeta Tierra, la diversidad cultural es algo que solo se puede comparar con la biodiversidad de la flora y la fauna. Y nosotros no juzgamos la diversidad de la flora y la fauna".
En su opinión, "puedes tener tu animal o una flor favoritos, pero no juzgamos las especies por cómo nos caen. Esa es una gran lección: podemos tener nuestros preferidos, podemos sentirnos más cómodos con las personas que sienten como nosotros, pero no podemos juzgar a los otros porque tengan otra opinión, porque ven la realidad desde otro puno de vista", concluye Figueres, que agradece tener esa apertura de miras a la "bella diversidad humana, porque es una de las cosas más bonitas de trabajar en el ámbito internacional".
Finalmente, esta alta diplomática por el clima espera que durante este año 2021 y de ahora en adelante pueda sacarse la "espinita" que le queda pendiente y hacer realidad su deseo de seguir creciendo en su desarrollo espiritual, algo que ha supuesto para ella un "gran apoyo".
"Inicié cierto camino espiritual hace varios años –nos confiesa– y la verdad es que he estado tan atareada que no le he dedicado el tiempo que me gustaría, de modo que tengo esa prioridad: dedicar más tiempo y más atención a esa parte interior que ahora he llegado a entender que es muy importante", valora Figueres, que elogia a Costa Rica por su buena gestión de la pandemia que la llevó por "una vereda mejor que la de otros países".
La exsecretaria de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU (CMNUCC), Christiana Figueres, una de las principales artífices del Acuerdo del Clima de París de 2015, explica ahora su visión del mundo en su último libro ‘El futuro por decidir’ escrito junto a Tom Rivett-Carnac. Figueres, antropóloga y miembro de una saga de altos mandatarios del Gobierno de Costa Rica, sigue siendo una de las voces más atendidas en las negociaciones climáticas a nivel internacional.
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