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El periodismo ambiental, una labor más necesaria que nunca
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El periodismo ambiental, una labor más necesaria que nunca

El interés ciudadano por la información relacionada con el medio ambiente va en aumento, y seguirá haciéndolo en los próximos años. Atender esa demanda social desde el rigor y la proximidad es el reto del periodismo ambiental

Foto: Imagen de una ballena muerta en las costas de Nueva Jersey. Foto: Ryan Loughlin
Imagen de una ballena muerta en las costas de Nueva Jersey. Foto: Ryan Loughlin

Si todavía queda algún lector que se pregunte qué le aporta la información ambiental, la respuesta esta clara: todo. Porque todo lo que hacemos desde que nos levantamos implica decisiones ambientales. Encendemos la luz, nos duchamos y desayunamos: energía, agua y alimentos. Tres recursos naturales básicos e imprescindibles para nuestra vida. Tres cuestiones ambientales sobre las que versa la actualidad, con debates abiertos como de dónde queremos que venga nuestra electricidad, cómo gestionamos los ríos y las aguas residuales, o qué estamos comiendo y cómo lo producimos.

Por todo ello, resulta tan oportuno como acertado este nuevo espacio diario dedicado a la información ambiental que inaugura hoy El Confidencial con Jose Luis Gallego al frente: uno de los divulgadores ambientales con más experiencia y de mayor prestigio. Un lugar en el que sin duda se van a abordar estos temas con rigor, dando voz a científicos y especialistas y huyendo del sensacionalismo.

La información ambiental se ha convertido en imprescindible en nuestra vida diaria. Esta semana, la borrasca Filomena ha dejado imágenes insólitas en gran parte de España y gracias a la información meteorológica, la más demandada en cualquier medio, hemos tenido datos para conocer qué estaba pasando.

"Las buenas prácticas en sostenibilidad han mejorado la cotización de las empresas en el 80% de los casos analizados"

Los medios de comunicación son esenciales para ofrecer información rigurosa y contrastada, y esa es la clave del periodismo ambiental. Los datos están, pero es necesario recopilarlos, analizarlos y contrastarlos antes de exponerlos. Explicar por qué Filomena también es un fenómeno relacionado con el cambio climático por sus efectos en la circulación de la atmósfera es el oficio del buen periodista ambiental.

El planeta nos está avisando

El coronavirus y Filomena nos recuerdan nuestra relación con la naturaleza. 2020 ha supuesto un punto de inflexión y el inicio de una nueva etapa en el binomio biodiversidad-salud. Nunca como hasta hoy habíamos sido conscientes de hasta qué punto nuestra salud depende del buen estado de conservación de los ecosistemas, y, así, hemos comprendido que la mejor vacuna contra este tipo de amenazas es mantener una biodiversidad sana. Por eso es fundamental que la información ambiental esté presente a diario en los medios de comunicación.

Más del 70% de las infecciones emergentes de los últimos 40 años han sido zoonosis, según un artículo publicado en la revista 'Nature'. Esto supone que si la biodiversidad enferma, nosotros también, pues formamos parte de ella. La biodiversidad nos alimenta, nos proporciona agua, energía y salud. No podemos seguir haciendo un uso insostenible de los recursos naturales del planeta, como si nos pertenecieran en exclusiva y fueran ilimitados.

placeholder Foto: Unsplash/@karsten_wuerth.
Foto: Unsplash/@karsten_wuerth.

No podemos seguir relacionándonos como hemos venido haciéndolo hasta ahora con nuestro planeta: el único que puede albergar vida. La Tierra no es de usar y tirar. La naturaleza no tira nada, sino que todo lo reintegra. El concepto basura no existe en el medio ambiente: todo se reutiliza, se repara, se recicla. Por eso, deberíamos seguir su ejemplo y avanzar hacia una economía verdaderamente circular. Y para promover las claves de ese cambio y lograr la colaboración de todos, es necesaria la información ambiental.

Es tiempo de reaccionar

Los cambios que vamos a tener que afrontar en los próximos años no son fáciles, pero sí necesarios. Para que los ciudadanos entiendan lo indispensable de su colaboración, las empresas tomen las decisiones correctas y los gobiernos aprueben la legislación adecuada, es necesaria una sociedad bien informada, con una comunicación ambiental rigurosa, de calidad, verificada y contrastada.

El cambio de rumbo está en marcha. La sociedad quiere saber de manera mayoritaria qué le está pasando al planeta para contribuir en la medida en que pueda a evitar los daños: esa es ahora la demanda de los ciudadanos, las empresas y los gobiernos responsables. La transición ecológica es irrenunciable y quien se quede atrás no tendrá segundas oportunidades.

2030 es el año marcado por la ONU para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Esta década que acabamos de iniciar es crucial para cambiar hacia una relación más sostenible y saludable con la naturaleza.

placeholder Foto: Unsplash/@noaa.
Foto: Unsplash/@noaa.

Los ODS marcan compromisos para las empresas, que van a tener un especial protagonismo, ya que la evolución de la economía va a depender de que el binomio biodiversidad-salud funcione. Según un reciente informe de la Universidad de Oxford, las buenas prácticas en sostenibilidad han mejorado la cotización de las empresas en el 80% de los casos analizados, mientras que se ha podido comprobar que las compañías aumentan su valoración de mercado hasta casi un 20% cuando promueven prácticas sostenibles.

Y todos, ciudadanos, empresas y gobiernos, necesitan tener acceso a la información ambiental. El cambio climático es otro de los retos ambientales que vamos a tener que afrontar, ya que, al igual que el coronavirus, es una amenaza global, aunque desigual en sus impactos. Mitigar sus efectos y adaptarse a los escenarios que nos aguardan requerirá disponer de una mayor información ambiental.

La transformación económica y social debe tener un trasfondo ambiental para ser efectiva. Y para que esa transformación movilice al conjunto de la sociedad, sea justa y no deje a nadie atrás, necesitamos conocer las claves de la recuperación ecológica y empezar a aplicarlas entre todos. A ese fin queremos contribuir los periodistas ambientales, por eso es tan relevante que un medio con tanta capacidad de influencia como El Confidencial apueste de manera decidida por estos contenidos.

María García de la Fuente es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Historia por la UNED. Es presidenta de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA).

Si todavía queda algún lector que se pregunte qué le aporta la información ambiental, la respuesta esta clara: todo. Porque todo lo que hacemos desde que nos levantamos implica decisiones ambientales. Encendemos la luz, nos duchamos y desayunamos: energía, agua y alimentos. Tres recursos naturales básicos e imprescindibles para nuestra vida. Tres cuestiones ambientales sobre las que versa la actualidad, con debates abiertos como de dónde queremos que venga nuestra electricidad, cómo gestionamos los ríos y las aguas residuales, o qué estamos comiendo y cómo lo producimos.

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