No, Escocia no prohibirá los gatos (pero reconoce que son un serio problema para la fauna)
Los gatos se comen 27 millones de pájaros al año en Reino Unido. Un nuevo informe, elaborado por la comisión escocesa para el bienestar animal, reconoce que son un problema y llama a “contener” su tenencia
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"Permítanme que aclare este tema: el gobierno no va a prohibir ni va a restringir la tenencia de gatos." Con esta contundente declaración a la prensa, el primer ministro escocés, John Swinney, cerraba la polémica generada estos días en internet en torno a una cuestión que lleva años debatiéndose en Reino Unido: la del grave impacto que causan los gatos callejeros en la fauna silvestres y la exigencia de la comunidad científica de que se regule de forma más estricta las normas para la posesión de estos animales de compañía.
La cuestión ha vuelto a saltar estos días a la actualidad de la prensa británica a raíz de un informe presentado al gobierno por la Comisión Escocesa para el Bienestar Animal (SAWC, por sus siglas en inglés). Entre otros aspectos relacionados con la amenaza que suponen los gatos sueltos para la conservación de la biodiversidad, los autores del estudio instaban al ejecutivo a explorar la posibilidad de poner en marcha diversas medidas de contención para reducir su presencia en el medio natural, incluída (y aquí vino la polémica) la restricción a tener gatos en zonas próximas a espacios naturales, especialmente aquellas que acojan a especies amenazadas de extinción.
La SAWC es el órgano consultivo que asesora al gobierno escocés en materia de bienestar animal y protección de los animales salvajes y de compañía. Este lunes el mandatario escocés reconoció haber recibido un informe de este comité de expertos en el que instaban al gobierno a que estudiara "más a fondo y con detenimiento los pros y los contras de instaurar una ‘contención obligatoria’ de los gatos en determinadas zonas de Escocia" y reconocía su interés al tratarse de "un problema verdaderamente serio".
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El informe vuelve a insistir en lo que vienen señalando desde hace años muchos otros trabajos científicos: que los gatos que se escapan de las casas para corretear por los alrededores, ante el consentimiento o la falta de vigilancia de sus amos, pueden ocasionar “un impacto significativo en la vida silvestre a través de la depredación, la competencia por los recursos alimentarios o la transmisión de enfermedades, entre otras causas”. Para evitarlo se recuerda al gobierno que en algunos países ya se exige a los propietarios que los gatos estén encerrados todo el tiempo o por temporadas para proteger las poblaciones de fauna salvaje.
En el texto también se alude a la Ley de Vida Silvestre y Campo de 1981, que considera como delito liberar o permitir que una especie no nativa escape de su cautiverio en Escocia. Los actuales gatos domésticos descienden del gato montés africano (Felis lybica) y fueron introducidos en Europa durante la expansión del Imperio Romano, por lo que no son nativos y permitir su escape puede ser constitutivo de delito.
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Lo que viene a demandar este nuevo estudio, el enésimo en tratar un problema antiguo que sigue sin resolverse, es que el bienestar de los gatos domésticos no entre en conflicto con la protección de la fauna salvaje y la conservación de la biodiversidad, por lo que piden al gobierno que encargue a su agencia de protección de la naturaleza, NatureScot, un estudio sobre las posibles zonas en las que debería decretarse el confinamiento o la prohibición de gatos domésticos. Empezando por la pequeña área de distribución de los últimos gatos monteses que quedan en Escocia, cuya especie se encuentra amenazada por la hibridación con gatos comunes asilvestrados.
Un conflicto de difícil solución
La presidenta de SAWC es la profesora de la Universidad de Edimburgo Cathy Dwyer, un personaje muy popular y admirado en Escocia. En declaraciones a la BBC reconocía el conflicto que generan las soluciones apuntadas en el estudio. "Sabemos que tener a un gato encerrado en casa todo el tiempo es realmente difícil de conseguir sin perjudicar su bienestar”, afirmaba. Pero en la misma intervención también insistía en señalar que “de lo que se trata es de encontrar un punto de equilibrio entre proteger a la fauna escocesa y garantizar que los gatos vean reconocido su derecho animal”.
Los gatos capturan animales silvestres siguiendo su instinto. No son conscientes del impacto que generan. Sin embargo sus propietarios sí que conocen el problema. Un problema que no deja de ir a peor. Según el informe de la SAWC los gatos domésticos provocan cada año la muerte de hasta 700 millones de aves, mamíferos y reptiles en todo el Reino Unido. La Sociedad Ecológica Británica elevaba el problema a la escala global en un artículo de investigación en el que afirmaba que los gatos domésticos y su impacto en la biodiversidad se habían convertido en un punto ciego en la aplicación de la legislación sobre conservación de la naturaleza.
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Algunas investigaciones han demostrado que su introducción en las islas es la causa de al menos el 14% de las extinciones modernas de aves, mamíferos y reptiles, constituyendo ya la principal amenaza para cerca del 10% de las especies clasificadas como en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN). Estamos hablando de millones de pequeños animales salvajes de todo tipo, incluso insectos.
El profesor Dr. Christopher Lepczyk y su equipo en la Universidad de Michigan llevaron a cabo un pormenorizado estudio sobre la alimentación de los gatos callejeros durante más de cuatro años. Los resultados, publicados en diciembre de 2023 en la revista Nature, concluyeron que “que los gatos son depredadores generalistas extremos, lo que es fundamental para comprender su elevado impacto en los sistemas ecológicos y desarrollar posibles soluciones de gestión”.
El gran cazador
Contrariamente a lo que se podía pensar los gatos que deambulan fuera de sus casas no solo predan sobre pequeños pájaros y mamíferos, sino que son capaces de capturar presas de más de cinco kilos de peso. Al analizar la dieta de los ejemplares sometidos a estudio, los investigadores identificaron los restos de 2.084 especies diferentes: 981 de ellas, el 47% del total, eran aves; 520 (26%) reptiles y anfibios; 431 (21%) mamíferos y, lo más sorprendente, 119, el 6% del total, eran insectos. Los análisis también demostraron que el 17% de todas las presas capturadas por los gatos eran especies amenazadas, algunas de ellas en grave peligro de extinción.
El derecho animal de los gatos no puede entrar en conflicto con el deber de conservar la fauna salvaje y proteger la biodiversidad natural
Los ciudadanos británicos son unos grandes amantes de las aves. La observación de los pájaros, el famoso ‘birdwatching’ es una de las principales aficiones y en casi todas las casas se instalan comederos y cajas nido para atraer su presencia en libertad. Pero, como ocurre en nuestro país, también son unos enamorados de los gatos, cuya presencia en el hogar es considerada como la de un miembro más de la familia y exige proporcionarle todos los cuidados y respetar sus derechos. La cuestión es cómo hacer compatible una cosa con la otra. Y como apuntan desde la SAWC, buena parte de la solución pasa por la tenencia responsable.
"Permítanme que aclare este tema: el gobierno no va a prohibir ni va a restringir la tenencia de gatos." Con esta contundente declaración a la prensa, el primer ministro escocés, John Swinney, cerraba la polémica generada estos días en internet en torno a una cuestión que lleva años debatiéndose en Reino Unido: la del grave impacto que causan los gatos callejeros en la fauna silvestres y la exigencia de la comunidad científica de que se regule de forma más estricta las normas para la posesión de estos animales de compañía.