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El futuro del 'cohousing' sostenible en España está en un edificio de Usera
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El futuro del 'cohousing' sostenible en España está en un edificio de Usera

En la zona sur de Madrid, la cooperativa Entrepatios ha construido el 'cohousing' más innovador de Europa: un edificio bioclimático, que tiene una producción de CO₂ nula y cuyos vecinos viven en comunidad

Foto: Huerto en el 'cohousing' de Trabensol.
Huerto en el 'cohousing' de Trabensol.

Los inaccesibles precios de los alquileres, la especulación inmobiliaria o los obsoletos modelos de construcción que atentan contra el cambio climático hacen que sea urgente crear nuevos modelos de construcción y vivienda orientados hacia la sostenibilidad y la colaboración.

Como suele pasar con los asuntos relacionados con el medio ambiente, la teoría y la ilusión de un mundo mejor parecen utópicas y lejanas. Mientras que en países como Dinamarca o Alemania, el 'cohousing' es ya una realidad, en España comienzan a aparecer tímidos pero potentes ejemplos con los que seguir esa estela. En el madrileño barrio de Usera, encontramos el primer edificio de vivienda colaborativa en derecho de uso de la capital, que además cuenta con una producción de CO2 nula. En un solar de 600 metros cuadrados, se erige un edificio tipo corrala y con grandes espacios comunes, de 3.300. Se trata de 17 viviendas 17 familias— bajo los pilares de la sostenibilidad ambiental y de la vida colaborativa, a través de la formación de comisiones y grupos de trabajo.

En Las Carolinas, todo está preparado para reciclar las aguas grises, pero la normativa del Ayuntamiento de Madrid no les permite hacerlo

Todos los asuntos relativos a la ‘comunidad’ se debaten a modo de asamblea. Y cuando hablamos de todos, es hasta la última letra: crearon incluso una comisión encargada de la decoración y construcción de las cocinas de cada una de las viviendas del edificio. Aquí no tiene cabida la especulación, pues solo hay un propietario del edifico: la propia cooperativa. Javier Pérez, residente en Las Carolinas, entró a vivir con su familia a una vivienda de 70 metros cuadrados tras pagar una cuota de 40.000 euros, que corresponde al 20% de lo que costó la construcción del edificio. Además, mes a mes paga 600 euros a cambio de su derecho de uso, que funciona como un alquiler sin serlo: “La diferencia es que nadie te puede echar ni subirte el precio. Puedes usar la vivienda el tiempo que quieras y tus hijos la podrán seguir usando. Es como si fueras un propietario, pero con la flexibilidad de poderte ir cuando quieras”, nos cuenta desde su casa.

Construcción ecosostenible

Pero si nos centramos en el carácter innovador del proyecto, lo que llama la atención no es solo la propuesta habitacional, sino la referente a su impacto en el medio ambiente. Cuando los miembros de la cooperativa comenzaron a buscar solares para comprar, tenían claro que el proyecto debía ser sostenible en todas sus vertientes. Finalmente, se eligió la propuesta de sAtt, el primer estudio de arquitectura en España que cuenta con la certificación B Corp, la cual se entrega a los modelos de negocio que no solo orientan sus objetivos a nivel económico, sino también al social y medioambiental.

placeholder Terreno en el que se va a construir Axuntase.
Terreno en el que se va a construir Axuntase.

En la construcción de Las Carolinas consiguieron poner de manifiesto los tres pilares, sobre todo en lo relativo a su huella en el planeta. “Lo más peculiar de este edificio es que tiene una producción de CO2 nula. Para ello, hemos usado materiales de bajo impacto como la madera, hemos minimizado la huella en el uso del edificio con un diseño muy bajo a nivel energético y además hemos hecho que funcione con energías 100% renovables”, relata a Planeta A el arquitecto Iñaki Alonso, de sAtt.

Como decíamos unas líneas atrás, cuando hablamos de sostenibilidad y porcentajes absolutos, rápidamente nos asalta la duda constante: ¿realmente puede existir un edificio sostenible que además produzca su propia energía? Pues parece que, en este caso, sí, tal y como nos relata Iñaki: “Dentro del edificio producimos 32 kilovatios de energía fotovoltaica y el resto se contrata a una comercializadora renovable. Con todo esto, consigues que el edificio sea muy bajo en generación de carbono, pero como siempre hay algo en los procesos que lo termina produciendo, nosotros lo calculamos durante su construcción. En este caso, fueron 1.300 toneladas de CO2 que compensamos con la reforestación de árboles, por lo que así el edificio tiene un balance cero de carbono”.

Foto: Edificio en Covent Garden, Londres. Foto: Unsplash

El diseño de Las Carolinas también juega un papel esencial en la calidad de vida de los habitantes. Desde el estudio de arquitectura, se jugó con la posición de las ventanas, teniendo en cuenta siempre la orientación del sol y el viento: “La cosa era diseñar para que el edificio funcionara climáticamente por sí solo. En verano, por ejemplo, el sol está bastante más alto y para proteger el edificio, ponemos paneles solares para que no entren los rayos por la ventana. Esto es algo que no tiene coste económico, simplemente debe pensarse a la hora de diseñar”.

El frustrante pero necesario reciclaje de agua

Como pasa en cualquier proyecto medioambiental, el buen uso del agua juega un papel crucial. En Las Carolinas, todo está preparado para reciclar las aguas grises, pero la normativa del Ayuntamiento de Madrid no les permite hacerlo. “El objetivo es reciclar todas las aguas grises y reutilizarlas para los inodoros y para el riego. Esperamos que la normativa cambie pronto, porque podríamos estar reciclando 500.000 litros de agua al año”, nos cuenta Iñaki que, junto a Javier Pérez, lamenta y compara la situación con la de Baleares y Barcelona, donde sí se permite esta actividad.

placeholder Entrepatios, el 'cohousing' en el barrio de Usera en Madrid.
Entrepatios, el 'cohousing' en el barrio de Usera en Madrid.

Cuando en Entrepatios comenzaron a erigir este proyecto, eran 20 familias. Cuando por fin pudieron entrar a vivir en el edificio, se habían quedado tres por el camino. En la actualidad, ya suman cuatro promociones, tal y como nos cuenta Javier: “Además de Las Carolinas, que ya está construida, estamos a punto de empezar a construir otra promoción en Vallecas, y tenemos dos más que se encuentran en busca de suelo o en proceso de consolidación de grupo”.

Pero ¿qué criterios debemos cumplir para formar parte del proyecto? Javier lamenta que el económico sea el principal, aunque, añade, “no es algo que impongamos nosotros”. Y es que en Madrid, la ordenanza municipal no dedica demasiados apartados a estos modelos habitacionales. “A ver si el nuevo Plan Estatal de Vivienda da un empuje y abarata un poco todo esto. Nuestro gran caballo de Troya es el suelo, que representa un 20% total del proyecto. Si un ayuntamiento te lo cede pagando tú las tasas, pues… ya estás abaratando un montón”.

'Cohousing senior'

Aunque Entrepatios es el primer 'cohousing' con derecho de uso y ecológico de la Comunidad de Madrid, no es el único ejemplo de vivienda colaborativa en la capital. A las fueras, concretamente en Torremocha del Jarama, se encuentra Trabensol. Un refugio comunitario de aproximadamente 6.000 metros cuadrados, habitado por 81 personas de entre 50 y 70 años que basan su forma de vida “en la solidaridad, la ayuda mutua y el poner a disposición del resto las capacidades propias”, tal y como nos cuenta Jaime Moreno, uno de sus fundadores.

Lo que los diferencia principalmente de una residencia para mayores es la elección totalmente voluntaria de estar en el proyecto: “Esto lo hemos creado nosotros para darnos un servicio, precisamente, a nosotros mismos. Sabíamos que conforme nos hiciéramos mayores, íbamos a tener unas necesidades que nuestros hijos no iban a poder cubrir y a la vez resultaría muy caro contratar personas que nos ayudaran. Nos autogestionamos nuestra forma de vida, y cuando una persona va a una residencia, no suele ser por voluntad propia”, relata Jaime.

placeholder Proyecto de Las Carolinas.
Proyecto de Las Carolinas.

Al empezar a construir Trabensol hace ya 10 años, llevaron a cabo un estudio de viabilidad: debían ser más de 50 socios pero menos de 65, para no encarecer los gastos. Por edades, también llegaron a la conclusión de que, con el tiempo, iban a convivir con unas 10 personas con grados de dependencia altos, y lo cierto es que no se alejaron mucho: en la actualidad son seis, las cuales reciben una atención especial de personal homologado, que se combina con la solidaridad y compañía del resto de los habitantes del edificio. El coste del servicio, equitativo y justo: el 60% es asumido por todos y el 40% restante, por las personas que lo reciben. Aun así, Jaime Moreno incide en que la ayuda vecinal es esencial: “Nadie te va a exigir que hagas esto o lo otro, pero nosotros mismos tenemos una exigencia de ayudarnos, de compartir los conocimientos que tenemos”.

A la hora de idear el proyecto, también tuvieron en cuenta su impacto medioambiental, como parte de su forma de vida: “Teníamos claro que tenía que ser un edifico bioclimático, de poco impacto medioambiental, y económico de mantener. Contamos con 25 pozos de 150 metros, recogemos el agua de lluvia y tenemos para regar un aljibe por goteo. Además, contamos con placas solares para el ahorro energético”.

'Cohousing' transgeneracional

“Venimos de una sociedad muy individualista y ahora, para vivir de una manera comunitaria, hay que hacer un largo trabajo, y eso es lo que estamos haciendo”, relata a Planeta A María Asunción Rodríguez, desde Axuntase, el que será el primer 'cohousing' transgeneracional de Europa. El proyecto, que comenzó hace ocho años a partir de la unión de cinco mujeres, pretende iniciar su construcción esta primavera en Caraviés, un pequeño pueblo asturiano.

Allí han comprado un terreno de 10.000 metros cuadrados con el objetivo de construir 36 viviendas con más de 1.000 metros de espacios comunes. Las plazas, a diferencia de otros 'cohousing' españoles, se dividen en una estructura de tramos por edades: un tercio es destinado a personas mayores, otro a los adultos y el resto a jóvenes y niños pequeños. Siguiendo el modelo de derecho de uso de Entrepatios, en esta ocasión la inversión inicial en Axuntase está entre los cuatro y siete millones de euros. “Para entrar, hacemos todo un camino de conocimiento, un trabajo previo de confianza y de saber muy bien adónde se viene para poder hacer una vida realmente comunitaria”, nos cuentan desde la cooperativa.

Foto: Greta Thunberg en una protesta climática en Suecia. (TT News Agency Carl-Johan Utsi via REUTERS)

Los cuidados y el apoyo mutuo son fundamentales, sobre todo tratándose de un modelo transgeneracional: “Lo que estamos trabajando es que de este 'cohousing' no tenga que salir nadie por problemas económicos, ya se trate de una familia joven que ha quedado en desempleo, o que haya tenido un accidente y haya quedado en dependencia”.

Además, tienen planteado construir la primera comunidad energética de Asturias, donde estaría involucrado el propio ayuntamiento, y desde donde generarían su propia energía: “No queremos ser una urbanización cerrada al uso, sino compartir en todos los sentidos, como pasa con la energía, cuyos excedentes compartiríamos con el resto de vecinos”. Desde el 'cohousing', quieren llegar a los que llaman “el 000”. Es decir, cero gasto de agua, energía y residuos. Para ello, van a usar energía fotovoltaica y van a tener un sistema de reciclado de aguas. En cuanto al día a día, el comercio de proximidad y un huerto ecológico propio los proveerán de productos de temporada y kilómetro cero.

Los inaccesibles precios de los alquileres, la especulación inmobiliaria o los obsoletos modelos de construcción que atentan contra el cambio climático hacen que sea urgente crear nuevos modelos de construcción y vivienda orientados hacia la sostenibilidad y la colaboración.

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