Grenoble, Capital Verde Europea 2022

Desde el año 2010, la Comisión Europea elige anualmente su Capital Verde, un reconocimiento al esfuerzo de muchas ciudades por reducir el impacto ambiental de sus actividades y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos a través de un aire limpio, más espacios verdes y amplias redes de transporte urbano. Este año, le toca el turno a la ciudad francesa de Grenoble.

Entre 2005 y 2016, la también llamada 'capital de los Alpes' consiguió reducir un 25% sus emisiones de gases de efecto invernadero, y sus autoridades trabajan para llegar al 50% en 2030, con regulaciones mucho más estrictas que las establecidas a nivel nacional. Sin embargo, el mayor reto para esta urbe de más de 160.000 habitantes se encuentra en la planificación urbana: con un terreno que limita su expansión, la ciudad se ha convertido en una de las más densas del país, con 8,86 habitantes por kilómetro cuadrado. Completamente urbanizada, la capital de los Alpes ha apostado por la rehabilitación de edificios, la creación de una red de transporte público eficiente y la transformación de áreas industriales abandonadas.

Desde el año 2014, en Grenoble se han plantado más de 5.500 árboles, y el objetivo es llegar a los 10.000 antes de 2030

Con poco espacio para ampliar zonas verdes, el municipio fomenta la apertura de parques privados y jardines verticales, cuenta con un ambicioso programa de plantación de árboles y ha puesto a disposición de sus residentes espacios no utilizados para crear pequeños rincones de vegetación. Desde el año 2014, en Grenoble se han plantado más de 5.500 árboles, y el objetivo es llegar a los 10.000 antes de 2030. Además, los servicios municipales han dejado de usar productos químicos en sus áreas ajardinadas y públicas.

Ecobarrios, un modelo para las ciudades del mañana

Grenoble también fue pionera en el desarrollo de los ecodistritos, que en su caso han ganado numerosos premios nacionales y son un ejemplo para el modelo de desarrollo de las ciudades del futuro. En el ecobarrio de Flaubert, una antigua nave industrial es ahora un espacio híbrido en el que se organizan exposiciones, obras de teatro y conciertos. Muy cerca se encuentra La Plage, la primera playa urbana construida en Francia y en la que se pueden practicar una amplia gama de deportes de arena no convencionales.

El caso de Grenoble es una clara demostración de que la puesta en marcha de medidas ambientales no está reñida con la modernidad y el progreso. Al contrario, la ciudad es un importante centro de investigación con un elevado porcentaje de la población con empleos ligados al ámbito de la investigación y desarrollo (I+D), con una alta implantación de industrias de alta tecnología, incluidas las renovables. Este es el espíritu de las capitales verdes europeas: la prosperidad económica puede ir, y de hecho va, ligada a la sostenibilidad y a la calidad de vida de sus habitantes. El espacio urbano da protagonismo a peatones, ciclistas, personas mayores y niños y, después de aplicar el límite de velocidad de 30 kilómetros por hora en toda la ciudad, Grenoble se convirtió en la zona de bajas emisiones más grande de toda Francia.

La ciudad está fuertemente comprometida con la mejora del rendimiento energético y fue la primera autoridad local en Francia en adoptar un plan climático en 2005. La red de calor metropolitana, la segunda más grande de Francia después de la de París, utiliza un 80% de energía de origen residual o renovable, y se espera llegar al 100% en 2030. Entre 2005 y 2018, los niveles de partículas finas en el aire cayeron casi un 30% y se han habilitado 475 kilómetros de carriles bici seguros, con 25 kilómetros de autopistas para bicicletas.

¿Qué hay que hacer para ser Capital Verde Europea?

Cualquier ciudad europea de más de 100.000 habitantes puede optar a ser Capital Verde. Además, la Comisión Europea también convoca los premios European Green Leaf para los municipios de entre 20.000 y 99.000 habitantes. El plazo de presentación de solicitudes para los premios de 2024 está abierto y se pueden presentar las candidaturas hasta el 25 de marzo de 2022. Basándose en 12 indicadores ambientales, el premio se otorga a una ciudad que tenga un amplio historial en la consecución de estándares ambientales, esté comprometida con objetivos continuos y ambiciosos de desarrollo sostenible y pueda actuar como modelo que inspire a otros municipios.

"Dos tercios de la población europea viven en ciudades, y su salud y bienestar dependen de la forma de abordar los desafíos ambientales por parte de las autoridades locales. Los premios European Green Capital y European Green Leaf pretenden reconocer estos esfuerzos", explica Virginijus Sinkevičius, comisario de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca de la Unión Europea, en la convocatoria para 2024. "Los ganadores hasta la fecha son modelos a seguir e inspiran a otras ciudades para hacer que sus espacios urbanos sean lugares sostenibles y, en última instancia, más agradables para vivir, trabajar y jugar".

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La primera ciudad que ostentó el título de Capital Verde fue Estocolmo en 2010. En España, aunque varias ciudades han presentado candidaturas en los últimos años, la única que lo ha conseguido hasta ahora ha sido Vitoria-Gasteiz en 2012. Después de Grenoble, la próxima Capital Verde será Tallín en 2023. La ganadora de la actual convocatoria para 2024 se conocerá a lo largo de este año y recibirá 600.000 euros para apoyar la implementación de sus medidas ambientales.

La ceremonia de inauguración de la capitalidad verde de Grenoble tendrá lugar el 15 de enero y se ha habilitado una página web en la que se podrán seguir todos los eventos y actividades que tendrán lugar a lo largo del año.