Es noticia
Del coche al 'smartphone': el papel del automóvil en la era de la información
  1. Medioambiente
  2. Ciudad
Cambio de valores en la ciudad

Del coche al 'smartphone': el papel del automóvil en la era de la información

Durante muchos años las ciudades se diseñaron en función de la movilidad del coche, protagonista absoluto de las calles. Hoy los valores de la movilidad han cambiado y el coche debe ceder su espacio al ciudadano

Foto: La gran vÍa de Madrid (EFE)
La gran vÍa de Madrid (EFE)

Hace un tiempo, cuando abrías cualquier periódico la publicidad más importante e impactante, por el número de páginas que ocupaba y por la vistosidad de lo anunciado, estaba dedicada al automóvil. Los primeros anuncios a toda página fueron para los coches. En la televisión el primer anuncio del nuevo año era para el coche. En sus anuncios, la alegría, la libertad, el estatus, el poder, el contacto con la naturaleza, la juventud y los cuerpos bellos nos han acompañado durante décadas.

Hoy esos mismos periódicos anuncian con el mismo despliegue de medios publicitarios los smartphones. Algo importante está cambiando. Muchos jóvenes no tienen carné de conducir, no tienen coche, y lo que es más revelador: pasan de tenerlo. En cambio, todos tienen móvil.

El coche ha sido el artefacto más investigado por la humanidad. Hoy el smartphone lo esta sustituyendo

El coche ha sido el símbolo de la era industrial, correa de transmisión de una parte importante de la industria del petróleo y también de los sectores relacionados con la urbanización. La casa unifamiliar, el coche y la hipoteca, trabajando al unísono, han sido los causantes del 'desparrame' urbano que, a modo de onda expansiva, han consumido suelo permeable.

En España en apenas tres décadas, durante los años del boom y la burbuja inmobiliaria, se ha consumido casi tres veces más suelo que en toda la historia. Una inmensa red de vías de tamaño distinto ha asfaltado todos los rincones del territorio. La ciudad-región ha sido el modelo de ocupación territorial y al consumo de suelo se le ha sumado un ingente consumo de energía, siendo el transporte el principal emisor de gases de efecto invernadero y responsable, en parte, del cambio climático.

placeholder Tránsito de vehículos en la M30 de Madrid (EFE)
Tránsito de vehículos en la M30 de Madrid (EFE)

En la ciudad, el coche se ha hecho dueño y señor del espacio público que, no lo olvidemos, es la casa de todos. Actualmente la calle se se visualiza como la vía reservada para el desplazamiento motorizado o para el aparcamiento. El actual modelo de movilidad es el causante de las mayores disfunciones urbanas. Aparte de la ocupación excesiva del espacio público, es el principal responsable de la contaminación del aire, del ruido, de los accidentes, de la congestión, del aumento de los gases de efecto invernadero, de la intrusión visual, etc.

En Barcelona el tráfico motorizado es el responsable de 670 muertes prematuras cada año que se podrían evitar implantando un nuevo modelo de movilidad basado en supermanzanas, según datos de IsGlobal y BCNecología. Este modelo, además, evitaría 18.000 ataques de asma, 12.000 casos de bronquitis aguda y 600 hospitalizaciones por problemas cardiovasculares y aumentaría la esperanza de vida en casi 200 días de media por persona. El ahorro en términos económicos de eso costes de salud está estimado en unos 1.700 millones de euros anuales.

Otra ciudad es posible

Después de lo dicho podría deducirse que estoy en contra del coche. No es así. Lo expuesto hasta aquí es pura descripción. No estoy en contra del coche, estoy en contra del mal uso del coche y estoy, sobre todo, a favor de un aire limpio, de una ciudad sin ruido, de un espacio seguro, etc. Estoy a favor de convertir las calles en plazas. Estoy a favor de la ciudad compacta y compleja. Estoy a favor de la biodiversidad y de seguir las leyes de la naturaleza.

La pandemia del COVID 19 ha dejado imágenes inéditas, como los silencios atravesados por el sonido de las aves, que a todos nos ha llevado a pensar que otra ciudad es posible por necesaria. Cada viernes en Barcelona, delante de más de 50 escuelas se corta la circulación de la calle reivindicando un aire limpio. El lema es: “basta de coches, otra ciudad es posible”. Un sentir que cuenta con la simpatía de la mayoría de los ciudadanos y el proceso está dibujando un escenario con un papel para el coche distinto al que ha tenido durante décadas.

placeholder Manifestación de jóvenes a favor del planeta (EFE)
Manifestación de jóvenes a favor del planeta (EFE)

Por otra parte, el agotamiento del petróleo y las nuevas tecnologías están impulsando al sector del automóvil a acomodarse al nuevo contexto. Creo que todo el mundo está de acuerdo con el cambio de tecnología para la propulsión de los coches. El coche eléctrico será una realidad en un tiempo corto. Seguramente el sector de la automoción reivindicará la ausencia de emisiones contaminantes y de ruido. Lamentablemente eso no es del todo así. El ruido de un automóvil depende de la velocidad. Si va lento, el ruido percibido es el del motor; si la velocidad es elevada el ruido percibido está relacionado con la fricción de los neumáticos con la superficie de rodadura.

Eléctrico y compartido

En el nuevo escenario de tráfico con vehículos eléctricos las velocidades no deberían superar los 30 km/h como han adoptado las ciudades de Vitoria-Gasteiz y Bilbao. A 30 km/h un coche eléctrico no hace ruido. La contaminación atmosférica tampoco desaparece del todo pues buena parte de las partículas menores a las 2,5 micras (las más peligrosas) se generan por el contacto de los neumáticos con el polvo depositado en la calzada. Un polvo que proviene del desgaste de los frenos, de la pérdida de aceites, etc. con alto contenido en metales pesados, moléculas orgánicas, etc., todos ellos contaminantes de elevado impacto sobre la salud.

placeholder Coche eléctrico de carsharing circulando por Madrid (Reuters)
Coche eléctrico de carsharing circulando por Madrid (Reuters)

Este es un buen momento para limpiar la calle de coches aparcados. Los coches eléctricos necesitan enchufarse. En el espacio público no debe instalarse ni un punto de conexión a la red eléctrica, a excepción de puntos específicos para determinadas funciones. El que se compre un vehículo eléctrico debe tener un punto de conexión fuera del espacio público. Esto, que a priori podría suponer un hándicap, no lo va a ser. Los vehículos del futuro serán, muy probablemente, compartidos y la movilidad será un servicio. No será necesario tener coche, sino disponer de un coche cuando se necesite, del mismo modo que hoy en día se venden pocos discos y se escucha la música mayoritariamente en plataformas digitales.

Con el despliegue de la tecnología 5G y el desarrollo de la inteligencia artificial, se implantarán los vehículos autónomos. Será la primera implantación masiva de robots en la ciudad. Como los smartphones, el coche autónomo se acerca a la idea de ubicuidad que tendrá funciones que irán más allá del simple traslado de personas o mercancías de los vehículos actuales. La contaminación atmosférica dará paso a la contaminación electromagnética. Los aparcamientos dejarán de tener sentido y habrá que ir pensando en el destino y los usos del inmenso 'gruyere' urbano. Estamos en una de las encrucijadas que a veces aparecen, para definir el futuro de nuestras ciudades. Una maravillosa oportunidad para poner en el centro de la toma de decisiones a las personas y a las leyes de la naturaleza, y no al mercado y sus intereses.

Salvador Rueda es licenciado en Ciencias Biológicas y Psicología por la Universidad de Barcelona y diplomado en Ingeniería Ambiental y Gestión Energética. Considerado como uno de los mayores expertos en planificación urbana, actualmente preside la Fundación Ecología Urbana y Territorial. 

Hace un tiempo, cuando abrías cualquier periódico la publicidad más importante e impactante, por el número de páginas que ocupaba y por la vistosidad de lo anunciado, estaba dedicada al automóvil. Los primeros anuncios a toda página fueron para los coches. En la televisión el primer anuncio del nuevo año era para el coche. En sus anuncios, la alegría, la libertad, el estatus, el poder, el contacto con la naturaleza, la juventud y los cuerpos bellos nos han acompañado durante décadas.