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Reutilización, 'ecofactorías'… Cómo combatir la crisis de saneamiento que afecta a las aguas subterráneas
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DÍA MUNDIAL DEL SANEAMIENTO

Reutilización, 'ecofactorías'… Cómo combatir la crisis de saneamiento que afecta a las aguas subterráneas

Estas aguas representan el 99% del agua dulce líquida de la Tierra y proporcionan actualmente la mitad del volumen de agua extraída para uso doméstico en todo el mundo

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Hoy, 19 de noviembre, se celebra el Día Mundial del Saneamiento (o del Retrete). Impulsado desde Naciones Unidas, esta fecha tiene como objetivo concienciar a la sociedad sobre la importancia del saneamiento, un salvavidas que evita la transmisión de enfermedades y facilita la salubridad de los espacios. Esta problemática, de hecho, es responsable de que en 2020, alrededor de una de cada cuatro personas careciera de una fuente de agua potable gestionada de forma segura en su hogar. También de que casi la mitad de la población mundial, unos 3.600 millones de personas, no tengan acceso a servicios de saneamiento adecuados. A ello se suma los fallecimientos debido a enfermedades diarreicas causadas por las malas condiciones sanitarias o agua no potable, según datos de la ONU y UNICEF.

Este 2022, bajo el lema Hacer visible lo invisible, el foco se fija en el impacto de la crisis de saneamiento en las aguas subterráneas. Estas representan el 99% del agua dulce líquida de la Tierra; y como desarrolla la UNESCO en su último informe sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo, “las aguas subterráneas proporcionan actualmente la mitad del volumen de agua extraída para uso doméstico por la población mundial, incluyendo el agua potable para la gran mayoría de la población rural que no recibe el agua a través de sistemas de suministro públicos o privados, y alrededor del 25% de toda el agua utilizada para el riego”.

Se prevé, además, que nuestra dependencia general de estas aguas aumente a medida que la disponibilidad de las aguas superficiales se vea cada vez más limitada debido al cambio climático. Pese a que la calidad de los acuíferos es generalmente buena, unos sistemas de saneamiento inadecuados terminan esparciendo los desechos humanos en ríos, lagos y suelos, contaminando los recursos hídricos subterráneos que, por otra parte, suministran una gran proporción del agua que utilizamos para fines de consumo, saneamiento, producción de alimentos y procesos industriales.

Aliadas contra el cambio climático

Según la UNESCO, el uso del agua incrementará, aproximadamente, un 1% cada año durante las próximas tres décadas. “Se prevé que nuestra dependencia general de las aguas subterráneas aumente a medida que la disponibilidad de las superficiales se vea cada vez más limitada debido al cambio climático”, indican en su informe.

En este contexto, los sistemas acuíferos suponen una alternativa en cuanto a la adaptación al cambio climático: “Su capacidad para almacenar excedentes de agua superficial estacionales o episódicos puede aprovecharse para mejorar la disponibilidad de agua dulce durante todo el año, ya que los acuíferos sufren pérdidas por evaporación sustancialmente menores que los embalses superficiales”, explican desde la organización internacional. De esta forma, incluir el almacenamiento y la extracción de aguas subterráneas como parte de la planificación del suministro de agua urbana añadiría seguridad y flexibilidad en casos de variación estacional.

Hacer frente a la necesidad de un correcto saneamiento de las aguas se puede llevar a cabo de diferentes formas. La reutilización de las aguas depuradas es una de ellas, ya que permite aliviar la presión que los distintos usos ejercen sobre los ecosistemas hídricos, así como sobre el estado ecológico de ríos, acuíferos y ecosistemas costeros. Estas aguas pueden ser usadas, de nuevo, en el riego de calles, de zonas verdes, de producción agrícola o en procesos industriales y recarga de acuíferos.

placeholder Proyecto 'Life Matrix' en la depuradora de La Víbora, en Marbella. (Foto: cortesía)
Proyecto 'Life Matrix' en la depuradora de La Víbora, en Marbella. (Foto: cortesía)

Esta iniciativa se ejemplifica en los proyectos de depuración que Agbar lleva a cabo a nivel nacional. En Barcelona, utilizan el agua regenerada para evitar la intrusión salina. Así, mediante una línea de pozos, se inyecta el agua regenerada procedente del tratamiento avanzado de la ecofactoría del Baix Llobregat -es decir, aquellas aguas residuales depuradas con una calidad adecuada al uso al que se destinan-, consiguiendo que actúe como barrera a la intrusión salina, mejorando la calidad del agua del acuífero de la zona.

En Marbella, la compañía está llevando a cabo el proyecto Life Matrix, que "va a demostrar la viabilidad de una solución basada en la naturaleza (humedal artificial y balsas de infiltración con una capa permeable reactiva) para recargar los acuíferos con agua regenerada proveniente de la depuradora de La Víbora", apuntan desde la compañía. De esta forma, quieren dar solución a este territorio de gran estrés hídrico, en el cual se duplica la demanda de agua durante los meses estivales como consecuencia del aumento de población turística.

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'Ecofactoría' Baix Llobregat, en Barcelona. (Foto: cortesía)

Por otra parte, el grupo, que en España trata el 25% de las aguas residuales, está realizando un proceso de transformación de las depuradoras tradicionales para convertirlas en las denominadas ecofactorías, donde la economía circular y las soluciones de residuo 0 juegan un papel importante. "Estos nuevos modelos de gestión integral de las depuradoras tienen la transformación digital como eje transversal, acompañado de la descarbonización energética, la reutilización del agua, la valorización de los recursos y las exigencias de calidad", explican. En este sentido, la compañía ha conseguido valorizar ya el 71% de los residuos generados en las depuradoras.

Este modelo de transformación de las depuradoras, que fue reconocido por Naciones Unidas en la lucha contra el cambio climático, está presente en distintos lugares de España, como en Granada y Barcelona. Emasagra es la encargada de gestionar la ecofactoría Bio Sur de Granada, mientras que de la del Baix Llobregat se encarga Aigües de Barcelona.

Todos estos proyectos pertenecen al grupo Veolia, del que forma parte la compañía Agbar, dedicado a la gestión del agua, residuos y energía, impulsando el desarrollo sostenible de las ciudades e industrias. En el ámbito agua, Agbar presta servicio de agua a 37 millones de personas en España y América Latina, en más de 1.200 municipios.

Hoy, 19 de noviembre, se celebra el Día Mundial del Saneamiento (o del Retrete). Impulsado desde Naciones Unidas, esta fecha tiene como objetivo concienciar a la sociedad sobre la importancia del saneamiento, un salvavidas que evita la transmisión de enfermedades y facilita la salubridad de los espacios. Esta problemática, de hecho, es responsable de que en 2020, alrededor de una de cada cuatro personas careciera de una fuente de agua potable gestionada de forma segura en su hogar. También de que casi la mitad de la población mundial, unos 3.600 millones de personas, no tengan acceso a servicios de saneamiento adecuados. A ello se suma los fallecimientos debido a enfermedades diarreicas causadas por las malas condiciones sanitarias o agua no potable, según datos de la ONU y UNICEF.

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