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Detectan 59 sustancias químicas como ibuprofeno en zonas de alto valor ecológico españolas
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Detectan 59 sustancias químicas como ibuprofeno en zonas de alto valor ecológico españolas

Muestras analizadas por el Proyecto LIBERA, la iniciativa ambiental conjunta de Ecoembes y SEO/BirdLife ha descubierto que la presencia de compuestos antropogénicos en los espacios naturales está muy extendida

Foto: La contaminación química del agua es invisible. (iStock)
La contaminación química del agua es invisible. (iStock)

Un equipo científico ha detectado hasta 59 sustancias químicas en el 98 por ciento de las muestras tomadas en zonas de alto valor ecológico españolas a partir de una metodología desarrollada por Proyecto LIBERA, el proyecto ambiental conjunto de Ecoembes y SEO/BirdLife. La metodología de toma de muestras empleada en el estudio 'Ciencia Libera' ha sido publicada en la revista científica Ecotoxicology and Environmental safety. El estudio analiza los niveles de contaminación difusa, asociada a la actividad humana en 140 Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad (IBA).

El trabajo alerta de que este tipo de contaminación, en particular la derivada del abandono y la gestión inadecuada de los residuos, puede estar afectando a la "práctica totalidad" de los espacios naturales, incluidas las áreas protegidas. En concreto, Ciencia Libera ha estudiado a nivel químico la presencia de 119 contaminantes elegidos por su alto nivel de toxicidad y su potencial efecto negativo sobre hábitats y especies, en aguas, suelos, sedimentos y heces de zorro.

Foto: El Teflón, el material antiadherente de las sartenes, se creó gracias al C8. Foto: iStock

En la investigación ha participado un equipo de científicos del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA - CSIC), la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) y el Grupo de Investigación en Toxicología de Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC - CSIC, UCLM, JCCM). El grupo desarrolló e implantó un procedimiento metodológico para determinar gran cantidad de micro contaminantes orgánicos de distintas familias químicas y de forma simultánea, en muestras de agua recolectadas en 21 IBA representativas de los diferentes tipos de hábitats existentes en España.

El procedimiento metodológico se basa en técnicas de cromatografía líquida acoplada a espectrometría de masas en tándem (LC-MS/MS), una técnica con la que han analizado de manera simultánea un total de 21 fármacos, 17 productos fitosanitarios, 3 ésteres organofosforados, 17 compuestos perfluorados y la benzofenona. En total, se ha detectado el 83% de las sustancias químicas analizadas (59) en las IBAS analizadas, lo que para los científicos supone una demostración de que incluso los espacios naturales de mayor valor ecológico, que serían en teoría los más prístinos, sufren el impacto de la contaminación química.

Agua con fármacos

En concreto, entre los microcontaminantes estudiados, los fármacos (como la cafeína, el ibuprofeno o el paracetamol) y los ésteres organofosforados resultan ser los más ubicuos. La cafeína, que se detectó en el 79% de las muestras analizadas, es un indicador de contaminación antrópica, de modo que su presencia es un síntoma de la intrusión humana en los espacios naturales.

Además, se han detectado fármacos en el 98 por ciento de las muestras de agua de las IBAS analizadas y esto, según Ciencia Libera es un dato de "gran relevancia ecológica" puesto que se trata de sustancias bioactivas que pueden interferir en la regulación y expresión de genes y la respuesta inmune, afectar al desarrollo y a los sistemas neuroendocrino y cardiovascular de la fauna vertebrada.

De acuerdo con la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), los fármacos en el agua a concentraciones superiores a 10 ng/L deberían ser sometidos a una evaluación de riesgos ecotoxicológicos. Sin embargo, los fármacos analizados superan ese límite en el 12 por ciento de las muestras recogidas en las IBA españolas.

placeholder La contaminación del agua es un problema prioritario. (iStock)
La contaminación del agua es un problema prioritario. (iStock)

En cuanto a los ésteres organofosforados, los científicos los han detectado en el 76% de las muestras. Estos compuestos químicos son usados como retardantes de llama y como aditivos en plásticos, pinturas y otros materiales de mobiliario y componentes electrónicos. Igualmente aparecen en las muestras otros contaminantes químicos como los productos fitosanitarios (estrechamente asociados a las actividades agrícolas), los compuestos perfluorados (componentes del GoreTex*, el teflón, usados como surfactantes, en la industria agroquímica y como aditivo en espumas contra incendios, por ejemplo) y la benzofenona, sustancia utilizada principalmente para proteger de la radiación ultra violeta. Todos ellos fueron detectados en el 60, el 29 y el 17% de las muestras analizadas, respectivamente.

La contaminación difusa o química está asociada fundamentalmente a las actividades humanas y según los científicos es de las más nocivas, ya que suele implicar a varias sustancias químicas con el elevado potencial tóxico y persistencia y, además, es prácticamente invisible. El estudio incide en que los efectos sobre la salud de los seres vivos se manifiestan en silencio y añade que esta contaminación a menudo se vuelve crónica y afecta a los individuos y sus poblaciones, poniendo en riesgo la supervivencia de muchas especies.

Foto: Asistentes al festival de Glastonbury. Foto: Reuters

En ese contexto, Ciencia Libera subraya que la contaminación química y sus efectos son especialmente preocupantes cuando alcanza los ecosistemas acuáticos, ya que suponen la degradación del hábitat y la pérdida de biodiversidad en los lugares más frágiles, puesto que ni los espacios naturales, teóricamente prístinos, como las IBA se libran de este problema.

Proyecto LIBERA insiste en la necesidad de destinar esfuerzos de investigación y gestión a evaluar la contaminación química, la "basuraleza" que no se ve, incluso en los espacios naturales de España que, en teoría, se consideran más libres de presiones antrópicas. Así, añade que esto pasa por identificar las fuentes de contaminación, las sustancias contaminantes, así como por la evaluación de su impacto sobre la fauna con el objetivo de implementar medidas de mitigación.

Un equipo científico ha detectado hasta 59 sustancias químicas en el 98 por ciento de las muestras tomadas en zonas de alto valor ecológico españolas a partir de una metodología desarrollada por Proyecto LIBERA, el proyecto ambiental conjunto de Ecoembes y SEO/BirdLife. La metodología de toma de muestras empleada en el estudio 'Ciencia Libera' ha sido publicada en la revista científica Ecotoxicology and Environmental safety. El estudio analiza los niveles de contaminación difusa, asociada a la actividad humana en 140 Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad (IBA).

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