Es noticia
¿Estamos preparados en España para afrontar las consecuencias de una gran sequía?
  1. Medioambiente
  2. Agua
Se disparan las alertas

¿Estamos preparados en España para afrontar las consecuencias de una gran sequía?

Las comunidades del sur peninsular están acusando de manera muy acentuada la escasez de lluvias, con un nivel de reservas embalsadas muy por debajo de lo que sería normal para esta época del año

Foto: Embalse de La Viñuela, en Málaga, la semana pasada. (EFE/J. Zapata)
Embalse de La Viñuela, en Málaga, la semana pasada. (EFE/J. Zapata)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Sin apenas darnos cuenta, se han disparado las alarmas por la falta continuada de lluvias que estamos viviendo en España en las últimas semanas. La sequía es un riesgo silencioso pero constante. Se va acumulando el déficit de precipitaciones a lo largo de los días, de las semanas, y llega un momento en que los embalses notan la falta de aportes y los cultivos se van resintiendo.

Si las condiciones persisten, los efectos se trasladan a la producción hidroeléctrica y a la agricultura de regadío. Y si la falta de lluvias es muy prolongada, las consecuencias pueden llegar a la ciudad con restricciones en el uso diario de agua. Así se va consolidando una situación de sequía intensa.

Si las condiciones se mantienen en la primavera, estaríamos ya ante una sequía importante, con posibles restricciones en los regadíos

Desde finales de 2021, nuestro país vive condiciones de escasez de precipitaciones. Las lluvias son claramente inferiores a las normales, salvo en el País Vasco y Navarra, que registraron fuertes lluvias e inundaciones el pasado enero. La causa de esta disminución drástica de lluvias radica en la instalación de un potente anticiclón que está impidiendo la llegada normal de borrascas del Atlántico a la península Ibérica. El resultado es un periodo de déficit acumulado de lluvias que no parece tener solución a corto plazo.

Foto: Foto: Unsplash/@storybylindsay.

Los modelos de previsión estacional marcan un mantenimiento en las condiciones de poca precipitación para el próximo trimestre, con lo cual se irá agravando esta situación en las próximas semanas. No es algo nuevo en nuestro país. En España, la sequía forma parte de sus rasgos climáticos. Con periodicidad, se desarrollan secuencias de falta de lluvias que dan lugar a sequías más o menos intensas, en función de la duración del ciclo atmosférico de estabilidad (anticiclones). Normalmente, si un año registra 150 días o más (cinco meses) de anticiclón, se desarrolla una sequía en nuestro país.

placeholder Pantano de Sau, en Barcelona. Cataluña está en prealerta por sequía. (EFE/A. Estévez)
Pantano de Sau, en Barcelona. Cataluña está en prealerta por sequía. (EFE/A. Estévez)

Esto supone que a la fuerte disminución de lluvias de verano se suman al menos tres meses más sin apenas precipitación. Este año 2022 ha comenzado bajo el signo de la estabilidad atmosférica. Y el otoño de 2021 ya fue poco lluvioso en el centro y sur peninsular, de ahí que sean estas regiones del sur peninsular las que estén registrando los valores peores de sequía, con reservas embalsadas muy por debajo de lo normal para esta época del año.

Un rasgo de la sequía en nuestro país es que no es uniforme, ni cronológica ni territorialmente. No se inicia al mismo tiempo en todas las regiones, ni finaliza en la misma fecha. Generalmente, el sureste peninsular (sur de Alicante, Murcia, Almería) es el territorio más afectado por su natural escasez de lluvias, que en años de sequía alcanza valores de lluvia casi desérticos. De hecho, en un año de intensa sequía en esta región natural de nuestro país, llueve menos que en la franja africana del Sahel.

Foto: Pantano de Ricobayo en la provincia de Zamora, muy por debajo de su capacidad. (EFE/Mariam A. Montesinos)

El récord de poca lluvia que se ha registrado en algunas localidades del sureste ibérico en años secos se cifra en valores inferiores a 100 litros por metro cuadrado en todo un año. Cuando las condiciones son generales en todo el ámbito peninsular, se habla de sequía ibérica de gran calado.

Lo que estamos viviendo en España en estos momentos puede ser el inicio de una secuencia seca importante. Pero es pronto aún para determinarlo. Los meses de marzo y abril van a ser determinantes para valorar el grado de la actual secuencia de falta de lluvias. Por tanto, de momento estamos ante un estadio de falta de lluvias, con efectos en la agricultura de secano. Si las condiciones se mantienen en la próxima primavera, ya podremos hablar de sequía importante y comenzarán las restricciones en los regadíos.

Abastecimiento garantizado

De momento, el abastecimiento urbano de agua está garantizado en casi toda España. Tan solo en aquellas localidades, generalmente del interior peninsular, que no tienen bien diseñado su sistema de gestión de agua potable, con depósitos de almacenamiento no adaptados a resistir más de tres meses con déficit de lluvia, pueden comenzar a tener problemas esta primavera y, especialmente, en verano.

¿Está nuestro país preparado para una gran sequía? En su conjunto, no. Desde la última gran sequía que padeció nuestro país entre 1991 y 1995, el único territorio que ha mejorado su nivel de resistencia a las sequías es el litoral mediterráneo, donde se han construido plantas desaladoras para asegurar el abastecimiento urbano básicamente. Y a ello se unen las aguas depuradas que pueden emplearse para algunas modalidades de regadío.

placeholder Estado del embalse de San Rafael de Navallana, en Córdoba. (EFE/Salas)
Estado del embalse de San Rafael de Navallana, en Córdoba. (EFE/Salas)

Pero en el resto de nuestro territorio no se han realizado actuaciones que permitan garantizar los abastecimientos si se desarrolla una gran sequía de larga duración como aquella. Eso sí, se han elaborado planes de gestión de sequía para dar alertas en las sucesivas fases de sequía y acomodar los consumos a cada situación.

Curiosamente, en nuestro país los territorios con mayores precipitaciones (norte peninsular) o con ríos más caudalosos (centro) son los más vulnerables en caso de desarrollo de una gran sequía, porque suelen tener diseñado su sistema de abastecimiento a partir de una única fuente (río) o como mucho dos (acuíferos).

Por el contrario, las áreas naturalmente más secas (este y, sobre todo, sureste peninsular, además de las Canarias orientales, Mallorca, Ibiza y Formentera) se han dotado de sistemas de abastecimiento 'multi-fuente' que incluyen las escasas aguas superficiales, aguas subterráneas, reutilización de aguas depuradas y desalación. De este modo, si fallan las lluvias, se puede echar mano a los llamados recursos hídricos “no convencionales”, que garantizan las demandas urbano-turísticas, e incluso las agrarias en cultivos de alto valor comercial (invernaderos), horticultura de ciclo manipulado, muy comunes en el sureste peninsular.

El recurso de las depuradoras

En España debería obligarse, por ley, a reutilizar las aguas depuradas (campos de golf, riego de parques y jardines urbanos, cultivos agrarios). Ello supondría la obligación de mejorar las estaciones de depuración existentes con sistemas muy avanzados que ofrezcan todas las garantías sanitarias para su uso. Y, en algunos casos, habrá que construir o ampliar algunas plantas desaladoras, para que puedan desarrollarse mecanismos de compensación entre la ciudad y el campo, para que estas aguas desaladas tengan un coste asumible por la agricultura.

Foto: Estación depuradora de aguas residuales. (EFE/ J. Lane) Opinión

Ante una gran sequía, son más vulnerables los territorios del interior peninsular que los costeros, porque estos últimos pueden echar mano de una fuente inagotable como el agua del mar. Sirvan estas reflexiones para mejorar la planificación y gestión del agua en nuestro país en un contexto, además, de cambio climático, donde los extremos del agua van a ser más frecuentes.

Iniciamos el año 2022 bajo el signo de la sequía. Si la próxima primavera sigue siendo seca, nos acordaremos de no haber realizado todas las inversiones posibles para reducir la elevada exposición de nuestro país a las sequías en los años pasados, que han sido de bonanza de lluvias. Es el eterno dilema de nuestro país. Actuamos a golpe de desastre. Y tenemos uno en ciernes. En las próximas semanas, se podrá confirmar.

Jorge Olcina Cantos es catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante y director del Laboratorio de Climatología de dicha institución académica.

Sin apenas darnos cuenta, se han disparado las alarmas por la falta continuada de lluvias que estamos viviendo en España en las últimas semanas. La sequía es un riesgo silencioso pero constante. Se va acumulando el déficit de precipitaciones a lo largo de los días, de las semanas, y llega un momento en que los embalses notan la falta de aportes y los cultivos se van resintiendo.

Agua Cambio climático
El redactor recomienda