Adiós al coche de combustión: Noruega ya prohíbe su venta y otros países le ponen fecha de caducidad
Ya sea desapareciendo del concesionario, limitando su circulación o incentivando otras alternativas, este vehículo tiene los días (o los años) contados
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No es ningún secreto que al coche de toda la vida, al que funciona mediante un motor de combustión, le queda poco tiempo. La lucha contra el cambio climático y el ascenso de alternativas como el vehículo eléctrico hace que este modelo de transporte esté, cada vez más, en desuso. La pregunta, entonces, es la siguiente: ¿cuánto tiempo le queda?
Y lo cierto es que, en algunas zonas, su esperanza de vida es poca... por no decir casi ninguna. Y Noruega ha puesto la primera piedra. En 2022, el Gobierno ya anunció que tres años después quedaría prohibida la venta de vehículos de combustión y ha cumplido con ello. Desde el pasado 1 de enero, los coches de gasolina y diésel ya no están disponibles en los concesionarios. Los que quedan dentro del parque automovilístico pueden seguir circulando, pero su compraventa ya no es posible.
Al país no le ha pillado por sorpresa, precisamente. En 2023, los vehículos eléctricos fueron los más vendidos; y en 2024 la victoria fue abrumadora: representaron el 88,9% de las ventas. Y el trabajo viene de largo: en 2022, el país ya multiplicaba las matriculaciones de eléctricos a nivel mundial, muy por encima de otros territorios como Suecia, China, Alemania o Gran Bretaña.
Es cierto es que esta tendencia ha ido acompañada de medidas en la misma dirección. Noruega cuenta con una extensa red de estaciones de carga, incluyendo la de Nebbenes, la más grande de Europa, que dispone de 44 supercargadores. Además, el gobierno ha lanzado diversos incentivos a la compra de coches eléctricos, como la eliminación del IVA y del impuesto de matriculación o exenciones en peajes.
El caso de Noruega es el más paradigmático, pero ni mucho menos el único. Reino Unido y Canadá, sin ir más lejos, tienen prevista la prohibición de vender coches de gasolina y diésel en 2030, la misma fecha que el estado de California. En Japón y en la Unión Europea, el plazo se extiende cinco años más, hasta 2035, si bien el segundo caso tendrá un mayor impacto, ya que esta normativa se aplicará, de golpe, sobre los 27 Estados miembros.
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Si nos vamos hacia Asia, veremos que China prohibirá dicha venta en 2040 y Corea del Sur hará lo propio en 2050. Ambos casos resultan llamativos, ya que los dos países (especialmente el primero) son líderes mundiales en la producción de vehículos eléctricos, con lo que la transición podría hacerse antes, pero han optado por un plazo más extenso.
Limitación en ciudad: París, Londres, Madrid, Barcelona...
Las principales ciudades del mundo, especialmente las europeas, no están escapando a este debate. La prohibición de vender coches de combustión no entra de sus competencias, pero la limitación de su tránsito sí. En Estocolmo (Suecia), desde el pasado 1 de enero, los vehículos con combustible fósil tienen prohibida la entrada al centro de la ciudad. Lo mismo pasa en Hamburgo (Alemania), mientras que en Londres no se ha prohibido –pero sí penalizado– dicha circulación. En la llamada Congestion Charge, su zona más céntrica, los coches de combustión deben pagar 15 libras para pasar, mientras que en la ULEZ (el equivalente a las Zonas de Bajas Emisiones –ZBE– de España) el precio sube hasta las 12,50 libras.
Madrid y Barcelona también tratan de limitar esta circulación en las Zonas de Bajas Emisiones, aunque han sufrido algún revés. En septiembre, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid anuló las ZBE por "no tener en cuenta su impacto económico sobre personas vulnerables" y, así, "incumplir el principio de transición justa". Por ello, los vehículos sin etiqueta ambiental empadronados en la capital pueden seguir circulando este año, a excepción de los que no estén empadronados en la ciudad y no dispongan de la etiqueta A.
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Algo más de tiempo se están concediendo otras grandes ciudades como París o La Haya, que han marcado el fin del coche de combustión para 2030. En La Haya, eso sí, han dado un paso intermedio: a día de hoy, la publicidad de cualquier vehículo que funcione con combustibles fósiles está totalmente prohibida. La intención es que este tipo de coches desaparezcan del imaginario popular, a la vez que se fomenta el uso del eléctrico.
Se trata, en definitiva, de una serie de estrategias que varían en sus formas y sus plazos, pero el objetivo final es el mismo: que el coche de combustión sea, más pronto que tarde, un recuerdo.
No es ningún secreto que al coche de toda la vida, al que funciona mediante un motor de combustión, le queda poco tiempo. La lucha contra el cambio climático y el ascenso de alternativas como el vehículo eléctrico hace que este modelo de transporte esté, cada vez más, en desuso. La pregunta, entonces, es la siguiente: ¿cuánto tiempo le queda?