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¿Hay esperanza según el IPCC? Sí, gracias a las renovables
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¿Hay esperanza según el IPCC? Sí, gracias a las renovables

Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, al ritmo que llevamos, superaremos de largo los 2 ºC de calentamiento global. Un cambio radical en nuestra forma de obtener energía es esencial

Foto: La renovables son esenciales en la lucha contra el cambio climático. (iStock)
La renovables son esenciales en la lucha contra el cambio climático. (iStock)

El reciente informe 'Cambio climático 2022: mitigación', llevado a cabo por el Grupo de Trabajo III del IPCC al Sexto Ciclo de Evaluación (AR6), fue aprobado este lunes por 195 países tras una sesión plenaria celebrada desde el 21 de marzo, con su posterior publicación. Y muchas de las claves para la mitigación, dentro de los 2.913 folios, están en el capítulo seis, referente a los sistemas energéticos.

Si queremos mantener el aumento de la temperatura media global por debajo de los 2 °C la reducción emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en los sistemas energéticos debe ser profunda, rápida y eficiente. No hay alternativa ni otra opción factible hoy en día. La buena noticia es que, gracias a la investigación e innovación científica, tenemos la tecnología preparada para llevarlo a cabo.

Expansión de la electricidad

En el escenario más optimista, aquel que mantiene el aumento de temperatura a 1,5°C, las emisiones netas de CO2 deberían caer entre un 87% y 97% para 2050. Para conseguirlo, hasta finales de 2030 deberían reducirse entre el 35% y 51%, permitiendo en muchos casos alcanzar el cero neto de emisiones entre 2045 y 2055 si se siguiera esa tendencia. La llave para conseguirlo está en las tecnologías bajas en carbono y la erradicación de los combustibles fósiles.

Para alcanzar un sistema eléctrico 100% libre de emisiones, es necesario apoyarse en el alcance de los objetivos de desarrollo sostenible

El consumo de carbón cae, dentro del mismo escenario optimista, del 67% al 82% en 2030, con una reducción más ralentizada del gas y del petróleo. También, en los escenarios más probables que limitan el calentamiento a 2°C, las tecnologías descarbonizadoras producirán entre el 93-97% del total de la electricidad en 2050, pero la electricidad suministraría entre el 48-58% de la energía final.

Los países difieren, pero no las tecnologías

Para conseguir tales escenarios, cada país debe de ser conscientes de sus recursos y capacidades técnicas y económicas, pero hay un patrón claro a seguir. Se destacan los sistemas eléctricos sin tecnologías emisoras, electrificar los usos finales (transporte, climatización y cocinas), una reducción significativa del empleo de combustibles fósiles y la utilización de biomasa, hidrógeno y amoniaco para sustituirlos en los sectores más complicados de electrificar. Conjuntamente, aumentar la eficiencia energética, aumentar la integración de los sistemas eléctricos en todos los países y avanzar en el desarrollo de la captura de CO2.

placeholder Todas las renovables se han abaratado mucho en los últimos 15 años. (iStock)
Todas las renovables se han abaratado mucho en los últimos 15 años. (iStock)

La vertiginosa caída de precios de la fotovoltaica, la eólica y las baterías es la mejor señal de esperanza. Los vehículos eléctricos también están aumentando su competitividad en la mayoría de los mercados. Ahora, en numerosas regiones, es más barato descarbonizar que contaminar -lo que no era tan común hace una década-. De 2015 a 2020 el precio generar electricidad con la fotovoltaica cayó un 56%, la eólica un 45% y el de las baterías un 64%.

Un reflejo claro es la expansión en la instalación de renovables. De 2015 a 2019 la solar fotovoltaica aumentó un 170% (680 TWh de generación) y la eólica un 70% (hasta los 1420 TWh) propiciado por las políticas, incentivos y los bajos tipos de interés.

Acelerar la tendencia

El IPCC alerta en la imperante urgencia de cortar las inversiones en carbón y otros combustibles fósiles si queremos mantenernos en el marco esperanzador de no llegar a los 2°C. Tampoco construir nuevas infraestructuras, con visos de que los activos del carbón tendrán vulnerabilidad económica a final de esta década y los gasistas y petrolíferos allá por mediados de siglo. Otro problema es que los patrones de inversión están cambiando y no deben crearse trabas ni impedimentos financieros.

Foto: Fuente: iStock

La creación de nuevas economías y nichos de negocio gracias a la transición energética es una oportunidad que se debe de aprovechar desde los inicios de esta década. De propiciarse, colaboraría en el cumplimiento de los escenarios más esperanzadores en nuevas economías emergentes, sobre todo en Asia. Se precisa salvaguardar e incrementar esta reasignación de la inversión hacia renovables, redes eléctricas, almacenamiento, hidrógeno y eficiencia.

Además, conviene aumentar la integración del sistema eléctrico dentro de todos los sectores a descarbonizar, facilitando su reducción de GEI y reduciendo los costes. No solo deberán integrarse a escala de barrio, ciudad, regional y nacional, sino que también es necesario favorecer la integración de renovables de manera distribuida y diversificada.

Reducir la brecha social

Si bien es cierto que, para alcanzar un sistema eléctrico 100% libre de emisiones, es necesario apoyarse en el alcance de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y sociales; deben aprovecharse como un soporte mutuo. Es fundamental incluir a toda la sociedad en este cambio, consiguiendo un acceso universal a la energía, a la par que se reduce la contaminación del aire, de las aguas y se mejora en la seguridad energética y alimentaria.

No podemos obviar, en un proceso de descarbonización acelerado, una prosperidad económica equitativa, justa e igualitaria, pese a las excepciones específicas de cada región que deberán solucionarse. Un alentador mensaje en el momento más oportuno; cuando todavía tenemos en nuestras manos la capacidad de evitar los peores escenarios.

El reciente informe 'Cambio climático 2022: mitigación', llevado a cabo por el Grupo de Trabajo III del IPCC al Sexto Ciclo de Evaluación (AR6), fue aprobado este lunes por 195 países tras una sesión plenaria celebrada desde el 21 de marzo, con su posterior publicación. Y muchas de las claves para la mitigación, dentro de los 2.913 folios, están en el capítulo seis, referente a los sistemas energéticos.

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