La entrañable historia del matrimonio rumano que vendió 380 décimos del Gordo un mes después de abrir su bar en Huesca
El Gordo de la Lotería de Navidad en 2011 dejó una historia inolvidable: un matrimonio rumano repartió 380 décimos desde su bar recién inaugurado, cambiando la vida de sus clientes
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El Sorteo de la Lotería de Navidad es una de las tradiciones más esperadas en España, una fecha en la que millones de personas depositan su ilusión en la posibilidad de ganar el ansiado Gordo. En 2011, esa lluvia de millones se repartió principalmente en la localidad oscense de Grañén y sus alrededores, un hecho que todavía se recuerda como una de las mayores anécdotas del sorteo navideño. El número 58.268 fue el gran protagonista aquel año, dejando una estela de felicidad y sorpresas entre familias trabajadoras.
La administración de loterías número 1 de Grañén fue la encargada de vender el premio íntegro, que alcanzó los 720 millones de euros. Aunque Grañén, con apenas 2.000 habitantes, soñó con la fortuna, gran parte de los décimos volaron hacia localidades cercanas. El Gordo, conocido como "el más gordo de la historia" hasta esa fecha, benefició a dos bares de Huesca, un establecimiento en Tardienta y a la Asociación de Amas de Casa de Sodeto, cambiando la vida de cientos de personas.
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Sin embargo, una de las historias más entrañables del sorteo surgió en el bar Carlitos, regentado por un matrimonio rumano que acababa de iniciar su aventura empresarial. El establecimiento, abierto solo un mes antes del sorteo, repartió una cantidad extraordinaria de décimos entre su clientela habitual, compuesta en su mayoría por trabajadores e inmigrantes.
La historia del matrimonio rumano y el bar Carlitos
Un mes después de abrir sus puertas, el bar Carlitos, situado en Huesca, se convirtió en el epicentro de la suerte. El matrimonio rumano que lo regentaba adquirió el número 58.268 en la administración de Grañén y decidió poner a la venta 380 décimos. La comunidad local, entre habituales del bar y vecinos de la zona, fue la gran beneficiada del inesperado golpe de fortuna.
Mijaela, hermana de los dueños, recordaba cómo la noticia desató una fiesta improvisada en el establecimiento. Clientes habituales y desconocidos se unieron al brindis con champán al grito de "hoy no se paga". Mientras tanto, Carlitos, el pequeño de diez meses que dio nombre al bar, dormía ajeno al revuelo, protegido en los brazos de su madre. La familia y sus clientes compartieron la alegría de una suerte que parecía escrita para ellos. El premio, que ascendió a más de 152 millones de euros solo en el bar Carlitos, transformó las vidas de muchos.
El 'bar Carlitos' repartió más de 152 millones de euros del Gordo de 2011. Vendió 380 décimos
El Gordo de 2011 fue mucho más que una cifra millonaria. Supuso un cambio de vida para una comunidad trabajadora que, en medio de la crisis económica, recibió el mejor regalo de Navidad posible. La historia del bar Carlitos, y del matrimonio rumano que repartió la suerte con sencillez y generosidad, sigue siendo un símbolo de cómo el azar puede transformar los sueños en realidad.
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El Sorteo de la Lotería de Navidad es una de las tradiciones más esperadas en España, una fecha en la que millones de personas depositan su ilusión en la posibilidad de ganar el ansiado Gordo. En 2011, esa lluvia de millones se repartió principalmente en la localidad oscense de Grañén y sus alrededores, un hecho que todavía se recuerda como una de las mayores anécdotas del sorteo navideño. El número 58.268 fue el gran protagonista aquel año, dejando una estela de felicidad y sorpresas entre familias trabajadoras.