Sí, "26 1 18 1" significa Zara... y se puede registrar como marca
Termina la batalla de Inditex por registrar esta combinación. El alto tribunal avala incribir en la Oficina de Patentes y Marcas el código que identifica a su línea deportiva Zara Athleticz
Durante años, las paredes de medio mundo se llenaron de números enigmáticos —"1312", "420", "666"— que escondían mensajes más o menos subversivos. En Arteixo, la secuencia tiene otro sentido. 26 1 18 1 no es una pintada callejera, sino el código con el que Inditex quiso firmar su línea de ropa deportiva Zara Athleticz, traduciendo a cifras la posición en el alfabeto inglés de las letras Z-A-R-A. Un guiño al branding contemporáneo que la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) rechazó registrar por considerarlo un signo "sin capacidad distintiva".
El pulso ha terminado en el Tribunal Supremo. Y en una sentencia del 24 de septiembre, consultada por El Confidencial, el alto tribunal ha dado la razón a Inditex y ordena a la OEPM inscribir la marca numérica. El fallo anula la resolución administrativa y revoca la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, que había mantenido la negativa inicial. El alto tribunal entiende que los dígitos también pueden vestir y que, en este caso, la secuencia de cifras.
"Resulta notorio que la marca Zara tiene gran significación dentro del grupo de empresas solicitante, no puede descartarse en absoluto que un consumidor medio identifique fácilmente los productos marcados con el signo numérico con su origen empresarial", señalan los jueces.
La controversia giraba en torno al signo "26 1 18 1", presentado para identificar productos de las clases 3, 9, 18, 21, 24, 25, 26, 27 y 28 —desde perfumes hasta calzado o textil—. La OEPM entendió que el signo "carecía de la distintividad suficiente como para ser registrado como marca", y la Audiencia Provincial coincidió, al considerar que "la combinación de números no permite identificar en el alfabeto anglosajón la palabra "Zara", que al parecer es lo pretendido, y es casi imposible de recordar por el público medio".
El fallo anula la resolución administrativa y revoca la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, que había mantenido la negativa inicial
Inditex defendía justo lo contrario. Sostenía que la secuencia numérica tenía un carácter distintivo propio, reforzado por la notoriedad de la enseña, y que, en todo caso, había adquirido distintividad sobrevenida en el mercado a través del uso. En el fondo, se trataba de decidir si un número podía contener identidad de marca.
Lo cierto es que Inditex se ha esforzado por asociar esos dígitos a su línea de Zara Athleticz. Con un simple vistazo al apartado que ocupa en la página web de Zara, se puede divisar en varias ocasiones esta especie de código secreto, mostrándolo como una pieza clave de su identidad. Aunque en la mayoría de las prendas no es visible, siguiendo el modelo Inditex de no lucir los logos, sí se pueden encontrar artículos como calcetines, neceseres o botellas de acero.
Inditex sostenía que la secuencia numérica tenía un carácter distintivo propio, reforzado por la notoriedad de la enseña
La línea Zara Athleticz es una de las últimas grandes apuestas de la firma de moda que este año cumple su 50 aniversario. Se lanzó en septiembre de 2021 para entrar de lleno en el mercado de la ropa y equipamiento deportivo para hombres, un segmento que hasta entonces no estaba muy explotado por Inditex. Con una sociedad cada vez más enfocada en hábitos de vida saludable, el gigante textil supo una vez más adaptarse a las nuevas tendencias que más demandan los consumidores.
La posición del Supremo
El Supremo asume el debate y aprovecha para fijar criterio. "Nuestra Ley de Marcas, en sintonía con las Directivas sobre Marcas y el Reglamento de la Marca de la Unión Europea, admite las marcas consistentes en cifras", recuerda el fallo. El tribunal cita la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la UE, que "ha ampliado dicha admisibilidad incluso a aquellos casos en que las cifras no presenten ningún tipo de alteración gráfica que las haya estilizado de manera creativa o artística".
La clave, explica la Sala, no está en el tipo de signo, sino en su capacidad de evocación. "En la actualidad, en aplicación de las previsiones legislativas sobre la admisibilidad de las marcas numéricas, ya no se discute su aptitud abstracta para erigirse en objeto de un derecho marcario", señala. Por tanto, lo relevante es si el signo propuesto puede "provocar en el público la idea de que mediante él se está pretendiendo denotar un concreto origen empresarial".
La sentencia incluso rebate uno de los argumentos centrales de la Audiencia. No ve "irracional" que el público recuerde la secuencia ni que la repita. "Tampoco puede afirmarse concluyentemente que la posición de los números impida al signo ser retenido mentalmente por el consumidor, sobre todo si reparamos en que realmente son cuatro números y uno de ellos se repite (veintiséis, uno, dieciocho, uno). Máxime cuando la percepción no será solamente visual, sino también auditiva", razona el tribunal.
El fallo se inspira en la jurisprudencia europea sobre marcas numéricas —como los casos Borco o Technopol— y rechaza que deban aplicarse criterios "más severos" que a las marcas verbales o figurativas. En palabras del Supremo, "las dificultades que pueda conllevar un determinado tipo de marca por su propia naturaleza no justifican que se exijan requisitos específicos de distintividad diferentes a los previstos en la ley o en la jurisprudencia".
La resolución reconoce el carácter novedoso del debate, "escasamente tratado hasta ahora por la Sala". En consecuencia, ordena la inscripción de la marca en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) y devuelve a Inditex el depósito de casación.
Ordena la inscripción de la marca en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) y devuelve a Inditex el depósito de casación
Más allá del tecnicismo jurídico, el pronunciamiento supone un gesto relevante en la evolución del derecho de marcas: los signos abstractos, los números o los códigos —elementos cada vez más presentes en la cultura visual de la moda— entran así en la órbita de la protección jurídica clásica. El Supremo no solo ampara a Inditex, sino que valida una forma contemporánea de construir identidad.
Durante años, las paredes de medio mundo se llenaron de números enigmáticos —"1312", "420", "666"— que escondían mensajes más o menos subversivos. En Arteixo, la secuencia tiene otro sentido. 26 1 18 1 no es una pintada callejera, sino el código con el que Inditex quiso firmar su línea de ropa deportiva Zara Athleticz, traduciendo a cifras la posición en el alfabeto inglés de las letras Z-A-R-A. Un guiño al branding contemporáneo que la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) rechazó registrar por considerarlo un signo "sin capacidad distintiva".