Toll (Mutualidad de Procuradores): "Nunca se explicó toda la verdad sobre las pensiones del sector legal"
El presidente de la Mutualidad de los Procuradores lleva cuatro meses en el cargo en los que luche porque el colectivo de mutualistas salga bien parado tras la tramitación parlamentaria de la ley de la pasarela al RETA
Francisco Toll posa para una entrevista con El Confidencial. (A. B.)
Francisco Toll (Barcelona, 1970) asumió la presidencia de la Mutualidad de los Procuradores en junio de 2025. No es, sin embargo, un novato en el seno de la entidad a la que reconoce haberse unido a los treinta años. “Me interesa el tema de la jubilación”, señala, casi como un pionero al detectar lo que se denomina la gran bomba de las pensiones en el sector legal, un problema larvado en los últimos años que ha explotado cuando los profesionales que optaron por estas mutualidades y se acercaban a la hora de la jubilación se han dado cuenta de que sus pensiones no alcanzan ni los 500 euros en algunos casos.
El directivo catalán, que vive a caballo entre la Ciudad Condal y Madrid, tiene claro que su obsesión en su presidencia debe ser solucionar la pasarela al RETA para conseguir unas pensiones dignas en la procura a través de convencer a los distintos grupos políticos. “Yo represento a nosotros mismos y queremos tener nuestra voz, que la procura tenga una jubilación justa”, explica en la primera entrevista que concede a un medio de comunicación.
Sabe que su mensaje, entre los que apunta a que no quiere subir cuotas, sino maximizar el bienestar de sus socios, puede sonar rompedor, pero no le tiene miedo al cambio. “Tenemos que ser innovadores y no hay que tener miedo a asumir grandes retos.”
P. Ha asumido la presidencia de la Mutualidad de Procuradores hace muy poco, en junio de 2025. ¿Cuáles diría que son las prioridades estratégicas de su mandato?
R. Dos prioridades. La primera es la construcción de la pasarela, a nivel institucional y político, que es una demanda de muchos años y que en los dos últimos se ha acelerado. Queremos cerrar este episodio y empezar con la pasarela.
La segunda es interna y se basa en la modernización y actualización, ver en qué situación quedan las mutualidades y la nuestra con la pasarela. La alternatividad no nos afecta en exceso porque la profesión de procuradores ya no es lo que era. Nuestro objetivo es que la mutualidad busque negocio con un único fin: incrementar las prestaciones sociales de los mutualistas que no opten por la pasarela.
Seguimos defendiendo a todos los mutualistas, en especial a los pasivos. La propuesta actual deja fuera a muchos, y no tienen plan B. Son décadas sin alternativa. Hablamos de pasivos como los profesionales retirados, pero también de viudas y huérfanos.
P. Un poco en línea con el movimiento J2, ¿verdad?
R. Exacto. Aunque no fui miembro fundador, la gran mayoría del consejo de la mutualidad procede de ahí. Yo sigo sus postulados iniciales: pasarela voluntaria, año cotizado por año cotizado, renta por renta, todos incluidos, activos y pasivos. Nada de compras ni factores correctores. Se puede moderar en casos de jubilaciones ya cubiertas, para evitar enriquecimientos injustos, pero la pasarela tiene que ser para todos y voluntaria.
P. ¿Cómo pretende diferenciar la Mutualidad de Procuradores frente a otras mutualidades?
R. Llegué a la presidencia en diciembre de 2024 con antigüedad en consejos directivos. Ya estuve en la mutualidad con treinta y pocos años porque siempre me preocupó la jubilación. Durante décadas no se informó bien. No se adoptaron cambios por miedo a fugas de pensionistas. Nunca se explicó toda la verdad. No responsabilizo a los mutualistas, muchos son de letras, como yo, y no tenían por qué entenderlo. El Estado y los colegios debieron informar mejor. Ahora tenemos poco margen. Los jóvenes aún pueden mejorar sus prestaciones, pero quienes tienen 63 años o son pasivos ya no tienen opciones. Y no me vale la excusa de las pensiones no contributivas, aquí ha habido profesionales que trabajaron, cotizaron, pagaron impuestos y aportaron a la mutualidad lo que se les pedía.
P. ¿Ha sentido siempre esta desinformación?
R. Yo soy tercera generación de procuradores. Antes no se jubilaban, se morían trabajando, pero siempre pagaban. No somos ciudadanos de segunda. A nivel sanitario aún tenemos carencias, como no disponer de tarjeta sanitaria europea. Y a nivel económico, se nos ha tratado peor que a otros colectivos con más formación financiera. Nuestra profesión es muy procesal y no hemos tenido esos conocimientos. Confiábamos en lo que decían los colegios y las autoridades.
P. ¿Cuál es su diagnóstico sobre el estado actual de la mutualidad en cuanto a fortaleza financiera, número de miembros y retos?
R. Tenemos 12.000 mutualistas y un patrimonio de unos 530 millones, que crece cada año. Nuestras provisiones matemáticas cubren el 100% de las prestaciones. Tenemos una ratio de solvencia cercana al 200%, lo que nos da seguridad. Pero mi objetivo no es enriquecer a la mutualidad, sino a los mutualistas. Por primera vez hemos repartido el excedente directamente, en lugar de llevarlo a reservas voluntarias. Queremos que los propios mutualistas decidan sobre los excedentes.
Nuestro negocio es la previsión social, pero buscamos que las inversiones aporten cada vez más rendimiento. Hoy el 95% está en productos bancarios, pero queremos entrar en inmobiliario y aprovechar oportunidades de mercado, siempre con prudencia. No es diversificación por negocio externo, sino maximizar lo que tenemos.
P. ¿Qué medidas concretas quiere impulsar en materia de gobierno corporativo, transparencia y relación con los mutualistas?
R. Desde diciembre de 2024 hemos celebrado en seis meses dos asambleas, aprobado cuentas de dos años y presupuestos de tres. Hemos gestionado cambios de inversión, asumido parte de renta variable, siempre buscando mayores prestaciones. Queremos mejorar incapacidades y baremos, algo ya comprometido desde 2019. Nuestro objetivo no es subir cuotas —los mutualistas son muy reacios—, sino buscar rentabilidades alternativas.
La comunicación es clave: ahora tenemos agencia de comunicación, más transparencia y votaciones con mayorías amplias en asamblea.
P. ¿Qué papel debe jugar la mutualidad en el futuro de la profesión, con la digitalización y la simplificación procesal?
R. Creo firmemente en la digitalización. El procurador debe ser un facilitador entre la Administración de Justicia y los abogados. No basta con esperar a que las reformas lleguen, hay que impulsarlas. Los procuradores debemos estar presentes para que se implementen. Somos el hermano pobre de la justicia, pero tenemos mucho que aportar.
P. A nivel institucional, ¿buscan una voz más activa en el debate sobre las mutualidades alternativas?
R. Sí, pero somos independientes. Nuestra casuística no tiene nada que ver con otras mutualidades. La alternatividad no es nuestra pelea. Lo importante para nosotros es garantizar prestaciones dignas, no abrir debates que no nos corresponden. Queremos minimizar el daño de 70 años de funcionamiento, aunque no se pueda arreglar todo.
P. Tal y como está ahora la proposición de ley, ¿qué puntos comparten y cuáles no?
R. A grandes rasgos, nos gusta que recoja a los pasivos, incluidos viudas y huérfanos. No compartimos los límites temporales, exclusiones y coeficientes. Tampoco el IPC aplicado retroactivamente a cuotas antiguas, porque perjudica. Tampoco la fiscalidad: si el traspaso tributa, se pierde dinero. Y no nos convence la propuesta sobre cuotas mínimas, que no equipara realmente a mutualistas y RETA.
P. ¿Les preocupa una posible reducción de masa social si muchos se pasan a la Seguridad Social?
R. No tenemos miedo. No sabemos qué porcentaje se irá, y cuando llegue el momento se verá. La descapitalización es un riesgo, pero al final la mayor parte de nuestras inversiones está en deuda del Estado, así que el problema sería global, no solo de la mutualidad.
P. ¿Quién considera que debería asumir el coste de la transición?
R. El Estado, sin duda.
Francisco Toll (Barcelona, 1970) asumió la presidencia de la Mutualidad de los Procuradores en junio de 2025. No es, sin embargo, un novato en el seno de la entidad a la que reconoce haberse unido a los treinta años. “Me interesa el tema de la jubilación”, señala, casi como un pionero al detectar lo que se denomina la gran bomba de las pensiones en el sector legal, un problema larvado en los últimos años que ha explotado cuando los profesionales que optaron por estas mutualidades y se acercaban a la hora de la jubilación se han dado cuenta de que sus pensiones no alcanzan ni los 500 euros en algunos casos.