Nestlé pierde en el Supremo su batalla por la multa del cártel de la leche

El Tribunal Supremo ha puesto punto final a la batalla judicial de Nestlé contra la sanción que le impuso la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por el conocido como cártel de la leche, una trama en la que, según la resolución de Competencia, las principales empresas lácteas españolas y multinacionales pactaron durante años estrategias para reducir el precio que pagaban a los ganaderos. La CNMC sancionó estas prácticas en 2019 por considerarlas una infracción “muy grave” de las normas de competencia.

En un auto fechado el 16 de julio, el alto tribunal inadmite el recurso de casación presentado por la compañía suiza contra la sentencia de la Audiencia Nacional que ratificó la multa el año pasado. Según el Supremo, el recurso “carece manifiestamente de interés casacional objetivo para la formación de jurisprudencia”, es decir, que no plantea ninguna cuestión jurídica con relevancia general que justifique su revisión. “Las cuestiones planteadas se refieren sustancialmente a cuestiones de hecho”, añade la resolución, lo que significa que Nestlé intentaba rebatir cómo se valoraron las pruebas en su caso, algo que el Supremo no entra a revisar.

El Alto Tribunal inadmite el recurso de casación presentado por Nestlé contra la sentencia de la AN que ratificó la multa el año pasado

La decisión supone que la sanción de 6,86 millones de euros queda firme. Además, Nestlé deberá pagar las costas del procedimiento, hasta 750 euros por cada parte que se opuso al recurso —la Abogacía del Estado y la cooperativa gallega OSSAT— y 500 euros a la parte que no se opuso.

Nestlé y la réplica del Supremo

La compañía pretendía que el Supremo revisara los argumentos que ya había rechazado la Audiencia Nacional en febrero de 2024. Entre ellos, alegaba “la falta de propuesta de sanción en la propuesta de la resolución”, es decir, que Competencia no incluyó la sanción concreta en la fase previa del procedimiento, lo que, según Nestlé, suponía “un vicio de nulidad de pleno derecho”. También denunciaba “la vulneración del principio de seguridad jurídica (…) al concluir la sentencia erróneamente que no se produjo la caducidad del procedimiento administrativo”, en otras palabras, que el proceso no debía haberse prolongado tanto tiempo y debería haberse dado por terminado tras las suspensiones ordenadas en fases previas.

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Nestlé también señalaba que la sentencia no analizara “el contexto jurídico y económico correspondiente” y sostenía que “no existe un acerbo probatorio sólido y fiable que permita concluir que los intercambios de información objeto de la resolución recurrida son, por su naturaleza, perjudiciales para el buen funcionamiento del juego de la competencia”. El Supremo, sin embargo, considera que todas esas cuestiones no van más allá del caso concreto y ya existe “abundante jurisprudencia” sobre conductas colusorias y la noción de infracción única y continuada. Dicho de otra manera: no hay debate legal nuevo y, por tanto, no procede unificar doctrina.

¿Un caso sin cerrar?

Pese al revés judicial, la multinacional señala que la resolución de Competencia “no es firme ya que hay otros recursos de casación que han sido admitidos, cuya estimación puede conllevar la nulidad de pleno derecho de la resolución de la CNMC para todas las empresas sancionadas, incluida Nestlé”, según responde la compañía a El Confidencial. La empresa añade que “cumple estrictamente con la legalidad vigente, siempre ha mantenido su estricto respeto por las normas de la competencia y continuará haciéndolo en el futuro”.

Danone mantiene viva la batalla

La referencia apunta directamente a Danone. La multinacional francesa, sancionada con más de 20 millones de euros por el cártel de la leche, ha conseguido que el Supremo, a través de un auto fechado el pasado enero, admita a trámite su recurso, lo que convierte su caso en el más relevante de los que siguen vivos. La clave está en si la infracción puede considerarse “única y continuada” cuando hubo periodos de inactividad en la práctica sancionada y cómo afecta eso a la prescripción de parte de las conductas.

Danone, sancionada con más de 20 millones de euros por el cártel de la leche, ha conseguido que el Supremo admita a trámite su recurso

La Abogacía del Estado sostiene que esos lapsos no rompen la infracción porque existió un plan común a lo largo de los años, mientras que Danone defiende que Competencia estiró artificialmente los plazos. Si el Supremo da la razón a la empresa, podría forzar la revisión —e incluso la anulación— de varias multas, incluida la de Nestlé. Por eso, pese al auto de inadmisión, el tablero sigue abierto.

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El expediente sancionador de la CNMC describe un entramado de empresas que, entre 2000 y 2013, intercambiaron información sensible para coordinar la compra de leche cruda en España. “Existencia de intercambios de información sobre precios y otras condiciones comerciales”, señaló la Audiencia Nacional al confirmar la resolución en febrero de 2024. También quedaron acreditados “contactos sobre ganaderos con el objetivo de informar o acordar estrategias” y sobre excedentes de leche.

El tribunal consideró que estas prácticas redujeron la incertidumbre entre competidores y “disminuyeron el poder de negociación de los ganaderos” en el mercado de aprovisionamiento. De ahí que calificara la conducta como una “infracción única y continuada” y “muy grave”, con sanciones que superaron en total los 80 millones de euros. Entre las compañías sancionadas figuran Pascual, Lactalis, Puleva, Capsa y Schreiber, además de Danone y Nestlé.

El impacto económico va más allá de las multas. Miles de ganaderos, agrupados en demandas colectivas, reclaman indemnizaciones millonarias por los daños sufridos, lo que mantiene la presión judicial sobre las grandes lácteas.