La incertidumbre arancelaria marca Financiero en un año de liquidez abundante en los mercados
El pulso de Trump hace que los despachos muestren cautela en un área en la que, no obstante, un 85% de los bufetes esperan aumentar su facturación pese a que la actividad del sector se estanque en números parecidos al año pasado (57%)
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A la permacrisis en la que vivían los mercados prácticamente desde que comenzó la pandemia, se ha unido un particular cisne negro que, por más que fuera esperado, no ha hecho sino generar más incertidumbre en un entorno en el que la falta de certezas ha ralentizado aún más el ritmo en el que se desarrollan las operaciones.
La imposición de aranceles a prácticamente mercados de cualquier rincón de la geografía que Donald Trump anuncia semana sí, semana también, está torpedeando que los asesores de ‘M&A’ casen expectativas entre comprador y vendedor. Y una buena parte de la culpa es el acceso a una financiación que puede verse alterada por el pulso que el presidente norteamericano está echando al resto del mundo.
Así lo constatan los asesores. Despachos de abogados cuyos departamentos de Financiero prevén un año en cuanto a actividad del sector casi calcado al anterior. Un 57% de los bufetes consultados así lo aseguran, por el 23% que se muestra más optimista. Las buenas perspectivas quedan totalmente reservadas a la facturación, donde un 85% prevé que la cuenta de resultados de su área en 2025 sea más elevada que en el ejercicio anterior.
Así lo indican los despachos en este nuevo artículo del serial de El Confidencial, donde se entregan las principales conclusiones y previsiones sobre las grandes áreas de práctica para este 2025. En informes anteriores se han analizado las áreas de Laboral, Fusiones y Adquisiciones, Reestructuraciones, Energía, Inmobiliario, Competencia y Litigación y Arbitraje. Ahora los despachos consideran que, pese a las turbulencias que se vivieron a nivel económico a nivel global, el departamento de Financiero tendrá mayor estabilidad, aunque todos prevén mantener su nivel de contrataciones.
Aranceles, el freno inesperado
Sobre cómo han sentido sus clientes el aluvión arancelario, Ignacio Ruiz-Cámara, socio responsable de Bancario y Financiero de A&O Shearman, explica que “el impacto inicial ha sido el de frenar un poco el mercado al pararse muchas operaciones de M&A por las incertidumbres, pero confiamos que la situación se vaya normalizando a lo largo del año y se retome la actividad”.
La inquietud es compartida entre las principales firmas del sector, cuyos abogados esperan que los dirigentes políticos a ambos lados del Atlántico sean capaces de replicar el acuerdo que la Administración Trump ha sido capaz de alcanzar con Reino Unido, manteniendo un arancel universal del 10% a los productos británicos. “Esperamos que la situación arancelaria se estabilice cuanto antes y que se alcance un acuerdo entre EEUU y la UE, ya que la incertidumbre actual está retrasando la toma de decisiones, tanto por parte de los inversores como de los financiadores”, explica Íñigo Rubio, socio coordinador del grupo de Finance de Cuatrecasas.
Rubio subraya que la liquidez no es un problema en el mercado actual. “Los grandes fondos de inversión han levantado cantidades enormes en estos últimos años y meses y tienen que ser capaces de invertirlas”, asegura. Aun así, advierte que esa disponibilidad de capital solo se traducirá en operaciones si mejora la visibilidad sobre el panorama arancelario: “Será clave contar con mayor certidumbre en torno a la situación arancelaria”. También descarta tensiones de liquidez en la banca tradicional, al destacar que “los bancos están presentando unos resultados anuales con unos ratios de capital y liquidez nunca vistos”.
Desde Gómez-Acebo & Pombo, Rafael Aguilera, coordinador de Bancario, coincide en esto. “La ralentización y la incertidumbre pueden generar más actividad en las reestructuraciones de deuda (middle market). También sectores refugio como el real estate finance pueden tener mayor actividad”. Además, añade que “los tipos de interés están bajando y no se ha detectado una falta de liquidez en el mercado. Creo que el factor limitante para las operaciones de M&A, al menos de momento, está más vinculado a la incertidumbre que a la financiación”.
Nuevas tendencias y liquidez bajo presión
José Christian Bertram, socio del área de Financiero en Ashurst, coincide en que la actividad está repuntando con fuerza en determinados segmentos. “Además de la liquidez disponible, vemos que se consolida el repunte en operaciones inmobiliarias con las bajadas de tipos del BCE”, señala. Entre las grandes tendencias, destaca el dinamismo del mercado de data centers, donde “el crecimiento español se espera que sea notablemente superior a la media de la UE hasta 2030”. Asimismo, apunta a una mayor frecuencia de financiaciones de carteras de energías renovables y al auge de estructuras más complejas: “Estamos viendo un incremento notable en las financiaciones vía titulización, ya sea mediante vehículos españoles o extranjeros”.
Las operaciones financieras de 2025 estarán marcadas por la reordenación de deuda corporativa y el aterrizaje de prácticas anglosajonas como los Liability Management Exercises (LMEs), que comienzan a despuntar en el mercado español. Así lo apuntan José Miguel Pinillos y Marcos Botella, socios del área de Bancario y Financiero de Garrigues, quienes explican que esta tendencia se complementa con una actividad sostenida en la financiación inmobiliaria —tanto en la compra como en la refinanciación de activos—, así como en adquisiciones corporativas dentro del segmento middle market. “La actividad en el sector de la financiación de infraestructuras está más restringida a algunas operaciones de refinanciación de operaciones ya maduras, así como operaciones de transmisión de deuda en el mercado secundario”, añaden.
El apagón ha puesto de manifiesto la necesidad de incrementar la capacidad de almacenamiento, abriendo la puerta a fórmulas de financiación
En el ámbito de las renovables, los socios de Garrigues destacan que “durante este año 2025, por volumen y número de operaciones, la actividad se concentrará sobre todo en operaciones de financiación de la construcción de nuevos proyectos de energías renovables convencionales (fotovoltaicos y eólicos)”. No obstante, empiezan a tomar forma operaciones más sofisticadas, como la hibridación de instalaciones existentes con baterías o la repotenciación de parques eólicos al borde de su obsolescencia. Según señalan, el apagón energético reciente ha puesto de manifiesto la necesidad de incrementar la capacidad de almacenamiento, abriendo la puerta a nuevas fórmulas de financiación.
En cuanto a otros sectores, Miguel Navarro, socio de Bancario y Financiero de Broseta, señala que "defensa y seguridad o el aeroespacial tendrán una especial relevancia por la fuerte inversión pública que se está desarrollando tanto a nivel comunitario como nacional".
Respecto a los instrumentos utilizados, la volatilidad del mercado de capitales está desplazando parte de la financiación hacia actores alternativos como los fondos de deuda. “Ya se observa una mayor presencia y actividad de fondos de deuda financiando activos renovables que, por distintas circunstancias, no consiguen acceder a financiación de los bancos comerciales”, explican Pinillos y Botella. También comienza a reactivarse el mercado de LBOs y de deuda bancaria, aunque “con los precios y tipos de interés todavía pendientes de estabilizarse”. A pesar de los pulsos arancelarios, no se detecta por ahora un encarecimiento de la financiación en proyectos ni una retracción en el apetito de los financiadores por operaciones de adquisición.
Por su parte, Luis de la Peña, socio de Regulatorio Financiero de Garrigues, apunta al creciente peso normativo como otro de los vectores que está moldeando el mercado. “El aumento y sofisticación de la regulación financiera en los últimos años en la Unión Europea y, en particular, en España, ha sido notable, lo que ha supuesto un gran reto de adaptación para la industria financiera española”, afirma. Entre las novedades más relevantes, destaca la entrada en vigor del Reglamento MiCA, que ha creado un marco armonizado para los criptoactivos y ha disparado la demanda de asesoramiento legal en esta materia. Además, el sector se prepara para nuevos desafíos normativos como la Retail Investment Strategy o los paquetes MiFID III y PSD III, que prometen añadir nuevas capas de complejidad.
De una opinión similar es Manuel López, socio de Bancario y Financiero de Eversheds. "La entrada en vigor del Reglamento MiCA a comienzos de año hace que 2025 sea un año clave para los criptoactivos, porque las entidades tienen que solicitar la autorización para prestar estos servicios (de momento el número de solicitudes presentadas a la CNMV es muy inferior a las expectativas). Adicionalmente, la implementación final por la UE de su política sobre inversores minoristas (Reatil Investment Strategy) es importante este año".
Un año que arrancó con impulso... hasta los aranceles
Alberto Mata Rodríguez, socio responsable del área de Bancario y Financiero en CMS Albiñana & Suárez de Lezo, subraya que 2025 arrancó como “el año de las financiaciones sostenibles, con el nivel más alto de compromiso por parte de la banca en los últimos años a favor de esta modalidad de financiación”, y también como el ejercicio de consolidación normativa, con marcos como DORA, MiCA o las modificaciones de UCITS y AIFMD sobre la mesa. Sin embargo, reconoce que “las nuevas dinámicas geopolíticas – y, entre otras, la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos – han dado un giro al panorama financiero global”.
En cuanto a los sectores más activos, Mata apunta a una reactivación generalizada: “El 2025 ha comenzado activo en lo que se refiere a financiaciones corporativas – incluyendo financiaciones de adquisición y de refinanciación de deuda existente –; financiaciones inmobiliarias – con apetito por el sector logístico y un auge del coliving y el residencial especializado –; y financiaciones sostenibles, lideradas por las principales entidades financieras del país y por importes superiores a la media global”. A esto se suma el crecimiento de operaciones en el sector agroalimentario y de venture debt para start-ups, una alternativa a la ampliación de capital que, según el socio, “se está consolidando de manera exponencial en nuestro mercado”.
A la permacrisis en la que vivían los mercados prácticamente desde que comenzó la pandemia, se ha unido un particular cisne negro que, por más que fuera esperado, no ha hecho sino generar más incertidumbre en un entorno en el que la falta de certezas ha ralentizado aún más el ritmo en el que se desarrollan las operaciones.