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El 'troll' de marcas español que se ha enfrentado al Bayern de Múnich y a la Federación Francesa
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El 'troll' de marcas español que se ha enfrentado al Bayern de Múnich y a la Federación Francesa

La empresa Kokito I Punt, con más de veinte marcas registradas inspiradas en escudos de clubes de fútbol, ha sido derrotada ante los tribunales europeos. Los expertos lo califican como un caso claro de parasitismo marcario

Foto: Thomas Muller celebra un gol con Bayern de Múnich. (Reuter/Lukas Barth)
Thomas Muller celebra un gol con Bayern de Múnich. (Reuter/Lukas Barth)
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Pocos elementos generan tantas pasiones en las hinchadas de fútbol como el escudo del equipo. Besarlo, pisarlo (o no hacerlo) forma parte de la liturgia de un deporte que ha provocado incluso manifestaciones cuando algún dirigente, en aras de la modernidad, ha decidido cambiar los patrones clásicos de su diseño. Por eso, cuando alguien trata de reproducirlo, son las propias instituciones las que tratan de protegerlo. Esta vez, con abogados.

Una pequeña empresa textil española se ha topado con dos gigantes del fútbol europeo en los tribunales de marcas. Kokito I Punt, con sede en Gandía (Valencia), ha intentado registrar ante la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) versiones distorsionadas que simulan el escudo del Bayern de Múnich o el de la Federación Francesa de Fútbol.

Además, consultando los registros de la EUIPO, la compañía cuenta con más de una veintena de signos inspirados en escudos y emblemas de clubes internacionales. Entre ellos, reinterpretaciones de los símbolos del AC Milan, la Juventus de Turín, la AS Roma, el Inter de Miami de Messi o la selección italiana.

Los registros siguen un patrón ya reconocible entre los expertos en propiedad industrial: diseños casi idénticos a los originales, pero con modificaciones mínimas, como eliminar un elemento, alterar la paleta de colores o invertir la orientación de un símbolo. En el caso del escudo de la Roma, por ejemplo, se mantiene la figura de la loba capitolina, pero se omite a Rómulo y Remo. El gallo de Francia aparece mirando en sentido contrario. La estructura circular del Milan se conserva, pero sin el rojo. En otros casos, se presentan composiciones con franjas verticales o diagonales muy similares a las de la Juventus, o estrellas, coronas y colores que evocan directamente a clubes como el PSG o el Inter.

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En los únicos dos casos en los que ha llegado a enfrentarse directamente con los titulares de esas marcas, la empresa ha perdido. Primero, con el Bayern. La EUIPO concluyó en abril que uno de los diseños presentados por Kokito "tomaba injustamente ventaja de la reputación del club alemán", al reproducir un patrón de rombos blancos y azules característico del escudo bávaro. "El signo anterior disfruta de una fuerte reputación en Alemania y en toda la Unión Europea como marca de un club de fútbol de éxito", señaló la resolución. Y añadía: "El elemento figurativo ha adquirido una reputación sustancial a través de su uso constante y generalizado".

Semanas antes, fue el Tribunal General de la UE quien desestimó el recurso de Kokito frente a la oposición de la Federación Francesa de Fútbol. La empresa había solicitado el registro de un gallo con orientación invertida, pero el tribunal consideró que las similitudes visuales y conceptuales eran suficientes para generar un riesgo de confusión con el emblema de la selección francesa.

Foto: Imagen de diferentes diseños de Crocs. (Reuters/Gaelen Morse)

Parásito marcario

En el ámbito de la propiedad intelectual, a este tipo de empresas se las conoce como troll de marcas. Emilia López Camba, abogada del área de litigios de PONS IP, incide en el matiz jurídico. "'Troll de marcas' es una forma coloquial de referirse a este tipo de prácticas. Si hablamos de registros, la forma adecuada de calificarlos es la de depósitos o solicitudes presentadas mediando mala fe del titular, con el objeto de aprovecharse de la reputación o renombre ajeno". Cabe aclarar que, aunque en los casos del Bayern y la FFF no se valoró expresamente la mala fe —por tratarse de procedimientos de oposición—, en otros procedimientos como los de nulidad sí puede ser clave.

Fernando Ilardia, socio del área de marcas de Elzaburu, explica que "en efecto es una forma de parasitismo marcario, de tratar de aprovecharse de forma parasitaria del renombre de un escudo o logo que todos conocen". En su experiencia, este tipo de estrategias tienen un objetivo claro: "Tratan de registrar al menos algunas de estas marcas, confiando en que, ante tantos casos, algunos de ellos no sean objeto de oposición y, una vez registradas, tratar de especular con ellas o sacar algún rendimiento económico hasta el momento en el que sean anuladas".

"La deslealtad en la conducta del solicitante de una marca es una circunstancia que puede ser tenida en cuenta"

Carlos Morán, socio del área legal de Elzaburu, coincide en que "las solicitudes de registro de marcas se resuelven exclusivamente por las oficinas de marcas, aplicando las normas marcarias. No obstante, la deslealtad en la conducta del solicitante de una marca es una circunstancia que puede ser tenida en cuenta a la hora de examinar la existencia de un aprovechamiento indebido de la reputación de una marca anterior".

Y aunque las decisiones administrativas no son legalmente vinculantes para los tribunales civiles, sí pueden influir. "Constituyen unos precedentes favorables a los titulares de las marcas infringidas que serán tomados en cuenta por los tribunales si se invocan adecuadamente", añade Morán.

Las solicitudes de Kokito no se limitan a estos dos episodios. También hay solicitudes que incluyen elementos muy próximos a los del escudo del Napoli, la Sampdoria o selecciones nacionales, como la sueca o la noruega, replicando los colores de los países bálticos. También se ha atrevido con el santo y seña de fútbol de selecciones imitando el de Argentina y el de Brasil. En algunos casos, el parecido es más conceptual; en otros, la imitación es casi directa, con ligeras alteraciones diseñadas para bordear el umbral de la infracción.

Ilardia avisa de que el riesgo va más allá del rechazo de una solicitud. "Aparecer como titular de este tipo de marcas refleja un patrón de conducta consistente en un comportamiento reincidente y desleal. Este es un argumento que puede volverse en su contra en oposiciones o acciones de cancelación, incluso en los casos que son más dudosos". El historial, en este tipo de casos, sí cuenta.

Foto: Una competición oficial de Crossfit en España. (EFE/Manuel Bruque)

Además, no explotar comercialmente la marca no garantiza impunidad. "La consecuencia legal de un registro sin uso o con un uso meramente defensivo o especulativo es que podría ser objeto de una acción de cancelación", afirma Ilardia. López Camba matiza que "la falta de uso durante cinco años tras el registro también puede ser motivo de caducidad, y si el fin es únicamente especulativo, su ofrecimiento para la venta puede ser una causa adicional para determinar que ha existido mala fe en el solicitante".

El caso de Coolligan

A diferencia de marcas como Coolligan, que explora el imaginario futbolístico desde lo conceptual o lo genérico, Kokito juega con fuego. "La frontera legal está en el intento de asociarse con la imagen de un tercero para obtener una ventaja comercial", zanja Ilardia. "Marcas como Coolligan evocan términos genéricos y de uso común referidos al mundo del fútbol, pero tal evocación no impide su registro como marca, siempre que no exista un riesgo de confusión con una marca anterior y el término se considere suficientemente distintivo". En cambio, dice, "la copia de escudos supone un intento de aprovecharse de forma desleal de la fama de una entidad concreta —un club de fútbol— y de su imagen y, en este caso concreto, de su escudo, que es uno de sus elementos más distintivos".

La conclusión para los expertos es clara: la ley ofrece mecanismos eficaces, pero solo si los clubes actúan. "Las herramientas legales existentes son bastante efectivas, si se aplican bien, para luchar contra este tipo de solicitudes o registros de marca especulativos", concluye Ilardia. "Pero ni la EUIPO ni la OEPM los rechazan o anulan de oficio, por lo que es fundamental que los clubes de fútbol actúen de forma activa oponiéndose o, en su caso, solicitando su anulación". Y eso exige, como mínimo, vigilancia.

Pocos elementos generan tantas pasiones en las hinchadas de fútbol como el escudo del equipo. Besarlo, pisarlo (o no hacerlo) forma parte de la liturgia de un deporte que ha provocado incluso manifestaciones cuando algún dirigente, en aras de la modernidad, ha decidido cambiar los patrones clásicos de su diseño. Por eso, cuando alguien trata de reproducirlo, son las propias instituciones las que tratan de protegerlo. Esta vez, con abogados.

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