El gran apagón en los bufetes: generadores, wifi público vetado y mudanza agitada de Garrigues

El día que Garrigues estrenaba su nueva sede en las Torres Colón, un apagón generalizado sorprendió tanto a los más de 700 profesionales que hacían la mudanza en los más de 20.000 metros cuadrados como a sus rivales en la abogacía de los negocios. Para un sector poco dado a la improvisación, la de ayer fue una jornada de nervios, caos y toma de decisiones rápidas que los grandes despachos han solventado a base de generadores, teletrabajo y, sobre todo, mucha paciencia, según explican diversas fuentes del sector consultadas por El Confidencial. En la gran mayoría de casos el apagón les pilló trabajando, pero en alguna firma trastocó la fiesta de despedida de algún socio.

El propio despacho dirigido por Fernando Vives, por motivos obvios, corona un hito histórico con una fecha para el recuerdo. Reconocían, como el resto de bufetes, verse afectados por el apagón, aunque lograron salvar el día pese al trasiego propio de una mudanza de estas dimensiones. Su alternativa ha sido la de mandar a su casa a todos los trabajadores de la nueva sede.

En Uría Menéndez, uno de los afectados por el corte de suministro, explican que han trabajado "con generadores allí donde no había luz, tratando de gestionar bien el consumo para poder atender todo lo urgente". El despacho dio "amplia flexibilidad" para que los profesionales pudieran atender sus situaciones personales, flexibilidad que se mantendrá también en el día de hoy. Además, para facilitar la jornada, se permitió comer gratis en el comedor de la oficina de Madrid, evitando desplazamientos innecesarios y garantizando el servicio a los clientes.

En Cuatrecasas, la normalidad fue la tónica dominante dentro del caos generalizado. "Funcionaban todos los ordenadores, aunque en algunos casos solo una de las dos pantallas", resumen fuentes del bufete, que valoran positivamente la rápida adaptación de los equipos.

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Por su parte, Pérez-Llorca desplegó equipos electrógenos para mantener operativo su servicio. Una solución que también adoptaron Linklaters —donde además ofrecieron a los profesionales la posibilidad de trabajar desde casa— y A&O Shearman, que contaban con generadores pero permitieron teletrabajar "a quien lo considerase oportuno".

En CMS Albiñana & Suárez de Lezo, según señalan fuentes del sector, la situación fue más restrictiva: las oficinas se apagaron completamente a las 12.30 y, por protocolo de seguridad, se prohibió a los profesionales conectarse con los ordenadores del trabajo a redes wifi ajenas al bufete.

Los grandes despachos no fueron los únicos que activaron planes de contingencia. Entre las Big Four, la reacción fue rápida gracias a sus infraestructuras. En PwC y KPMG contaban con generadores propios que permitieron mantener servicios esenciales. Fuentes de KPMG explican que “con los generadores funcionaba internet, así como las infraestructuras básicas de la torre”, y que "se recomendó a la gente que, dado el caos de tráfico y de medios de transporte, se quedaran en la torre hasta el restablecimiento de la energía. Mucha gente se ha quedado hasta las 16.30 o 17h".

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En otros despachos, como Andersen, fuentes del sector señalan que directamente se optó por enviar a los profesionales a casa ante la imposibilidad de seguir trabajando con normalidad. Por su parte, Ecija aclara que mandó a casa a todos sus abogados "más por un tema de conciliación, certidumbre de familias, etcétera".

A última hora de la tarde, con la luz regresando de forma desigual a los barrios de Madrid, en los despachos quedaba la sensación de haber superado una jornada atípica. Una más que apunta al libro de anécdotas de un sector que, por cultura, no se siente cómodo improvisando, pero que ayer ha demostrado que también sabe reaccionar cuando la corriente falla.