Tasación de 8 M, ofertas por 77.000: las claves de la subasta atascada del Murillo de Abengoa

La liquidación del concurso de acreedores de Abengoa todavía colea en los tribunales. Dos años y medio después de que el Tribunal de Instancia Mercantil de Sevilla declarase el concurso de la compañía y más de una veintena de filiales, apenas quedan un par de asignaturas pendientes: una es la liquidación de la filial que tenía el grupo andaluz en Marruecos, y la otra es la subasta del cuadro ‘San Pedro Penitente de los Venerables’, de Bartolomé Esteban Murillo, adquirido por Abengoa en 2014.

La obra fue pintada por Murillo en torno a 1685 a petición del canónigo Justino de Neve para el Hospital de los Venerables situado en Sevilla. Tras la invasión de las tropas napoleónicas, el cuadro fue expoliado por el mariscal francés Soult y enviado a Francia. De ahí pasó a Reino Unido y estuvo muchos años oculto para el público hasta que Abengoa lo compró a un coleccionista particular con el objetivo de devolverlo a la capital hispalense.

Meses antes de la declaración del concurso de Abengoa, y en vista de la inestabilidad de la compañía, la Junta de Andalucía inició los trámites para declarar el cuadro como Bien de Interés Cultural (BIC). En la práctica, la declaración de una obra de arte como BIC impide su venta en el extranjero, lo que limita su venta al mercado nacional, donde las cifras del mercado del arte son sensiblemente inferiores.

La declaración del cuadro como BIC ha sido discutida por EY, administrador concursal de la compañía, que recurrió esta decisión, primero ante la propia Junta de Andalucía y, posteriormente, ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). Tras la negativa del TSJA el pasado diciembre, la administración concursal ha decidido no elevar el caso al Tribunal Supremo, por lo que la clasificación de la obra como BIC ya es firme desde este comienzo de año.

El valor de tasación de la pintura es de 8 M de euros y se utilizó para garantizar una deuda de la compañía con la Seguridad Social

Abengoa adquirió la obra en 2014 por aproximadamente 6 millones de euros. Desde la declaración del concurso, el cuadro ha sido subastado en varias ocasiones, al principio, con una valoración inicial de unos 600.000 euros, pero las cuantías ofrecidas han quedado muy por debajo de las expectativas de la administración concursal. La última, de 77.000 euros. El problema es que el valor de tasación de la pintura es de 8 millones de euros y se utilizó para garantizar una deuda de la compañía con la Seguridad Social.

Esa carga no se puede rebajar hasta que la Seguridad Social confirme la subrogación de Cox Energy, la compañía que se quedó con las unidades productivas de Abengoa hace casi dos años. En la última subasta celebrada hace un año, la entidad encargada de la subasta ya advertía de este extremo. “Es posible que la Tesorería General de la Seguridad Social reclame estas deudas garantizadas directamente a Cox y que no lleguen a ejecutarse. Esta situación provocaría que aquel ofertante que puje teniendo en cuenta el valor otorgado por la Administración concursal [586.000,00 euros] (que está minusvalorado por las cargas) se haga con la propiedad del bien y, eventualmente, no tenga que hacer frente al pago de carga alguna”, señalaba Viasubasta, el portal de Hermes Capital.

Una vez se ha clarificado su ‘etiqueta’ de BIC y a falta de ejecutar la subrogación, es previsible que la venta del cuadro se desatasque en los próximos meses.