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La IA y los honorarios: el gran elefante en la habitación de los bufetes
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un debate espinoso

La IA y los honorarios: el gran elefante en la habitación de los bufetes

La incorporación de herramientas de inteligencia artificial en los despachos de abogados pone en jaque el tradicional sistema de facturación por horas, espina dorsal de la gran mayoría de firmas

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Es un tema incómodo para muchas firmas y pocas aceptan que habrá que afrontarlo más pronto que tarde. La incorporación de herramientas de inteligencia artificial al asesoramiento jurídico se traduce en una mayor eficiencia, lo que supone menos horas de trabajo en un sector que, históricamente, utiliza un sistema de facturación por horas para cobrar sus honorarios a los clientes.

Este modelo de facturación, espina dorsal para la gran mayoría de firmas, podría empezar a resquebrajarse. O al menos, sufrir importantes modificaciones en los próximos años. Es la conclusión que se desprende de los análisis que hacen algunos de los departamentos legales más importantes del Ibex 35. Javier Illescas, director de la asesoría jurídica de Banco Santander, señalaba en una entrevista con este diario hace meses esta tendencia, y Pablo Blanco, director general de Asuntos Legales de Repsol, no solo cree que habrá un impacto a largo plazo, sino que va más allá al preguntarse hasta qué punto pueden hacer falta los despachos externos para determinados asuntos si las asesorías cuentan con su propia IA.

Pablo Hernández-Lahoz, responsable de la asesoría jurídica de Aena, analizó el tema desde otro ángulo en una entrevista con este diario y, aunque comparte el previsible impacto en los honorarios, también añade que las herramientas de IA tienen un coste que las firmas tendrán que repercutir de alguna forma.

Al otro lado del Atlántico están figuras como Richard Susskind, considerado uno de los grandes gurús de la abogacía a nivel mundial, que en su libro Tomorrow’s Lawyers: An Introduction to Your Future [Los abogados del mañana: una introducción al futuro], ha hecho un traje a este sistema al considerarlo un “desincentivo institucionalizado a la eficiencia” que “premia a los abogados que tardan más en hacer su trabajo en detrimento de aquellos que se organizan mejor y son más eficientes”.

Foto: ¿Qué harían los abogados si tuviesen todo el tiempo del mundo? La IA como fuente de poder

En cifras, el estudio Future of Professionals Report 2024, elaborado por Thomson Reuters, apunta que el 77% de los profesionales del sector legal cree que la IA va a tener un gran impacto en su trabajo en los próximos cinco años (más de 10 puntos respecto al informe de 2023), y el 43% prevé una caída del modelo de facturación por horas en el próximo lustro.

Por otro lado, el informe de 2024 The State of Generative AI in The Enterprise, de Deloitte, mostraba que solo el 6% de los encuestados reportaba beneficios directos por el uso de la IA, como ahorros de costes. El 73% anticipó que la IA reduciría los costes en los despachos de abogados en el futuro.

Mercado español frente al resto del mundo

En el mercado legal español, parece haber ciertas reticencias a sufrir este cambio de paradigma a la hora de generar facturas al cliente. "La facturación por horas ha estado muy limitada en España. Desde el punto de vista de los abogados, la presión para cambiar el modelo de cobro se da en aquellos asuntos de mayor valor. La IA ayuda en tareas accesorias, no en la prestación principal del servicio, donde el abogado sigue siendo imprescindible", asegura Miguel Ángel Pérez de la Manga, socio de BlackSwan.

No obstante, más que erosionar la tradicional facturación por horas en España, la IA está cuestionando el modelo de facturación por horas en determinados servicios. "No es algo generalizado ni inmediato, pero sí se está abriendo paso un cambio de mentalidad", explica Sara Santos, socia fundadora de Venize, que recalca que sí está observando "una revisión progresiva del modelo de facturación, que viene de antes y no se debe solo al impacto de la IA".

En este sentido, aún parece que este modelo está lejos de ver su final, y esta idea se puede trasladar casi a cualquier país. "Si uno mira el mercado inglés, por ejemplo, donde hay más datos y donde se observan mayores avances en la incorporación de herramientas de IA en el trabajo legal, uno observa que los principales despachos están cobrando más horas y a mayores tarifas que hace cinco años", explica Rafael Mery, socio de Mirada 360. "En el Reino Unido, las tarifas por hora de un socio pueden llegar a 1.500 libras esterlinas por hora, mientras que en los despachos estadounidenses las tarifas llegan a los 2.000 dólares por hora. En ese escenario, hay pocos incentivos para abandonar la tradicional facturación por hora", aclara el experto.

Un cambio multifactorial

Los motivos para que el clásico sistema con el que los clientes remuneran a sus abogados cambie son, como en casi cualquier proceso de este nivel, multifactoriales. Despachos que exploran nuevas formas de trabajar, proveedores tecnológicos que abren posibilidades y departamentos jurídicos internos que exigen más eficiencia, más transparencia y más justificación del valor. "Desde los bufetes vemos cómo algunos ya están reaccionando con propuestas diferentes: precios fijos, esquemas híbridos, estructuras más flexibles, pero no es algo generalizado. Hay muchos despachos que siguen cómodos con el modelo tradicional", asegura Santos.

En lo que coinciden los expertos consultados es en que su implementación no puede ser a costa de que los servicios jurídicos pierdan valor añadido. "Un servicio profesional es un proceso en el que, entre el diagnóstico y el tratamiento, se desarrolla un procedimiento deductivo con un conocimiento amplio, abstracto e interrelacionado. Si es automatizable al 100%, es decir, si para un diagnóstico se genera de forma automática un tratamiento, entonces no estamos ante un servicio profesional", explica De la Manga.

La evidencia señala que la parte que mayor cambio va a experimentar será aquella en la que el valor añadido es bajo y el cliente prefiere el pequeño margen de error de una IA antes que asumir el coste de un abogado. "Es un análisis económico que cualquier cliente va a hacer", apunta el socio de BlackSwan.

Moda o rentabilidad económica

Una de las cuestiones que también están sobre la mesa con la implementación de la IA en el asesoramiento es si realmente se trata de una inversión que compensa por su eficiencia o si puede convertirse en una rémora incluida en la factura del cliente. "Puede llegar a serlo si no se gestiona bien. La promesa de eficiencia que trae la IA es real, pero eso no significa que toda inversión en tecnología sea automáticamente rentable. Las firmas que destinan recursos importantes al desarrollo de herramientas propias o a la adquisición de licencias afrontan costes que no se amortizan de forma inmediata", aclara la socia de Venize.

Lo que está claro es que se trata de una ola a la que se han subido casi todas las firmas. "Hay un hype tremendo y parece que todos marcan su ritmo. Hay una cuestión de protección de datos que está limitando mucho el desarrollo (una limitación lógica por la confidencialidad). Y también puede existir un pulso silencioso entre el cliente y las firmas desarrollando estas tecnologías. Están a disposición de todo el mundo, pero sigue siendo determinante la información que se introduce", concluye De la Manga.

Es un tema incómodo para muchas firmas y pocas aceptan que habrá que afrontarlo más pronto que tarde. La incorporación de herramientas de inteligencia artificial al asesoramiento jurídico se traduce en una mayor eficiencia, lo que supone menos horas de trabajo en un sector que, históricamente, utiliza un sistema de facturación por horas para cobrar sus honorarios a los clientes.

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