Pérez-Llorca (JustEat) y Uría (Glovo) echan un pulso por el futuro del 'delivery' en España
Las espadas están en alto en uno de los grandes pleitos del año que marcará un punto de inflexión en la llamada economía digital. La decisión final, en manos del juez del caso Celsa
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JustEat y Glovo se verán las caras en marzo. El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Barcelona, que tramita la demanda millonaria que JustEat ha presentado contra Glovo por competencia desleal, ha citado a las partes en la primera quincena de marzo para la celebración de la audiencia previa. Ambos se han rodeado de pesos pesados de la abogacía para afrontar uno de los grandes pleitos del año, según confirman fuentes del mercado a El Confidencial. A un lado de la mesa se sienta JustEat con Pérez-Llorca y al otro Glovo con Uría Menéndez. Ambos han recurrido a sus abogados de cabecera.
En la fase de audiencia previa, las partes deberán ratificarse en sus escritos, proponer las pruebas que se tienen que practicar (testimonios, peritajes, etc.) y que el juez debe aceptar, fijar los hechos controvertidos y, además, señalar la fecha para la celebración del juicio. En el caso de que solo hubiese pruebas documentales, el asunto quedaría visto para sentencia desde ese mismo día.
En la demanda, presentada a finales de noviembre, JustEat reclama 295 millones de euros de indemnización por los daños que supuestamente le ha causado la presunta competencia desleal ejercida por Glovo, según anunció la propia compañía. JustEat sostiene que Glovo vulnera la Ley Rider porque tiene a sus repartidores como falsos autónomos y no por cuenta ajena, como sí hace su empresa, lo que sitúa a JustEat en una situación de desventaja competitiva, al incurrir en gastos adicionales que Glovo no soporta. Por lo tanto, no compiten en igualdad de condiciones.
JustEat, que opera en España desde 2010, ha recordado en las últimas semanas que fue la primera plataforma en firmar un convenio colectivo de empresa con los principales sindicatos del país en diciembre de 2021 —en el que, por cierto, le asesoró Pérez-Llorca— y cifra en 645 millones el ahorro de Glovo por usar este modelo de falsos autónomos, según cálculos de la consultora Finnova Economic Consulting. La compañía cuenta actualmente con 2.500 profesionales en plantilla. El reinado de JustEat en la entrega de comida a domicilio tocó techo en 2019, cuando lideraba el mercado con una cuota cercana al 90% tras la adquisición de La Nevera Roja. Fue ese año cuando UberEats empezó a ganar terreno, y Glovo experimentó el fuerte crecimiento que le ha llevado a encabezar el mercado actualmente.
Los cuatro modelos de Glovo
Glovo, por su parte, ha movido ficha en los últimos meses. El pasado 2 de diciembre, la compañía anunció un cambio de modelo para contratar a los repartidores (hasta ahora autónomos). Este anuncio se hizo tres días después de conocerse la demanda de JustEat y justo un día antes de que su fundador y CEO, Oscar Pierre, declarase ante la justicia por un presunto delito contra los trabajadores por su modelo de riders autónomos. En su declaración, Pierre defendió la legalidad de su modelo y aseguró que la laboralización de los repartidores anunciada un día antes era solo una coincidencia, no parte de su estrategia de defensa.
La empresa catalana sostiene que no ha infringido ni infringe la legislación laboral. Según su versión, lo que ha hecho es adaptar paulatinamente los diferentes modelos implementados a la normativa vigente en cada momento. Desde su entrada en el mercado del delivery en 2015, Glovo ha contado con tres modelos contractuales distintos para sus riders: el primero, hasta diciembre de 2018; el segundo, hasta la entrada en vigor de la Ley Rider en 2021; y un tercero hasta diciembre de 2024, cuando la empresa anunció su nuevo modelo laboral, el cuarto de su historia. Para avalar que todos estos modelos han sido legales mientras estuvieron en vigor, la compañía ha encargado informes a Francisco Pérez de los Cobos, expresidente del Tribunal Constitucional y catedrático de Derecho del Trabajo, y a la firma Auren.
El segundo modelo, conocido como Modelo Flex, fue aprobado por la compañía tras la sentencia del Tribunal Supremo de 2020 que declaró la laboralidad de un repartidor y derivó en la aprobación de la Ley Rider. Este modelo permite a los riders rechazar pedidos cuando quieran, conectarse a la plataforma cuando les convenga, no tener exclusividad (pueden trabajar para otras apps competidoras), no estar geolocalizados por parte de Glovo y poder fijar sus propios precios.
A vueltas con la Ley Rider
La interpretación de la Ley Rider es uno de los puntos clave de la disputa. Esta norma no impuso una calificación automática de laboralidad de los repartidores, sino que introdujo una presunción a favor de la relación laboral. JustEat argumenta que Glovo se nutre de falsos autónomos que deberían ser personal laboral y que, por tanto, viola la ley; mientras que Glovo defiende la legalidad de su modelo y sostiene que la nueva ley permite la existencia de riders autónomos, siendo necesario un análisis caso por caso para determinar la eventual laboralidad. Para responder al informe pericial de JustEat, Glovo ha recurrido a la firma Ayuso, Lainez & Monterrey.
El modelo de negocio principal de JustEat es el conocido como de agregación o marketplace. En la práctica, JustEat pone en contacto a usuarios y restaurantes y cobra una comisión. Por su parte, Glovo opera principalmente con un modelo de intermediación, poniendo en contacto a repartidores con usuarios y restaurantes.
Más allá del impacto económico que pueda tener la demanda de JustEat, el resultado del juicio servirá para perfilar el marco normativo de la llamada “economía digital”. De confirmarse la reclamación, Glovo tendría que hacer frente a una de las indemnizaciones más altas concedidas por un juzgado mercantil en materia de competencia desleal y tendría que dejar de usar su modelo; y si se desestima, el modelo laboral de Glovo recibiría un importante respaldo judicial.
El resultado del juicio servirá para perfilar el marco normativo de la "economía digital"
La decisión está en manos del juez Álvaro Lobato, titular del Juzgado de lo Mercantil número 2 de Barcelona, el mismo que sentenció el caso Celsa. Lobato, de perfil liberal, ya causó revuelo al señalar en aquella sentencia que “el mercado es y debe ser el único árbitro de la supervivencia económica” de las empresas.
En resumen, la lucha de titanes entre JustEat y Glovo pone en juego el futuro del suculento negocio del reparto de comida a domicilio. Por el camino, varios competidores han tirado la toalla. Deliveroo abandonó el país en 2021 tras verse incapaz de adaptarse a la Ley Rider; meses después hizo lo propio Stuart. UberEats, que tras la entrada en vigor de la Ley Rider adoptó un modelo de laboralidad, finalmente ha optado por un sistema mixto en el que conviven autónomos y contratados, si bien la presión para moverse en esta dirección se ha multiplicado tras el anuncio del cuarto modelo laboral de Glovo. ¿Solo puede quedar uno?
JustEat y Glovo se verán las caras en marzo. El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Barcelona, que tramita la demanda millonaria que JustEat ha presentado contra Glovo por competencia desleal, ha citado a las partes en la primera quincena de marzo para la celebración de la audiencia previa. Ambos se han rodeado de pesos pesados de la abogacía para afrontar uno de los grandes pleitos del año, según confirman fuentes del mercado a El Confidencial. A un lado de la mesa se sienta JustEat con Pérez-Llorca y al otro Glovo con Uría Menéndez. Ambos han recurrido a sus abogados de cabecera.