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¿Quién audita a los bufetes 'top'? Los grandes tiran de auditoras medianas y poco de 'big four'
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¿Quién audita a los bufetes 'top'? Los grandes tiran de auditoras medianas y poco de 'big four'

En un sector donde el prestigio y la discreción pesan tanto como las cifras, las firmas medianas se consolidan como aliadas clave para los despachos líderes

Foto: Imagen de una abogada en su despacho. (iStock/Nicola Forenza)
Imagen de una abogada en su despacho. (iStock/Nicola Forenza)
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En 2023, la élite de la abogacía española eligió para auditar sus cuentas anuales a un total de 14 firmas de servicios profesionales. Entre ellas, la mayoría son firmas medianas con nombres, en su mayoría, desconocidos para un público que no esté habituado a trabajar con ellas. Son tan solventes y profesionales como la élite de la auditoría, las conocidas como big four. Sin embargo, los nombres de EY, PwC, Deloitte o KPMG, entre los 20 primeros despachos por facturación, sólo aparecen seis veces.

Pérez-Llorca y Hogan Lovels, que ficharon a Deloitte, junto con las filiales españolas de cuatro bufetes anglosajones (Clifford Chance, Linklaters, Herbert Smith y A&O Shearman) contrataron como auditor a PwC. Son los únicos despachos en España, al menos en el top de ingresos por facturación, que tiraron del prestigio (y los honorarios) de los cuatro emblemas de las firmas de servicios profesionales.

Fuentes del sector explicaron a El Confidencial que, aunque las grandes firmas de auditoría cuentan con más recursos para auditar a cualquier empresa, las firmas medianas poseen el mismo nivel de talento y capacidad técnica para llevar a cabo este tipo de trabajo. Es más, muchas de ellas son escisiones de antiguos socios de las big four que montaron sus propias compañías.

Según detallan las mismas voces, la decisión de optar por unas u otras suele estar más relacionada con aspectos como el precio o la competencia, y no tanto con la profesionalidad. Además, apuntaron que "no resulta razonable compartir con la competencia detalles sobre la estructura del negocio o las estrategias empleadas para alcanzar los objetivos".

Firmas conocidas en el sector

Aunque para el gran público los nombres no sean muy conocidos, las firmas que auditan a los despachos son unos clásicos del sector. Es el caso, por ejemplo, de Lillo Auditores, encargada de auditar a Garrigues, que hasta hace diez años fue, por ejemplo, auditado por Deloitte. En su web se definen como una firma de auditoría y de servicios en el ámbito económico-financiero nacida en 1996 de una escisión. Similar es el caso del auditor de Uría Menéndez, Blasco González y Mier, una firma con sede en Oviedo que, según indica su propia web, sólo cuenta con dos socios profesionales.

Las divisiones legales de, precisamente, las big four cuentan también con firmas similares en tamaño y estilo. Así, a PwC Tax & Legal le auditó las cuentas del ejercicio 2023 Zofio Auditores. Por su parte, Caudisa Auditores fue el encargado de auditar las cuentas del pasado ejercicio de EY Abogados, mientras que Deloitte Abogados fichó para esta tarea a Mernes Auditores. Todas estas compañías han ido alternando el asesoramiento de las big four en los últimos años.

Otros despachos optaron por los servicios de grandes auditoras sin llegar al top de las cuatro grandes. Por ejemplo, Cuatrecasas fichó a un gigante global como Grant Thornton, la misma firma que eligió CMS Albiñana & Suárez de Lezo. Auren también repite como auditor entre despachos top, ofreciendo sus servicios a Andersen y a KPMG Abogados.

Por su parte, PKF Attest es el auditor de Gómez-Acebo & Pombo, mientras que BDO Abogados contrató para fiscalizar sus cuentas de 2023 a la firma internacional de auditoría Stemper. En esta liga también juega ETL Spain, encargada de auditar a la filial de Madrid de Baker McKenzie, despacho que para su sede en Barcelona contrató a Audiaxis.

¿Honorarios tímidos?

Al sumar todos los honorarios cobrados por las auditoras por auditar las cuentas de la élite de la abogacía española en 2023, la cifra no alcanza el millón de euros. Es una cantidad que, dependiendo de con qué se compare, podría parecer menor. Por ejemplo, las firmas del Ibex, en el mismo ejercicio, desembolsaron 360 millones de euros, sobre todo entre las big four, para que auditaran sus cuentas.

Evidentemente, el tamaño, los recursos, el personal y la complejidad del sector en el que operan hacen que, precisamente, el sector legal no sea el más caro a la hora de auditar. Y, entre ellos, hay muchas diferencias. La palma se la lleva Cuatrecasas, que superó los 100.000 euros en concepto de servicios de auditoría en 2023, según señala en sus cuentas depositadas en el Registro Mercantil, sin añadir los más de 23.000 euros que reserva para otros servicios vinculados al auditor. Le sigue Garrigues, que abonó 87.000 euros a su auditor el pasado ejercicio.

Foto: Atardecer en las torres del Paseo de la Castellana de Madrid. (EFE/Kiko Huesca)

Un escalón por debajo está Pérez-Llorca, que abonó 49.000 euros por estos servicios a Deloitte, seguido de Clifford Chance, con 43.000 euros. Por último, rondando los 33.000 euros, aparecen PwC Tax & Legal, Baker McKenzie (sumando las dos filiales) y Gómez-Acebo & Pombo.

Los despachos ingleses

En algunos casos, como los de A&O Shearman, Hogan Lovells o Herbert Smith, resulta más complicado identificar quién audita las filiales españolas de estos despachos internacionales, ya que esta información no aparece registrada en el Registro Mercantil de España. Para acceder a estos datos, es necesario consultar el Registro Mercantil correspondiente al país donde se encuentra la sede del grupo matriz de cada despacho. En los tres casos mencionados, la consulta se debe realizar en el Registro Mercantil del Reino Unido.

Específicamente, tanto A&O Shearman como Herbert Smith están auditados por PwC, mientras que Hogan Lovells cuenta con Deloitte como auditor. Sin embargo, en las cuentas anuales de estos despachos no se desglosan los honorarios según la filial de cada país. Cabe destacar que, a diferencia de los despachos catalogados como "Top Marca España", los bufetes ingleses destinan una mayor cantidad a los honorarios de auditoría. Esto se justifica por el elevado volumen de filiales que estas firmas poseen en otros países.

Por ejemplo, Hogan Lovells pagó en el año 2024 a Deloitte cerca de 1,7 millones de libras por auditar sus cuentas de 2023, lo que equivale aproximadamente a 2 millones de euros. Por su parte, A&O Shearman destinó 1,4 millones de libras (1,7 millones de euros) a PwC, mientras que Herbert Smith desembolsó 696.881 libras esterlinas (840.000 euros) por los servicios de auditoría.

En 2023, la élite de la abogacía española eligió para auditar sus cuentas anuales a un total de 14 firmas de servicios profesionales. Entre ellas, la mayoría son firmas medianas con nombres, en su mayoría, desconocidos para un público que no esté habituado a trabajar con ellas. Son tan solventes y profesionales como la élite de la auditoría, las conocidas como big four. Sin embargo, los nombres de EY, PwC, Deloitte o KPMG, entre los 20 primeros despachos por facturación, sólo aparecen seis veces.

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