Los Reyes de la abogacía: nuevas caras, viejos retos y un año marcado por la IA
La abogacía de los negocios arranca el curso con nuevas caras en un año en el que confía en el despegue del M&A mientras busca la fórmula para integrar la IA y conquistar a las nuevas generaciones
La abogacía de los negocios afronta un nuevo año marcado por la ansiada recuperación del mercado de M&A, la esperada vuelta de las salidas a bolsa tras el pinchazo de Europastry, la progresiva integración de la inteligencia artificial (veremos su impacto en el pricing, algo que ya analizan los bufetes), la intensa -y a ratos frustrante- lucha por el mejor talento y la rentabilidad, el sempiterno objetivo de todas las firmas año tras año.
En materia regulatoria, los Reyes han traído a las firmas la nueva Ley de eficiencia procesal y todos esperan la futura aprobación de la Ley de acciones colectivas, que se quedó fuera en el último momento por discrepancias entre las diferentes formaciones políticas. Si finalmente sale adelante, marcará un antes y un después en la litigación en el país.
Lo que no cambia, un año más, es el podio de la abogacía de élite. Garrigues arranca el ejercicio con la que será la mayor mudanza del sector en los últimos años al trasladarse a las Torres Colón, donde los 700 profesionales de la firma ocuparán los 20.298 metros cuadrados del edificio propiedad de Mutua Madrileña. El despacho, que previsiblemente superará los 400 millones de ingresos solo en España -a nivel global ya superó el año pasado los 450 millones, siendo el primer bufete de la UE en hacerlo- encadena más de una década de crecimiento ininterrumpido.
En el caso de Cuatrecasas, toca estar muy pendientes de los pasos de la firma en Latinoamérica. El despacho ha cerrado el año con una facturación récord a nivel global de más de 400 millones con un crecimiento a doble dígito y quiere consolidarse en la región como un player de referencia en México, Colombia, Perú y Chile.
Con el año nuevo, la firma también actualiza organigrama: Soraya Sáenz de Santamaría dejó el consejo el pasado 31 de diciembre para pasar a ser consejera externa y a finales de año Rafael Fontana se jubilará para entregar a Javier Fontcuberta, actual director general, los galones ejecutivos. Todo ello enmarcado en una profunda reorganización interna de la firma, que ha dejado el esquema territorial para organizarse por grupos de especialidad y sectores, en línea con los objetivos marcados en el plan estratégico 2024-2026.
Para Uría Menéndez, el año comienza más tranquilo que el anterior, cuando las escasas promociones a la sociatura -solo dos abogados dieron el salto, Heidi López Castro y Jesús Sedano-, hicieron más ruido en el mercado del que la firma habría deseado. Se trató, en todo caso, de algo coyuntural. En la última ronda de promociones, la firma ha sacado músculo con la aprobación de siete nuevos socios, la cifra más alta desde 2020, cuando accedieron al partnership otros siete letrados. Uría cuenta con un plan de carrera duro, el llamado up or out, pero totalmente transparente, que todos los abogados conocen al comenzar su carrera en la firma y que es una de las señas de identidad del bufete.
Los Reyes han traído a las firmas la nueva Ley de eficiencia procesal y todos esperan la futura aprobación de la Ley de acciones colectivas
Un año más, el mercado espera con interés los resultados de Pérez-Llorca tras un curso marcado por su ambiciosa entrada en México. La firma que dirige Pedro Pérez-Llorca cerró su anterior ejercicio con un crecimiento de doble dígito y unos ingresos de 124 millones que alteraron la parte alta de la clasificación y abriéndose paso entre las Big Four -las divisiones legales de Deloitte, PwC, EY y KPMG están consolidadas en la parte alta del ranking- hasta alcanzar la séptima posición, de acuerdo con los datos del Informe de Facturación de Despachos elaborado por El Confidencial. Gómez-Acebo & Pombo, que en su último ejercicio creció un 11,5% hasta los 92,6 millones, se encamina hacia los 100 millones de euros.
En el terreno de las firmas internacionales, muchas de ellas arrancan el año con nuevos jefes y potentes hojas de ruta que el tiempo dirá si se cumplen. Hogan Lovells, con una facturación de 60 millones, ha dado un golpe sobre la mesa con el fichaje de Íñigo Berrícano, exsocio director de Linklaters, como nuevo socio de la oficina de Madrid, de la que acaba de tomar las riendas Fernando Calancha tras el salto de José Luis Vázquez a la estructura europea. La firma, una de las más rentables del mercado en el ratio de facturación por abogado —un indicador clave de la salud de un despacho—, quiere elevar su perfil en el mercado y es previsible que Berrícano no sea el último en enrolarse en las filas del despacho en los próximos meses. Linklaters, su antigua casa, ha despedido el año con una histórica victoria en el Ciadi tras la victoria de Enagás frente a Perú en un arbitraje de 186 millones de euros.
Otra firma que estrena socio director es White & Case. El despacho norteamericano inicia una nueva etapa con Fernando Navarro al frente de la oficina tras algo más de una década bajo el liderazgo de Juan Manuel de Remedios, que se mantiene como socio responsable de M&A y miembro del comité global del despacho. Navarro tiene el reto de posicionar y consolidar el nuevo perfil de la firma, que ha pasado a ser un despacho full service tras una intensa política de fichajes de socios. Clifford Chance y Baker McKenzie también estrenan dirección con Eduardo García y la codirección de Mireia Sabaté y Rodrigo Ogea, respectivamente.
Para esta primavera también se esperan posibles movimientos en Latham & Watkins. El despacho de origen norteamericano, tras protagonizar hace tres años uno de los movimientos de mayor calado en el sector con el fichaje de Alejandro Ortiz, se encuentra en un momento en el que desde la cúpula global pueden entender que toca dar un nuevo rumbo a la sede española del bufete.
Los relevos en las cúpulas de los despachos internacionales suelen ser más recurrentes que en las firmas nacionales, en muchos casos porque cuentan con estructuras más profesionalizadas, con mandatos definidos y un ‘control’ de las matrices. En el caso de los despachos nacionales, algunos tienen todavía la asignatura pendiente de afrontar un relevo generacional efectivo, sin un tutelaje de la vieja guardia que a medio-largo plazo se traduzca en una salida de talento. Sin un relevo ordenado (y generoso), la continuidad de las firmas puede tambalearse. Un ejemplo a seguir es el de Gómez-Acebo & Pombo con el nombramiento de Íñigo Erláiz, nombrado socio director con menos de 50 años, citado a menudo en el mercado como caso de éxito.
Otro despacho que ha levantado la mano tras unos años algo rezagado es DLA Piper. La firma se anotó en su último ejercicio un fuerte crecimiento del 17% y da por superado el impacto del covid y la salida del equipo de Juan Picón. Si el mercado transaccional acompaña, el despacho confía en volver a registrar un nuevo crecimiento de doble dígito. También será interesante ver el desempeño de Andersen, uno de los grandes animadores del mercado que se ha marcado uno de los objetivos más ambiciosos del sector: 100 millones de facturación en 2027, lo que implicaría doblar su tamaño.
Garrigues arranca el ejercicio con la que será la mayor mudanza del sector en los últimos años al trasladarse a las Torres Colón
A&O Shearman, la antigua Allen & Overy, cumple en unos meses un año con su nueva identidad y lo hace en plena forma. El despacho, con unos ingresos superiores a los 60 millones, es la única firma internacional en el podio de asesores de referencia de M&A en 2024 por volumen de operaciones, de acuerdo con los datos de la plataforma TTR.
La que todavía no ha culminado su fusión es Herbert Smith con Kramer Levin, una operación que alumbrará Herbert Smith Freehills Kramer. El nuevo bufete suma una facturación de 2.000 millones de dólares y una plantilla de más de 3.000 abogados distribuidos en algunas de las principales plazas del mundo. Al igual que la antigua Allen, Herbert tiene la suerte de que Kramer no estaba ya presente en España, lo que facilita la integración y evita duplicidades de equipos. En ambos casos, el objetivo pasa por conquistar el mercado norteamericano.
Entre los despachos medianos, uno de los más activos de los últimos meses ha sido Ramón y Cajal. El bufete ha pisado el acelerador con una batería de contrataciones que seguirá en los próximos meses y con la que quiere reposicionarse en el mercado. También ha mantenido un buen ritmo de contrataciones Eversheds Sutherland, que se ha marcado el objetivo de alcanzar los 30 millones de ventas en 2025 tras crecer más de un 50% en los últimos tres años. Otra firma internacional de un tamaño similar que también ha cerrado un buen ejercicio es Squire Patton Boggs, que tras registrar 20 millones en 2023, apunta ahora a una nueva subida de doble dígito a las puertas del que previsiblemente será el penúltimo año con Teresa Zueco al frente.
En el caso de Ontier, la firma enfila 2025 con el horizonte de alcanzar los 60 millones de facturación. Así lo confirmaron el pasado año, cuando presentaron unos resultados de 45 millones en todo el mundo. La estrategia de la firma liderada en Madrid por Cristina Camarero pasa por seguir realizando incorporaciones como la que protagonizaron a finales de noviembre con la integración de la boutique penalista Trallero. El despacho, además, asesora en uno de los litigios más relevantes del año: la batalla entre Iberdrola y Repsol por ecopostureo. Al otro lado de la mesa está Dentons, y la sentencia que se dicte, la primera en España en la materia, marcará un importante precedente para un tipo de litigación que solo acaba de empezar.
Otras dos firmas de las que hay que estar pendientes son Ecija y Sagardoy. La primera ha dado entrada en su accionariado a Alia Capital y la segunda se ha aliado con el fondo suizo Ufenau para potenciar su crecimiento. La participación de fondos de capital privado en los despachos de abogados es algo todavía inusual en España y, de hecho, la justicia europea acaba de avalar que los Estados miembros restrinjan la entrada de fondos en los despachos de abogados para garantizar que los profesionales trabajen de forma independiente y cumpliendo con sus obligaciones deontológicas.
La abogacía de los negocios afronta un nuevo año marcado por la ansiada recuperación del mercado de M&A, la esperada vuelta de las salidas a bolsa tras el pinchazo de Europastry, la progresiva integración de la inteligencia artificial (veremos su impacto en el pricing, algo que ya analizan los bufetes), la intensa -y a ratos frustrante- lucha por el mejor talento y la rentabilidad, el sempiterno objetivo de todas las firmas año tras año.
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